Dos compañías dedicadas a desarrollar vacunas contra el covid-19 aseguraron que están tratando de hacer pública toda la información posible sobre sus ensayos. Esto en momentos en que las autoridades y las firmas tratan de sembrar confianza sobre un eventual proceso de vacunación.
El CEO de AstraZeneca, Pascal Soriot, y el director científico de Johnson & Johnson, Paul Stoffels, declararon este jueves que están conscientes de que la pandemia exige una mayor transparencia por parte de las empresas. Esto con la finalidad de que la gente se sienta segura hacia la vacuna. Enfatizaron que, sin embargo, hay un límite a lo que pueden divulgar. Pues deben proteger la privacidad de los pacientes y la integridad de las investigaciones científicas.
Al final, la ciudadanía tendrá que confiar en los entes reguladores mundiales y en los expertos independientes que supervisan los experimentos. Así lo manifestó Soriot en un panel patrocinado por el Foro Económico Mundial.
“Hay que confiar en que los expertos, cuya misión es monitorear estas pruebas de las vacunas. Están haciendo una buena labor”, afirmó Soriot.
Agregó: “La Medicina no debe practicarse para ser publicada por los medios de comunicación, debe practicarse a manos de los expertos”.
El desarrollo
Los comentarios surgen en momentos en que diversas entidades científicas aceleran esfuerzos para desarrollar una vacuna que proteja a la humanidad del virus que ha matado a un millón de personas en todo el mundo. Y en momentos en que diversos países sufren un repunte de casos. Estados Unidos y otros países han invertido miles de millones de dólares para desarrollar una vacuna que les permita levantar las restricciones sobre las interacciones sociales que han apabullado a la economía mundial.
Sin embargo, diversos expertos advierten que la presión política podría llevar a las farmacéuticas a aprobar una vacuna prematuramente. Esto socavaría la confianza pública en cuanto a la seguridad y eficacia del remedio.
El presidente estadounidense Donald Trump ha expresado reiteradamente su creencia de que habrá una vacuna antes de las elecciones del 3 de noviembre y ha tildado de “confundidos” a los científicos que cuestionan esa apreciación.
Soriot enfatizó que las vacunas ensayadas por su compañía como por otras tendrán que ser aprobadas por reguladores internacionales, no sólo los estadounidenses.
“Uno de verdad tendría que ser fanático de las teorías conspirativas para creer que todos los reguladores del mundo coincidirán en aprobar una vacuna que no sea eficaz ni segura”, expresó Soriot.
“Es difícil creer que eso ocurra, así que lo que ocurrirá es que habrá entidades de diferentes países examinando los datos”, añadió.
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