La decisión del gobierno de Trump de restablecer todas las sanciones financiera y enfrentar al gobierno de la República Islámica de Irán, pasando por encima de los acuerdo diplomáticos existentes con la Unión Europea, Rusia y China, son la confirmación de que se pueden presentar en las próximas semanas situaciones de real confrontación militar entre la coalición de Israel, Estados Unidos, Arabia Saudita, entre otros países, para enfrentar de manera decisiva al gobierno teocrático de Irán y sus aliados en Siria, Yemen, Palestina y de producirse atentados o ataques globales, posiblemente terminen involucrados países de América Latina en esta situación problemática.
No es poca cosa el desafío diplomático que recuerda aquellos días de la invasión de Irak en 2003, siendo notables las declaraciones oficiales de la ONU en vocería de su propio secretario general que manifestó lo siguiente: “La mayoría de los miembros de Consejo de Seguridad han explicado al presidente del Consejo que la carta (de Pompeo) no es una notificación de acuerdo con el punto 11 de la Resolución 2231” , y a su vez : “Es ilegítimo que Estados Unidos pida al Consejo de Seguridad invocar la cláusula de restitución” de las sanciones porque ya no es parte del acuerdo, ha explicado el embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, en una misiva remitida el sábado al Consejo de Seguridad a la que ha tenido acceso la agencia de información económica Bloomberg.
Es evidente que las alianzas políticas y económicas de las últimas semanas entre Israel y poderosas financieramente monarquías árabes del golfo Pérsico y los anuncios de 5-6 nuevos que reconocerán a este Estado, es un golpe geopolítico muy duro para la causa de los grupos que buscan por la vía militar conseguir la independencia palestina y a su vez implica la aparición de una gran alianza contra su mayor desafío en materia de seguridad, como es evitar que Irán termine de fabricar armas nucleares que le den la independencia de acción que tiene Corea del Norte con relación a la comunidad internacional, a pesar de su evidente falta de capacidad económica.
No es exagerado pensar que nuevamente la Unión Europea, China y Rusia pueden quedar de adorno como el año 2003, debido a su incapacidad por desmantelar el programa atómico iraní a cambio de compensaciones económicas que satisficieran las garantías de seguridades nacionales y regionales de sus vecinos.
Las poderosas amenazas de sanciones financieras y comerciales estadounidenses y el temor a los servicios de inteligencia israelíes, son más que suficientes para las empresas e individuos de importancia global, que se les ocurra mantener vínculos con Irán a despecho de las sanciones del gobierno de Trump, que sabe que tiene lapsos muy cortos para detener o destruir el programa atómico de Irán, tal como Israel destruyó el programa atómico de Irak en 1981 bajo la forma de ataques aéreos.
A pesar de las esperadas protestas de los demás integrantes de la comunidad internacional y de los juristas del derecho internacional y defensores de las vías pacíficas para la resolución de las controversias entre las naciones, es evidente que las líneas rojas entre los intereses regionales y las áreas de seguridad propias de cada país, están en franco “choque de trenes”, mientras las amenazas de parte y parte solo van in crescendo, con el paso de los días.
Esta situación de extrema gravedad para la paz mundial debe ser observada con extrema preocupación por nuestra dirigencia política nacional, debido a que en los actuales momentos existe una dependencia vital del suministro de combustibles por parte de Irán hacia Venezuela, mientras que sus entidades comerciales y políticas que funcionan en Venezuela están bajo escrutinio estadounidense, colombiano y brasileño.
No debemos olvidar las acusaciones del presidente de Colombia, Iván Duque, sobre la supuesta presencia de misiles de diverso tipo en nuestro país, lo cual nos convierte en un escenario peligroso de conflicto en esta situación.
De presentarse una guerra abierta entre dichos países, el gobierno de Nicolás Maduro está obligado a mantener una estricta neutralidad (lo que implica rechazar públicamente cualquier promesa de vengar al difunto general Soleimani, entre otros gestos) y cuidar empresas y ciudadanos estadounidenses en Venezuela, “so riesgo” de que sea acusado de ser parte del conflicto y sea esta la razón de Estado que utilicen todos sus enemigos en el continente para justificar una intervención militar.
Es difícil para los ciudadanos tener que oír que, además de su grave crisis económica, de servicios públicos y otros males, se acerca peligrosamente la posibilidad muy real de una guerra contra nuestros vecinos (Guyana, Brasil y Colombia), además de 2 potencias nucleares (Israel y Estados Unidos), que parecen estar decididos a acabar con la amenaza nuclear de Irán y garantizar el suministro seguro de petróleo por el estrecho de Ormuz, sin riesgo de bloqueo alguno.
Es importante no negar la realidad y pensar que las amenazas militares son un recurso en vano de las grandes potencias a la hora de defender sus intereses vitales, lo que también debería ser tema de discusión por parte de los demás grupos políticos, especialmente de aquellos que están anotados a la participación electoral.
Seguir pensando en que la crisis política en Venezuela, es un asunto “entre venezolanos” es negar la presencia de cubanos, chinos, rusos e iraníes, tanto como pretender negar las bases militares estadounidenses en Colombia. Uno esperaría de dichas agrupaciones de ciudadanos una posición (compartida o no), pero una posición más seria y contundente hacia esta tragedia histórica para nuestra patria si se precipitan los acontecimientos descritos anteriormente.
Es que incluso, la detención de los buques petroleros que vienen hacia Venezuela pueden ser “la chispa que incendió la pradera”, por lo cual debemos entender que estamos en momentos de inmenso peligro.
Estoy más que seguro de que gobiernos antiestadounidenses de países como Argentina, México, Cuba y Nicaragua, evitarán por todos los medios verse involucrados en esta situación de la misma manera que los gobiernos fascistas de Portugal y España evitaron participar en la Segunda Guerra Mundial y duraron varias décadas más, así como recordamos la habilidad política de Fidel Castro en fusilar a héroes nacionales de Cuba, evitando que involucraran a su gobierno en acusaciones de narcotráfico en su momento.
Es hora de alcanzar un consenso para lograr una salida histórica a nuestra crisis política….
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