El pasado primero de octubre se cumplieron 74 años de la reapertura de la Universidad del Zulia. Excelente oportunidad para reflexionar sobre la importancia de las universidades en el desarrollo integral de la sociedad. Me refiero al valor del sistema educativo en la etapa superior.
No es fácil sintetizar el sentimiento que llevamos por dentro quienes tuvimos una intensa vida estudiantil. En lo personal me correspondió ser presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho, presidente de la Federación de Centros Universitarios, representante estudiantil ante el Consejo Universitario en dos períodos, integrante del grupo fundador de la Democracia Cristiana Universitaria, DCU, simultáneamente por varios años secretario general de la Juventud Revolucionaria Copeyana en Zulia e integrante de varias comisiones especiales para tareas específicas. Fueron años de lucha intensa en nombre de la democracia que se iniciaba frente a los factores que, para la época, aparecían como una izquierda socialista inspirada en el castro-comunismo. LUZ fue la primera Universidad liberada del peligro subversivo y el movimiento estudiantil se convirtió en instrumento fundamental para la estabilidad democrática.
En esos intensos años de lucha estudiantil, tuvimos la fortuna de tener grandes valores zulianos al frente de la institución. Antonio Borjas Romero como Rector siguiendo a la distancia los pasos de Jesús Enrique Lossada, rector de la reapertura. Nectario Andrade Labarca, decano de la Facultad de Derecho y líder máximo del Copei zuliano. Humberto J. La Roche, secretario y podría llenar varias páginas con los nombres de quienes ejercían funciones direccionales como decanos, directores o titulares de cátedras específicas en la distintas facultades.
La formación de ingenieros petroleros y geólogos resultó fundamental para el desarrollo de la industria y de la minería en toda Venezuela. Agronomía y Veterinaria hicieron fundamentales contribuciones al desarrollo de sus correspondientes áreas. Las Facultades de Medicina y Odontología por una parte, de Humanidades y Educación por la otra, de Economía y todas las demás, aportaron al Zulia un material humano de primera categoría para su desarrollo integral.
“Post Nubila Phoebus” fue la consigna central. Está en nuestro escudo y se le ha hecho honor. Recuerdo el enorme significado cuando se abrieron las extensiones de Cabimas y de Punto Fijo multiplicando oportunidades de formación superior que posteriormente se multiplicaron acertadamente.
Sin embargo, nuestra Universidad del Zulia, de hecho todas las universidades autónomas, está un una etapa crítica de su existencia. Se trata de una política intervencionista, revanchista y criminal del estado-gobierno en estas dos largas décadas del socialismo del siglo XXI. El régimen ha pretendido controlarlas y someterlas con la sostenida política del ahogo económico y financiero y de la represión sistemática. A esto hay que ponerle punto final.
Ya basta. LUZ deberá poner todo su empeño en lograr su total liberación. Para ser plenamente autónoma deberá en el futuro inmediato, diseñar fórmulas que le permitan autofinanciarse y depender solo de sí misma.
@osalpaz
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