La palabra curioso/curiosa tiene varios significados, según la Real Academia Española. Sin embargo, la acepción que más se ajusta para efectos de este artículo es: “Inclinado a aprender lo que no conoce”. La curiosidad es una característica innata de las personas que a lo largo de la historia ha demostrado ser un valioso atributo. Inventos, avances y descubrimientos se deben, en gran medida, a ello.
En el mundo de los negocios la curiosidad tiene un peso significativo. Esa inquietud por saber más sobre el entorno, sobre lo que está ocurriendo, es una de las cualidades más apreciadas y buscadas por las empresas. Un personal curioso impulsa la productividad, competitividad y rentabilidad.
En 2018, el Foro Económico Mundial de Davos lo confirmó. Aseguró que la curiosidad sería “una de las cualidades del carácter necesarias para introducirse y mantenerse en el mercado laboral en este siglo”. Estudios respaldan ese planteamiento y, además, advierten que “los empleados curiosos tienden a tener un desempeño individual mejor en su trabajo”.
Un informe de Infojobs y Future for Work Institute va por la misma línea. Indica que el rendimiento, la capacidad de trabajo y la relación con los demás miembros de una compañía son aspectos que se ven influidos por la curiosidad.
«Los individuos curiosos tienden a aprender más y más rápido. Suelen hacer más preguntas, lo que facilita su comprensión de las personas con las que se relacionan y los problemas a los que se enfrentan. Son perseverantes ante problemas y desafíos difíciles de resolver», señala el informe.
Lo cierto es que un empleado curioso muestra una actitud entusiasta y proactiva. Esto lo hace ágil a la hora de conocer nuevas tareas, nuevos procesos y métodos. De hecho, trabajadores curiosos con iniciativa para explorar, detectar oportunidades y plantearse nuevas soluciones para situaciones donde los manuales no funcionan hacen que las empresas innoven y evolucionen más rápidamente.
Pero un rasgo que resulta aún más relevante para una compañía en lo que respecta a este tipo de persona, es que tiende a mostrar una mayor apertura a nuevas ideas y está dispuesto a explorarlas, lo que facilita su adaptación a entornos cambiantes.
Y si algo caracteriza la situación actual y el futuro que se avecina es el continuo cambio, un tanto inestable y poco previsible. Así que sentir curiosidad y no miedo al enfrentar contextos complejos representa una ventaja competitiva que las empresas no deben dejar pasar.
Por todo lo dicho anteriormente, no es aventurado afirmar que la presencia de empleados curiosos les permitirá a las compañías adaptarse, sin duda con éxito, a las exigencias de los nuevos tiempos. Queda demostrado que la curiosidad cotiza alto en las empresas.
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