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Mises, un economista incomprendido

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Por DANIEL LAHOUD

Nació en Lamberg, en aquel entonces parte del Imperio austrohúngaro. Hoy corresponde a Ucrania. Cien años antes del nacimiento de Mises, pertenecía a Rusia y, su reina, la famosa Catalina, le dijo a sus asesores: “Vamos a regalarle Lamberg a los austríacos, esa es una ciudad llena de ratas y judíos”. De hecho nuestro homenajeado de hoy era judío de origen, pero no de religión, porque varias veces dio muestras de agnosticismo, que es la condición que normalmente tienen los judíos de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Así lo eran Freud, Hesse y muchas otras figuras de inicios del siglo XX. Ludwig insistía mucho en su condición nobiliaria, y lo llamamos Ludwig von Mises, el Barón von Mises.

¡Un Barón judío! La razón de esto es porque su abuelo fue el cobrador de los impuestos en Lamberg y en su trabajo daba muestras de una entrega muy especial al Imperio, y ahí tenemos mucha leña que cortar, lo primero, que ese imperio era sensacional, se imaginan a un rey otorgándole el título de Barón a un judío, eso sólo es para extasiarse y aplaudir a rabiar a ese imperio, lo otro es común a todas las monarquías, ninguna cobraba impuestos muy onerosos, en España era famoso el “quinto real”, un 20%, pero había más generosas, que cobraban un 10%. Nada que ver con nuestras augustas democracias y dictaduras, que en nombre del “bien común” acaban con las capacidades de ahorro y los ingresos personales.

Otro elemento es que ese imperio tenía la moneda férreamente atada al “patrón oro,” y por ello podemos entender a cabalidad la forma de ver la economía de Mises. Mises se graduó joven de abogado, su madre tuvo mucho que ver en el destino de la familia, porque Ludwig fue abogado y Richard, su hermano, de quien poco se habla, fue físico. En esto vemos dos facetas de las familias judías de finales del siglo XIX, los nombres de los hijos no son hebreos, Ludwig y Richard, son nombres comunes entre alemanes y austríacos. Su madre estaba preocupada por la educación e insistió en que estos jóvenes estudiaran y alcanzaran un título universitario. No se detuvieron ahí, Ludwig va a doctorarse y Richard también. Por cierto, la relación entre ambos era atroz, porque, contrario a Ludwig, Richard permaneció en Austria y se unió a los departamentos de investigación nuclear del III Reich. A Ludwig no le gustaba que le nombraran a su hermano.

Ludwig, también en su juventud, se reclutó y sirvió en la artillería en la Primera Guerra Mundial, en la cual desapareció el Imperio. Al terminar la guerra, concluyó sus estudios y comenzó a trabajar en la Cámara de Comercio de Viena. Además, intentó conseguir una cátedra, pero las condiciones económicas de la nueva República Austriaca impedían que la universidad creara nuevas cátedras. Por ello, la universidad lo autorizó para ejercer como Privatdocent, que resulta un término que podemos traducir como Docente supernumerario, y que en la práctica significaba que habilitaba a Mises para dar clases, porque la universidad avalaba su calidad de profesor, pero no cobraba a la universidad y, además, tenías que ejercer tu cátedra fuera de ella. Esa es la razón por la cual los viernes, luego de cerrar la oficina de la Cámara de Comercio, Mises abría su seminario para que los alumnos entraran a oír al maestro.

De esta manera Mises fue el único miembro de la tercera generación austríaca y vamos a ver cómo se convirtió en el profesor de la cuarta, de la quinta y de la sexta generación austríaca.

Mises en Viena tuvo varias tareas. Como comentamos estableció su seminario de “problemas económicos contemporáneos”, el cual tuvo alumnos fijos como Hayek, Machlup, Oppenheimer, Lachmann, Morgenstern y alumnos que pasaron por él como Knight, Hicks, Robbins, Schumpeter, etc., además tuvo que enfrentar los errores de política que aplicó la socialdemocracia en el período de la entreguerra y criticar la hiperinflación, que también afectó a la República Austríaca, al igual que la Alemana en 1923. En esos años escribe la Teoría del Dinero y del Crédito, Socialismo y se realizará su diatriba con los socialistas austríacos, acerca de la Imposibilidad del Socialismo, y además escribirá otros libros de filosofía política y metodología económica.

Concentrándonos en economía, en el primer libro, Teoría del dinero y El Crédito, afirmó que el precio del dinero es su capacidad de compra, y que esta capacidad de compra se mide por la capacidad de compra del período anterior, y la del período anterior por la del ante anterior, y así sucesivamente, eso es denominado Teorema autoregresivo del Dinero, además aplicó el análisis marginal al dinero y esbozó la Teoría del Ciclo.

