Por los años pasados, el método Pilates ha figurado como uno de los sistemas de ejercicios más practicados y una de las principales tendencias, de acuerdo con la encuesta anual del Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, en inglés). Sin embargo, esta disciplina de entrenamiento, que tiene como base alcanzar la armonía de la mente y el cuerpo a través de una serie de movimientos y respiraciones controladas, tuvo su origen en la década de 1920, cuando Joseph H. Pilates, su creador, ideó un sistema que tenía como fundamentos la concentración, el control, el trabajo del centro (core), el movimiento fluido, la precisión y la respiración.
Sobre el método y su creador
“El pilates es un método de acondicionamiento físico inventado por Joseph H. Pilates durante la primera mitad del siglo 20. Inicialmente, él propuso un sistema que se hacía en un mat (estera), y que nombró Contrología. La premisa era que si fortalecías los músculos que acompañan la columna vertebral, ibas a tener una vida sana y plena”, explica Elizabeth Solá, instructora certificada de Pilates y propietaria de Mind Body Parlor, en Miramar. Agrega que en el método se integran el cuerpo, la mente y la respiración, y que cada movimiento está coordinado con la respiración.
“Pilates entendía, aun en aquel momento, cuando los conceptos del fitness no eran los de ahora, que si tú fortalecías el cuerpo y aumentabas la oxigenación, ibas a fortalecer tu sistema inmunológico e ibas a ser más resistente”, detalla Solá, para añadir que, en aquella época, la gripe española estaba causando estragos, como ocurre actualmente con el covid-19. Más adelante, estableció su estudio en la Octava Avenida, en Nueva York. Ahí puso en práctica una serie de 34 ejercicios de mat que son considerados como el repertorio básico universal del método y desarrolló varios aparatos para trabajar las diferentes partes del cuerpo con mayor eficiencia.
Como anécdota, Solá cuenta que entre los bailarines que acudieron a Pilates para tratar alguna lesión con entrenamiento y ejercicios de rehabilitación se encontraba la bailarina, coreógrafa y fundadora de Ballet Concierto, Lolita San Miguel, quien es una de las profesoras de primera generación del método y una de las únicas dos certificadas por Joseph Pilates para enseñarlo.
“Eso es bien importante, porque en Puerto Rico hay muchos maestros bien buenos, pues tenemos a una maestra que estudió el método directamente de Pilates”, destacó.
Una práctica completa
Si bien no hay limitaciones sobre quién puede practicar el pilates —Solá destaca que su estudiante más joven tiene 13 años, mientras la mayor tiene 90—, las contraindicaciones que pudieran surgir son en cuanto a la ejecución de algunos ejercicios, para los cuales “existen modificaciones”.
Yoga versus pilates
Aunque el yoga y el pilates comparten similitudes, también tienen algunas diferencias.
Por ejemplo, ambas disciplinas se pueden practicar en grupo o individualmente y tienen un fuerte componente mente-cuerpo.
“En yoga, sostienes la postura, respiras en ella y aprendes a enfrentar una posición, que puede ser o no difícil para ti, a través de tu respiración, mientras que, en el caso del pilates, la respiración promueve el movimiento”, subrayó.
Debido al énfasis en las técnicas y los patrones de movimiento del pilates, este método es integrado en el plan de tratamiento de muchas lesiones y condiciones.
¿Qué necesitas?
Para la también instructora de yoga, “todo lo que necesitas para practicar el pilates es una superficie donde acostarte o sentarte, tu cuerpo y tu respiración”. pues no siempre es necesario usar los aparatos.
“El requisito es respirar; si estás respirando, puedes hacer pilates”, dijo. Añadió que unas medias con grip (con suela antideslizante) pueden facilitar los movimientos.
Por su parte, los aparatos permiten “educar” al cuerpo para realizar ciertos movimientos con la técnica adecuada y evitando lesiones. El más conocido es el Reformer.
“El Reformer estabiliza y guía el movimiento, por eso se utiliza para rehabilitación, porque la persona está apoyada, acostada, sentada o parada en una plataforma y el aparato le asiste para que se mueva de una manera correcta”, describe.
