Altas fuentes de la Policía de Colombia confirmaron que el excapo del cartel del Norte de Valle Carlos Alberto «Beto» Rentería, quien había regresado a ese país hace años después de ser extraditado a Estados Unidos, fue asesinado en Tuluá cuando hacía una visita a conocidos.
Un pistolero se encargó de dar muerte al hombre alrededor del cual se tejían historias y leyendas sobre su vida en el crimen, reseñó el diario El Tiempo.
Rentería se encontraba en un domicilio de la calle 34 con carrera 24 del barrio Sajonia, de Tuluá.
Estaba en un cuarto, sentado, frente a una cama. Se había quitado la correa pero seguía con una maleta en la cintura.
Pero no reaccionó cuando desde la calle, a través de una ventana, lo atacaron a tiros. El agresor, al parecer, huyó con otro hombre en una motocicleta. La muerte de Rentería fue en el acto.
La noticia corrió por las calles de Tuluá. Unos siempre lo han defendido de las acusaciones y otros lo han admirado por sus aventuras fuera de la ley.
El hombre había pagado una condena de siete años de cárcel por tráfico de drogas en Estados Unidos. Fue capturado el 4 de julio de 2010 en Venezuela.
Antes de ser detenido traficaba con cocaína desde los años 80 y, a principios de los 90, con la caída del cartel de Medellín, consolidó su poder en el norte del Valle, a pesar de que siempre manejó un bajo perfil.
Beto se quitó el bigote con el cual era reconocido en los carteles de «se busca» que circulaban en ambos países y viajaba continuamente a Argentina, pero, en su momento, fue localizado gracias a un informante que había cooperado con la ubicación de uno de sus hombres cercanos y enlace en Venezuela.
La DEA puso un precio de 5 millones de dólares de recompensa por su captura. En un operativo de madrugada, el 5 de julio de 2010, Rentería fue detenido por un grupo combinado del Servicio Bolivariano de Inteligencia y la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), en Valencia, Venezuela.
Esa detención, después de siete años de seguimientos, se llevó a cabo con el apoyo de la Agencia Británica Responsable para el Crimen Organizado (SOCA, por sus siglas en inglés).
Solo una semana después de su captura, Rentería fue extraditado en un avión de la DEA al lado de Luis Frank Tello Candelo, alias el loco Frank, y Carlos Ojeda, conocido como el ingeniero del mar.
En febrero de 2018 fue enviado de Estados Unidos a Colombia. Se le veía encanecido y delgado.
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