El ciclón Eta, que golpeó con fuerza el Caribe Norte de Nicaragua causando la muerte de tres personas, provocó intensas lluvias e inundaciones en otros países centroamericanos, mientras avanzaba este miércoles hacia Honduras degradada a tormenta tropical, con vientos máximos de 95 km/h.
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La tormenta alcanzó la madrugada del miércoles el triángulo minero, una zona de extractores artesanales de oro en el nororiente de Nicaragua, con fuertes ráfagas de viento y lluvias, según el último informe del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
«El debilitamiento continuo ocurrirá mientras Eta se mueve por tierra durante los próximos días, y debe convertirse en una depresión tropical» en la noche de este miércoles en su avance hacia Honduras, según el reporte del NHC.
El fenómeno impactó el martes en Bilwi, en la costa nicaragüense como un huracán categoría 4, con vientos de 240 km/h, causando cortes de carreteras así como desbordes de ríos en poblados y aldeas situados sobre el litoral.
En Honduras una niña murió por el derrumbe de una vivienda en la norteña San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, según autoridades locales.
«Noche de terror»
El huracán, que fue perdiendo fuerza a medida que se adentraba en tierra, arrancó numerosos techos de viviendas en la región, donde la población de origen indígena y afrodescendiente sufrió sus furiosos efectos desde la tarde del lunes.
«Bilwi está muy afectado, hay barrios aledaños y puentes inundados, muchas casas sin techo y la situación sigue porque el huracán sigue su paso hacia adentro del territorio con mucha lentitud», dijo el voluntario de organismos comunitarios Kevin González.
«Fue una noche de terror», contó por su parte a la AFP Joel Quin, un habitante de Bilwi de 35 años.
En Bilwi y las comunidades adyacentes del Caribe viven unas 100.000 personas, en su mayoría indígenas dispersos en poblados que han sido afectados por el huracán, como Tuapí, Krukira, Sandy Bay, Cabo Gracias a Dios, Prinzapolka, Wawabar, Karatá, Haulover, Wauhta, Kamwatla y Walpalsiksa.
En la comunidad costera de Prinzapolka, los vientos de Eta desprendieron las láminas de zinc de las casas de madera, que salieron volando, dijo a la AFP el maestro miskito Kevin Lacwood.
El gobierno había informado de la evacuación de 20.000 personas a casas seguras o refugios.
Desastre en Honduras
En Honduras, Eta provocó crecidas de ríos, inundaciones, miles de evacuados y destrucción de puentes y carreteras, entre pronósticos de más desastres.
La Comisión Permanente de Contingencias hondureña informó que Eta avanzaba a 13 km/h, y que antes de su llegada unas 3.000 personas debieron ser trasladadas a albergues.
Nueve carreteras fueron bloqueadas por derrumbes y al menos cinco puentes destruidos, mientras que el paso estaba interrumpido en decenas de comunidades por deslizamientos de tierra, incluyendo la principal carretera del país que comunica Tegucigalpa con San Pedro Sula, 130 km al norte de la capital.
En la ciudad de El Progreso, 180 km al norte de Tegucigalpa, las autoridades evacuaron a unos 700 presos de la cárcel al inundarse por la creciente de una quebrada y fueron trasladados a dos gimnasios.
En la vecina La Lima, cientos de familias huyeron de sus casas y se instalaron en covachas de plásticos y láminas en la mediana de la carretera entre San Pedro Sula y El Progreso.
Centroamérica expectante
Mientras, Guatemala se mantiene expectante ante el incremento de las lluvias que afectan regiones del norte y oriente del país, fronterizas con Honduras.
El presidente, Alejandro Giammattei, dijo en un mensaje televisado que al menos dos ríos importantes aumentaron fuertemente su caudal por los aguaceros y no descartó declarar un estado de emergencia de ser necesario.
Juan Aquino, vocero de la policía vial guatemalteca, informó de un derrumbe de rocas en la carretera que une la provincia caribeña de Izabal con el departamento norteño Petén, así como del colapso de árboles en diferentes caminos del este.
En Costa Rica, gran parte del país amaneció el miércoles con lluvias que provocaron inundaciones en comunidades del Pacífico norte y central, según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
La entidad informó que 341 personas debieron ser trasladadas a los 14 albergues habilitados para atender la emergencia.
El Salvador, a su vez, se mantiene en alerta roja y habilitó albergues, luego de que los primeros impactos de Eta provocaron caídas de árboles en distintos puntos del país, según la protección civil.
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