En la víspera de las elecciones presidenciales se registra una gran cantidad de personas que votan por correo de una manera que nunca antes se había visto en Estados Unidos. Las posibilidades de votar por correo se han ampliado este año debido a la pandemia del coronavirus, y 12 estados envían automáticamente solicitudes de voto postal a los hogares de todos los votantes registrados, entre ellos territorios claves como Arizona y Ohio.
Sin embargo, en algunos estados, como los cruciales de Pensilvania y Michigan, está prohibido empezar a procesar los votos emitidos por adelantado hasta el día de las elecciones, lo que apunta a un probable largo retraso en el recuento de esas papeletas, que en su mayoría, según los analistas, se espera que vayan para Joe Biden.
Si esos votos acaban inclinando esos estados a favor del demócrata cuando en la noche electoral pareciera que iban a engrosar la columna de Donald Trump, muchos observadores temen que el presidente pueda no reconocer ese resultado. En un escenario extremo podría derivar en una crisis constitucional.
«Nunca hemos visto un colegio electoral desalineado con el voto popular cuando hay mayoría. Entonces, es solo cuando hay una pluralidad de votos que vemos un problema de alineación. Si Biden recibe la mayoría del voto popular está prácticamente garantizado que también reciba la mayoría de los votos del colegio electoral», indicó a El Nacional Lonna Rae Atkeson, directora ejecutiva del Centro para el Estudio del Voto, Elecciones y Democracia en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nuevo México.
Pero, además, los retrasos en las entregas de cartas y paquetes por correo han generado preocupación en al menos 10 estados claves, donde el servicio de paquetería de primera clase va 7,8% más lento que en enero, según datos del Servicio Postal revisados el 20 de octubre por The Washington Post.
El conteo de votos
Esos retrasos se deben en parte a los recortes que los dirigentes del Servicio Postal nominados por Trump empezaron a implementar este año, aunque finalmente dieron marcha atrás ante la fuerte polémica generada en el país.
Las perturbaciones en el servicio postal pueden tener un impacto decisivo, debido a que estados claves como Michigan, Wisconsin y Georgia no aceptarán papeletas que lleguen después del 3 de noviembre. Eso incluso si su sello postal es anterior a esa fecha. En Carolina del Norte no se tramitarán votos recibidos después del 6 de noviembre.
Hubo algunos estados que estaban preparados para esto porque todos votaban por correo en su estado, como Colorado, Washington, Oregon y Montana. Pero luego hay otros estados que no lo estaban. Nuevo México, por ejemplo, en 2018, tuvo cerca de 70.000 personas votando por correo. Actualmente más de 350.000 personas solicitaron votar de a misma forma.
«El sistema ciertamente está tenso. Pasaremos mucho tiempo después de las elecciones contando votos. Y eso afectará el resultado del proceso. No vamos a tener una respuesta rápida sobre quién es elegido», advirtió Atkeson.
El senador Marco Rubio, de hecho, presentó un proyecto de ley para cambiar la fecha de Puerto Seguro en la que se deben elegir los electores, pero eso no pasó; y lo hizo en respuesta a la pandemia.
«Si este proceso fracasara y no pudiéramos contar los votos a tiempo y colocar a los electores en su lugar, eso desencadenaría un litigio adicional; obligaría a los legisladores a tomar decisiones sobre los votos. Lo que sería muy controvertido y no algo que ellos quisieran hacer. Pero ese proyecto de ley no parece ir a ninguna parte», advirtió la experta a El Nacional.
El rechazo de boletas
Texas, que tiene leyes de integridad muy estrictas en torno al voto por correo, extendió su campaña de votación anticipada en respuesta al covid-19. Por lo que hay una gran cantidad de cambios en curso.
«Cada vez que hacemos cambios es más complicado para los votantes y los administradores electorales. Y eso a veces resulta en problemas. El voto por correo siempre resulta en una mayor cantidad de papeletas rechazadas que la votación en persona», precisó Atkeson durante una conferencia virtual en la gira electoral del Centro de Prensa Internacional de Estados Unidos.
Según la experta, se espera un mayor número de boletas rechazadas que nunca antes debido a la gran cantidad de personas que eligieron votar por correo.
«No sabemos cuál será el impacto de eso o cómo se verá al final. Pero en las primarias, vimos un gran número de votantes cuyas boletas fueron rechazadas debido a problemas de integridad y de calificación», manifestó la profesora de la Universidad de Nuevo México.
Si la carrera presidencial, por supuesto, no está muy reñida, el rechazo de las boletas no será muy significativo. Pero si la carrera está cerrada, entonces esas papeletas se vuelven muy significativas y podrían dar lugar a otros litigios después de las elecciones del próximo 3 de noviembre.
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