¿Ayuda a perder peso, moldear y tonificar?
Aunque el pilates no es una práctica de carácter aeróbico, si tu deseo es perder peso, Solá recomienda que añadas a tu régimen ejercicio cardiovascular (siempre con la recomendación de tu médico).
No obstante, señala que “el método hace que crezca la masa muscular, así que quizás no pierdas peso, pero vas tonificando, porque vas sustituyendo tejido graso por masa muscular saludable”, resaltó, pero afirma que lo ideal es buscar un balance entre ejercicios de fuerza y ejercicios cardiovasculares para quemar grasa.
Beneficios
Aunque las investigaciones relacionadas con la efectividad del método Pilates son limitadas, se sabe, de acuerdo con el ACSM, que las investigaciones sobre la estabilidad de la columna lo apoyan indirectamente, porque se relaciona con un menor riesgo de lesiones lumbares.
El ACSM señala, además, que el método Pilates enseña a contraer los músculos abdominales, aumentando la contracción del suelo pélvico, lo que puede ser útil para prevenir la incontinencia urinaria.
Solá destaca que quienes tienen inicio de osteoporosis u osteopenia, o de alguna enfermedad degenerativa de los discos, se benefician de esta práctica. Otro gran beneficio proviene de la respiración, la cual, por su movimiento amplio, tiene muchos efectos, sobre todo en la capacidad pulmonar. También asegura mayor oxigenación en el cuerpo, lo que facilita el intercambio de toxinas. Esta respiración profunda y eficiente es beneficiosa para personas con disfunción pulmonar, asmáticas o que están recuperándose del hábito de fumar.
“Además, esta respiración calma la mente, lo que se transfiere a las actividades de tu vida diaria sin que te des cuenta”, indicó al mencionar que el cuerpo comienza a reaccionar diferente al estrés.
Los cambios se notan con relativa rapidez, pero estos no son solo físicos, sino que también permiten que las personas sientan menos dolor o tengan una mayor resistencia física y respiratoria.
“Con una práctica consistente de dos veces en semana, vas a aliviar tus dolores en por lo menos uno o dos meses, porque el fortalecimiento es bastante rápido”, agregó.
Asimismo, con la práctica también vas ganando flexibilidad, lo que aumenta la circulación y el transporte de nutrientes, así como el rendimiento y, más adelante en la vida, la capacidad de movimiento, entre otras ventajas.
La mejor manera de comenzar
«Si tienes los recursos, la recomendación es que vayas a una sesión privada para que ese maestro te dé los principios del método en cuanto a postura, respiración, movimiento y utilización de algunos de los aparatos. También puedes acudir a sesiones de pilates para principiantes.
“Típicamente, los grupos de pilates son pequeños, si son en aparato, lo máximo que he visto aquí son siete personas, lo que le permite al maestro tener cercanía con los estudiantes, pero, si te quieres ir a la segura, vete a una clase privada; no te vas a arrepentir, porque cuando llegues a una clase grupal vas a estar más familiarizado con el proceso”, afirmó.
Recomendaciones
- Busca un instructor que evidentemente sepa lo que está haciendo y que esté certificado. Es bueno que trates con diferentes maestros para ver con quién te sientes mejor. Por fortuna, eso no es un problema en Puerto Rico toda vez que prácticamente todos los estudios tienen maestros excelentes y muy capacitados.
- Escoge un estudio donde te sientas cómodo y te guste el ambiente. No debes sentir que es una obligación.
- Escoge una clase de acuerdo con tu nivel de ejecución. Incluso, aunque seas súper activo o tengas una buena condición física, es recomendable que comiences con una clase básica.
- No dudes en tomar, al menos, una sesión privada para que aprendas los elementos básicos del método.
- No debes sentir dolor como si hubieras estado levantando pesas por dos horas. Así que, si fuiste a una clase y te sientes adolorido por una semana, debes consultarlo con el instructor y verificar si ese es el acercamiento de pilates adecuado para ti.
- Date tiempo. Una o dos sesiones no suelen ser suficientes para determinar si el método funciona para ti. Comprométete por uno o dos meses para darte tiempo a seguir el programa.
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