En el segundo libro hace un análisis tan descarnado del socialismo, desde el enfoque económico y social, que la lectura para un venezolano es deprimente, como quizá para cualquier país que haya sufrido las inclemencias de esa forma de organización política y económica.

Los terceros documentos son la descripción de porqué es imposible la aplicación global del socialismo. La prueba es evidente: si la Venezuela de hoy no importa productos no puede consumir, y al final, si todos los países de la tierra alcanzaran a instalar un socialismo, la pregunta es ¿quién produce? Por eso en alguno de sus libros afirma: “Bueno, si quieren destruir la humanidad, ensáyenlo, pero efectivamente acabarán con esto que llamamos la humanidad.”

En 1938, con la anexión (Anschluss)  de Austria, a Mises no le queda más remedio que huir de Austria y refugiarse en Suiza. Ahí por fin Mises tiene un trabajo como profesor y comienza la escritura de lo que luego se llamará la Acción Humana. Su trabajo lo está escribiendo en el idioma de Göethe.

En 1940, Fritz Machlup,  quien estaba ubicado en Estados Unidos, lo convence para que emigre de Suiza a USA y eso será toda una travesía, en medio de una Europa casi totalmente dominada por las fuerzas aliadas al Reich.

Una vez en USA, vuelve de nuevo a estar sin trabajo oficial y reeditará la figura del Privatdocent en NYU, y reescribirá lo que originalmente estaba haciendo en Suiza, La Acción Humana, que, como dice el profesor Gabriel Zanotti, es una obra pensada en alemán, escrita en inglés y mal traducida al castellano.

En NYU será el tutor de Israel Kirzner, con quien se inicia la quinta generación austríaca, y a ese seminario también asistirá Rothbard. Aquí viene lo curioso, Kirzner consigue el cargo como profesor en NYU y contratará a Mises como su asistente en la preparación de los miembros de la sexta generación de la escuela, y luego Kirzner le solicitará a Lachmann, quien se estaba jubilando en la Universidad de Witterswaterand (Suráfrica), para que lo apoye, sustituyendo a Mises en la educación de la sexta generación.

Ellos (Mises, Kirzner y Lachmann) son los artífices del renacimiento austríaco. Ahora ¿qué es esto que llamamos escuela austríaca? La escuela austríaca es subjetivista pura, nosotros no nos vamos por las ramas y creemos que el valor es un asunto totalmente subjetivo y eso implica muchas cosas. No aceptamos que los costos determinan los precios, no creemos que en el mercado se transen valores iguales y creemos que el individuo siempre es racional.

En cuanto a metodología, Mises consideraba que la metodología adecuada para la economía es la deductiva, por lo que no recomienda el uso de gráficas, estadísticas y modelos matemáticos o estadísticos para estudiar y comprender la economía. Eso hace muy complejo el entendimiento de una ciencia que aspira a ser exacta, y pretende algún grado de precisión, y en su momento, Mises fue víctima de ese mismo distanciamiento que los otros economistas hacen cuando escuchan nuestras ideas.

Él, por ejemplo, tiene una preocupación muy especial por el empresario, al cual considera el personaje más importante de la economía y nos explica esto en tres visiones, la Weberiana, (por la influencia de Max Weber), según la cual el empresario es un individuo especial, un “tipo ideal”, que se dedica a la gestión de los negocios.  La segunda visión es praxeológica, es decir, entender al empresario como gestor de los recursos para obtener determinados fines, y la tercera, la cataláctica, o sea, el individuo solitario actuando a la luz de la incertidumbre inherente a cualquier actividad. Ahora ratifica que empresarios somos todos, porque siempre tenemos que decidirnos y la decisión misma nos va fortaleciendo hasta que logramos convertirnos en tomadores de decisiones excepcionales y esos son los empresarios que destacan. Reconociendo, y esa es una de las cosas importantes de Mises, que el empresario más exitoso es aquel que presta los mejores servicios a sus consumidores.

Hay un elemento que provoca problemas serios en la visión de los economistas: a los austríacos no les gusta la figura del banco central, no por un capricho, sino porque, por intermedio de Mises, entendimos que el origen de las fluctuaciones económicas, es decir, los ciclos, o quizá para hacernos entender mejor, las crisis económicas, tienen su génesis en la manipulación monetaria; por eso la figura de un banco central actor de la política monetaria es mal vista en la escuela. Mises trajo el concepto de la tasa natural de interés de Wicksell y lo aplicó diciendo que cuando el banco central, o el organismo que actúa como agente de la política monetaria fija las tasas, y lo hace bajando la tasa por debajo del nivel de la tasa natural de interés, incentiva a los empresarios a tomar decisiones equivocadas, cometiendo los errores de inversión, es decir, los malinvestments, que fue como los llamó Mises, es la principal causa de la futura recesión. Por lo que los austríacos entienden que el ciclo es causado por la presencia de un banco central que actúa de manera activa.

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