Laura Clark, oriunda de Owensboro, una ciudad del estado de Kentucky, es la jueza de línea que recibió el pelotazo sin intención del serbio Novak Djokovic en el estadio Arthur Ashe y por el que el número uno del ranking mundial quedó descalificado en los octavos de final del Abierto de los Estados Unidos.
Después de quedar admirada por el juego de Andre Agassi, Pete Sampras y Michael Chang, Clark decidió involucrarse en el tenis desde el arbitraje, trabajó en torneos juveniles y universitarios hasta llegar a los mejores certámenes del tour.
«La primera vez que estás en una cancha grande es aterradora, y es la experiencia más genial y aterradora del mundo entero. Estás temblando tan fuerte y estás seguro de que pueden verte temblar. Tan pronto como comienza el partido, tan pronto como es el momento de ponerse de pie y mirar hacia abajo a la cancha, los nervios desaparecen, hasta que te equivocas o tu voz se vuelve aguda. Luego vuelve», expresó Clark, en noviembre de 2014, en una entrevista con la revista de su ciudad Living Owensboro Magazine.
En esa misma publicación, la jueza contó que durante uno de sus primeros torneos masculinos en los que ofició, en Louisville, recibió un saque de 209 km/h en su labio que la lastimó.
«Nunca había aprendido la técnica del movimiento y me rompió el labio por completo. Ese es probablemente el más memorable porque era nueva», recordó. Claro que ahora, tras el incidente con Djokovic en el US Open, tiene un hecho todavía más «memorable».
¿Cómo se prepara Clark durante los torneos? «Intento alejarme de todo lo demás que está pasando. En un gran torneo, somos cien. Tenemos una gran sala de descanso donde estamos todos juntos, jugando todo el día, poniéndonos al día o conociéndonos. Hay un montón de rumores sobre lo que está pasando. Para mí, juego a las cartas o lo que sea, pero 15 minutos antes de que llegue el momento de continuar, me escapo y me recuerdo a mí misma por qué estoy allí y qué estoy haciendo. Tengo que hacer eso para aclarar mi mente, para hacer mi mejor esfuerzo, para no arruinar una llamada», dijo la estadounidense.
Clark confesó que le agrada la presión a la que están sometidos durante los partidos y que también es comprensiva con la tensión que tienen los jugadores.
También añadió que la paga que recibe no es gran cosa, pero que, de todos modos, seguiría en esa actividad aunque no cobrara nada. «Nos encanta la revisión electrónica, el Ojo de Halcón. Es un respaldo para nosotros. Para los jugadores, así es. Si quieres desafiar, desafía. Termina la discusión. Ese punto se acabó. Calla a todos. Es una gran herramienta para nosotros», opinó, en Living Owensboro Magazine, sobre la revisión electrónica de los puntos.
Su primera participación en un gran torneo fue en 2009, en Cincinnati. A partir de allí siguió evolucionando. Trabajó en series de la Copa Davis, en el ATP 500 de Barcelona y también en la Rod Laver Cup (el torneo exhibición que organiza Roger Federer), en 2018, en Chicago, donde se fotografió con la propia leyenda australiana y publicó ese momento en su cuenta de Instagram (@catwoman63).
Los familiares de Clark le confirmaron al canal 14 News, de Indiana, que efectivamente Laura había sido la involucrada en el incidente de Djokovic y que, pese a haber recibido un fuerte golpe en el cuello, se encontraba en buenas condiciones.
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