Una comisión de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a cargo de Michelle Bachelet, visitó este miércoles 7 de octubre la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, ubicada en Boleíta Norte, en Caracas.
La información la publicó la periodista Sebastiana Barráez, especializada en la fuente militar, en un artículo publicado en Infobae y en Twitter.
Los representantes, aseguró la comunicadores, habrían estado preparando desde hace un mes la visita de la alta comisionada, que sería una segunda visita al país para constatar la situación de los derechos humanos.
«El régimen se prepara para una nueva visita de Bachelet a Venezuela y ya están haciendo los preparativos para que eso ocurra lo más pronto posible y que la alta comisionada dé respaldo a las elecciones parlamentarias», aseguró.
Aseguró que en el edificio en donde funciona el organismo militar han estado mejorando las condiciones de reclusión: «No es solo la misa del domingo con cánticos, también la salida al sol, juegos de básquet. Le ordenaron a los esbirros no usar pasamontañas ni los característicos trajes negros. Hay entrada de más alimentos de los familiares. Pintan celdas y trasladan a presos que denuncian«.
Barráez señaló que el 2 de septiembre arribó al país una comisión de Bachelet, encabezada por José María Aranaz, jefe de la División de las Américas, Europa y Asia Central.
El 12 de septiembre, y solo por un día, el régimen también permitió el ingreso de la comisión a la Dgcim, dos días antes de la presentación del informe oral de Bachelet ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Los delegados se reunieron con 12 de los más de 200 detenidos que están recluidos en los sótanos de la Dgcim.
Aranaz pudo conversar en una habitación con algunos detenidos, como el general Héctor Da Costa y el capitán de navío Humberto de la Sotta. Además del comandante Igber Marín Chaparro, el coronel Johnny Mejías Laya, teniente coronel Ruperto Molina, entre otros.
Pero, según la periodista, los custodios estaban grabando las reuniones sin que los detenidos ni los representantes de Bachelet se percataran. Posteriormente, afirmó, los militares presuntamente torturaron a quienes denunciaron detalladamente los tratos crueles desde 2018.
2/2 No solo es la misa del domingo con cánticos, también la salida al sol, juegos de básquet.
Le ordenaron a los esbirros no usar pasamontañas ni los característicos trajes negros.
Hay entrada de más alimentos de los familiares.
Pintan celdas y trasladan a presos que denuncian.— Sebastiana Barráez (@SebastianaSin) October 7, 2020
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