Venezuela es gobernada en su práctica e ideología por un régimen eclíptico neomarxista, militarista, populista… en el que no existe equilibrio de poderes ni obstáculos a la voluntad del madurismo. Incluso perdiendo en todas las encuestas con significativas brechas, organiza eventos electorales con ciertas “reglas del juego democrático” y las gana.
La significación de populismo es tan compleja que los especialistas del tema lo han visto como una especie de nacionalismo cuyo rasgo distintivo es la equiparación del país con el pueblo, pareciendo este último al universo social integrado por la gente. Por ejemplo en Venezuela, el nacionalismo es utilizado en varias vertientes para dar la sensación de unión con el pueblo, teniendo como los protagonistas a los excluidos, no visibilizados, es decir, en nombre de estas personas es que Maduro se erige en su imaginación como el defensor de los intereses nacionales frente a la supuesta agresión e inevitable invasión del imperio y sus aliados. Populismo es construir políticas socioeconómicas que beneficien a los más vulnerables de los estratos sociales D-E. Cuando Hugo Chávez tomó el poder hace 21 años, promovió un populismo de izquierda que parecía estar concebido para salvar la democracia venezolana. Por el contrario, provocó la implosión del modelo democrático desde el primer momento en que el Tribunal Supremo de Justicia se apropió de las funciones de la Asamblea Nacional.
El futuro de Venezuela es una advertencia: en el contexto social el populismo es un camino que al principio se aceptaba a través de sus misiones como acciones de buena voluntad y justicia social hacia los desposeídos, con sustancia redentora. Sin embargo, cuando se analiza y se comprende hasta su conclusión lógica, esta práctica provocó que la democracia se cuestionara e incluso se convirtió en autoritarismo. Nuestro país es el peor ejemplo del resultado de un régimen populista, en el que las instituciones del Estado se han debilitado tanto que el crimen y la tortura está libertino, la corrupción es casi generalizada y la calidad de vida ha colapsado.
En tiempos electorales los gobernantes y líderes políticos se apoyan en sus estudios de opinión o encuestas, sus discursos en pocas palabras apuntan a “decirle al pueblo lo que este quiere escuchar, independientemente de la realidad objetiva”. En este sentido, todo político es un populista. De lo contrario no tendría esperanza de ganar ninguna elección. Cualquier duda al respecto de esta última afirmación puede ser aclarada proyectándole una mirada a las promesas que hacen en los momentos históricos electorales los candidatos presidenciales, gobernadores, alcaldes, diputados, hasta concejales. Pero no crea que el populismo es una característica nueva en el sistema político venezolano, es una consecuencia inevitable de las democracias. Ahora bien, las misiones, los bonos, los CLAP y el carnet de la patria son prácticas populistas que buscan el apoyo popular para potenciar la gestión de Maduro articulado al control social, incluso con algunos servicios públicos prácticamente gratis… Toda una miseria del populismo.
Nuestros estudios de opinión revelan que el populismo salvaje de Maduro no auxilia con sus efectos las estrategias deseadas, como la compra de conciencia en la mayoría de los venezolanos. Así lo revelan nuestras encuestas, en este caso el Estudio Nacional de Hercon Consultores. Nuestra última investigación telefónica, realizada en el mes de septiembre de 2020 sobre una base de 800 personas, mayores de edad e inscritas en el Consejo Nacional Electoral, con un nivel de confianza de 95%, devela una realidad concreta en negativo. Podemos compartir algunos datos cuantitativos obtenidos en la línea de investigación socioeconómica: 89,8% de los venezolanos cree que la situación económica seguirá empeorando; 68,7% de los consultados asegura recibir los beneficios de la bolsa CLAP, mientras que 25,5% dijo que no la recibe. 68,9% de los estratos sociales D-E hace 2 comidas al día. 85,1% de los venezolanos gana a la fecha un dólar mensual. Esta pregunta se conecta al 72,7% de los entrevistados que opina que los sueldos y salarios por la aguda crisis económica que transita el país deberían ser en dólares. En tiempos de elecciones, conociendo los escenarios a través de encuestas, mandatarios y líderes políticos tratan de “solventar” esta situación activando el populismo en sus diversas prácticas con el objetivo único de capturar el voto, es decir, llegar al poder o mantenerse en él.
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