Leopoldo López era sin duda alguna uno de los presos más custodiados del continente.
El régimen de Nicolás Maduro le tenía vigilancia técnica y humana desde 2017, cuando salió de la cárcel militar de Ramo Verde, tras pagar 3 años, acusado de asociación para delinquir e incitación a la violencia.
En julio de ese año se le otorgó arresto domiciliario y aunque quedó libre, a principios de 2019, seguía siendo objetivo de la dictadura que lo monitoreaba junto con su entorno.
Por eso, fue usa sorpresa que se pudiera evadir de la residencia del embajador de España, en donde permanecía desde el 30 de abril de 2019, cuando volvió a quedar en la mira de Maduro, por liderar –con el presidente interino, Juan Guaidó– un alzamiento militar en Caracas.
“Se le tenía vigilancia electrónica y humana. Y el dispositivo estaba reforzado por colectivos chavistas. La logística para sacarlo de allí, financiera y tácticamente, debió ser robusta”, le dijo a El Tiempo una alta fuente venezolana.
López ha dicho que no puede dar detalles de su salida: “No lo hago, para proteger la integridad de las personas que me ayudaron”, le dijo a CNN.
Pero su padre, Leopoldo López Gil, alcanzó a dar pistas de cómo salió su hijo de la residencia diplomática, una estructura protegida por un muro, columnas de concreto y láminas de acero de por lo menos tres metros de altura.
Aseguró que la ‘ruta clandestina de escape’ incluyó la frontera con Colombia. Esa vía supone un traslado terrestre de 12 horas y media, por carreteras llenas de controles del régimen. Por eso se cree que tuvo que ser movido en helicóptero, que hace la ruta en 3 horas.
¿Cabello detrás? Según esa versión, llegó a Cúcuta y tomó un vuelo a Aruba.
Colombia –que ayudó en la extracción de la fiscal Luisa Ortega y de otros opositores– no ha dicho nada. Por el contrario, tomó rápidamente carrera una segunda versión: que salió por Puerto Cabello hacia Aruba, en un recorrido de más de 770 kilómetros. Este trayecto se hace desde Caracas en un vuelo que no sobrepasa la hora.
En cualquiera de los casos, el analista en seguridad venezolano Johan Obdola, señala que López tuvo que contar con el apoyo de un sector del régimen para burlar controles.Y va más allá. Agrega que habría existido una negociación, de cara a las elecciones parlamentarias del 6 diciembre.
“Acá no hubo una aventura con tintes de heroísmo. Esto fue coordinado por las cadenas de mando de Diosdado Cabello, Gustavo González (actual director del Sebín) y el embajador de España, Jesús Silva”, señala el analista Obdola.
Y llama la atención en que López se reunió de inmediato con Pedro Sánchez, el jefe del Gobierno español, y luego anunció que impulsará unas elecciones prontas en Venezuela, “cuando se sabe que no existen las condiciones”.
Otra fuente cercana al régimen recordó que, en el libro del asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, se confirmó que varias fichas del régimen han buscado negociar, entre ellos Maikel Moreno (del Tribunal Supremo) y los generales Vladimir Padrino e Iván Hernández .
De hecho, le entregó a El Tiempo una carta (de mayo de 2019) en la que el exdirector del Sebín, general Manuel Ricardo Cristopher Figuera (hoy en el exilio), le dice a Cabello que Moreno, Padrino y Hernández han buscado una salida “para la calamitosa situación del país”.
Figuera dice en la carta que él revisó un documento de 20 páginas en donde se hablaba del tema, para “salvar a la patria de la que solo quedan andrajos” e incluso se buscaban alternativas para los sancionados por Estados Unidos.
Por ahora, el escape desencadenó operativos del Sebín, que rodearon la casa del embajador y detuvieron temporalmente al encargado de la seguridad y a colaboradores de López.
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