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Rashid Johnson, reinventar identidades

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Rashid Johnson es un artista americano, nacido en Chicago en 1977, radicado en New York. Se formó entre el Columbia College en Chicago y la School of the Art Institute of Chicago. Desde sus inicios incursionó en la fotografía, videoarte, instalación y escultura.

En el año 2001 estuvo entre los artistas participantes en la antológica exhibición Freestyle, en el Studio Museum en Harlem, New York. Esta exhibición, curada por Thelma Golden, reunió a 28 jóvenes artistas afroamericanos. Esta exhibición trajo a la palestra el término «post-black art», atribuido a Golden, aunque tomando como antecedente la investigación de Debra Dickerson publicada en 1995 bajo el título The End of Blackness. En todo caso, el término «post-black», que ciertamente define la poética de Rashid Johnson, expresa un interés esencial en los temas raciales, particularmente de los afroamericanos, y paradójicamente también intenta desdibujar las fronteras entre la producción de un artista considerado «negro» y uno «blanco» o de cualquier otra raza o grupo étnico.

En su obra, Johnson desarrolla tesis interesantes en relación con la tradición e identidad afroamericana, sobre la base del uso de materiales, objetos, texturas provenientes de su cotidianidad, de procedencia doméstica incluso. Esto propicia un proceso de fusión entre lo general y lo particular, entre el estudio de la historia y la plasmación de una historia individual, que lo hace parte de una comunidad y a la vez lo identifica como sujeto único. Más allá, teoriza también sobre la cualidad dual de la identidad, término que los estudios culturales contemporáneos han contribuido a desarticular y pluralizar en variados aspectos, retazos, fragmentos, de modo tal que no podemos hablar ya de una identidad para una persona o grupo social, sino de una multiplicidad de identidades en constante evolución y redescubrimiento.

Esto es clave en la apreciación del trabajo de Johnson, quien combina en sus obras una estética refinada y subyugante con elementos exploratorios y a veces también contradictorios o polémicos en relación con la raza, y su diálogo con problemáticas como la pobreza, las clases sociales, la resistencia cultural, entre otras. De ahí la elección de materiales que aluden a la vida y color de la piel del sujeto afroamericano, desde una postura crítica y revisionista, y a la vez con la cultura pop y su rica visualidad. Tal es el caso del alquitrán, producto derivado del petróleo que, entre otras funciones, se utiliza para la impermeabilización de techos, que ha sido extensivamente empleado por Johnson.

En su pieza Spring, de 2013, crea una superficie sólida de color negro. Los azulejos de vidrio, comunes en muchas de sus piezas, constituyen el fondo sobre el que trabaja, en contraposición al tradicional lienzo. La superficie vidriada tiene ya una simbología que alude a un espacio arquitectónico, como si fuese una pared extraída de una casa en particular. Y sobre esta «pared» realizó un empavesado de cera, jabón negro y esmalte. Resulta irónico y sintomático entonces el título, cuando el término spring (primavera) normalmente se asocia con colores cálidos y vivos. Él define su propia primavera, que es diferente, y a pesar de su monocromía, la vivacidad informalista se hace patente en toda la obra: la cera, el jabón y el esmalte aplicados a modo de brochazos, empastos y texturas gruesas; generan una sensación de movimiento, de fuerza vital cinética.

La pieza, a mi entender, es una oda a la riqueza cultural afroamericana, profusamente mezclada, lacerada por el racismo y las desigualdades sociales, y aún así fascinante, fluida y orgánica.

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