Mucho se ha hablado de las declaraciones de Leopoldo López sobre la transición de Venezuela a la democracia, haciendo especial énfasis en el comentario de que la transición debe contar con la participación de todos los sectores, incluido el chavismo.
Las grandes transiciones democráticas en el mundo, como la de España, Brasil o Suráfrica, entre otras, han tenido como principal factor el entendimiento de todos los sectores de la sociedad, incluido entre ellos el gobierno anterior. Esto es, simplemente, porque es la única forma de crear estabilidad dentro del territorio nacional después de la salida del dictador.
Un gobierno dictatorial saliente, que se hizo con el poder de forma violenta, como el nuestro, no se quedará de brazos cruzados viendo cómo le quitan el poder sin garantizarles participación política real en el futuro de la nación.
Ahora, existe una línea roja; no podemos dejar participar a violadores sistemáticos de derechos humanos, como lo son Saab, El Aissami, Maduro y Cabello, dentro de las negociaciones de paz para nuestro pueblo. Para ellos la paz viene directamente asociada a que este lado desaparezca.
Es por esto que el juego se ha trancado por tanto tiempo, porque las exigencias son, simplemente, que estas personas no entren a negociar. Si logran hacer que los cargos medios de las fuerzas chavistas se sienten a negociar la transición democrática, estarían a un paso de la salida negociada del gobierno ilegítimo de Maduro.
Aclaro, no solo deben sentarse los gobiernos de Venezuela, deben estar incluidos todos los sectores de la sociedad; sociedad que cada vez es más compleja. ¿Cómo pueden hacer que esta transición sea la más amplia y la más acorde a las exigencias de la sociedad? No es sencillo, pero creo que al planteamiento principal de “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres” le falta un factor principal, y ese es la representación popular.
La salida, como yo lo veo, no debe quedarse solo en un gobierno de transición. Debe existir un proceso de transición que no culmine tan solo en la elección de un presidente; deben reestructurar todo el sistema político venezolano.
A mi forma de ver, deben acabar con el gobierno de usurpación, lograr la salida del régimen de Nicolás Maduro y pensar más allá de unas elecciones presidenciales. El proceso debe empezar con unas elecciones generales que abarquen a todos los representantes electos en Venezuela. Al tener a todos los concejales, diputados legislativos, diputados nacionales, alcaldes, gobernadores y presidente electos, deben crear comisiones de reestructuración nacional que partan de las asambleas electas en todos los niveles: municipales, estadales y nacionales.
La representación de todos los ciudadanos debe estar incluida porque, aunque lleguemos al punto de sanación, si no cuentan con todos para este proceso, solo crearán un sistema que logrará que haya democracia de forma temporal. Si no toman en cuenta a todos, en el futuro empezarán a existir partidos políticos que buscarán destruir lo creado y volver a donde estamos actualmente.
Para que no ocurran daños, concuerdo con lo expuesto por Leopoldo; deben involucrarlos a todos, pero cuando digo “a todos” me refiero a cada ciudadano. Creo profundamente en la democracia representativa y en la inteligencia de los pueblos.
Si se amparan en la Constitución de 1999 y comienzan, no con la creación de una nueva carta magna, sino con la reforma de la actual con toda la ciudadanía desde la cercanía de sus concejos municipales, sus asambleas estadales y su congreso de la república, podremos salir, no solo más fuertes, sino con las heridas curadas.
Como ejemplo tomo el caso de España, que realizó un proceso político muy interesante de transición, pero 40 años después estamos viendo cómo una de esas heridas mal curadas se está abriendo, creando unos extremismos muy dañinos para la democracia ibérica.
Evidentemente, no todas las ideas serán usadas porque es imposible hacer que 30 millones de ideas se tomen, pero la intención es ir creando consensos en búsqueda de un país que nos represente a todos.
La política no se debe dejar solo a los políticos; nosotros, como ciudadanos, debemos participar cada vez más en el accionar del Estado. La voz de todos cuenta y estoy seguro de que el ciudadano cada vez se sentirá más responsable porque se sentirá más escuchado.
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