Con un joven Keanu Reeves, una alocada trama que viaja en el tiempo y una provisión de frases atrevidas, Bill & Ted’s Excellent Adventure, una cinta de 1989, se convirtió en un clásico de la comedia de culto.
Tres décadas más tarde, el éxito que catapultó la carrera de Reeves regresa para una tercera entrega, cuando el mensaje de sus bondadosos héroes de «Sean excelentes los unos con los otros» es más necesario que nunca, según sus creadores.
«Realmente fue fortuito», dijo a la AFP el coguionista Chris Matheson antes del estreno, este viernes en Estados Unidos, de Bill & Ted Face the Music.
«Cuando decidimos retomar la historia, no teníamos ningún presentimiento de que su ingenuidad frente el mundo iba a tener de alguna forma mayor resonancia», contó.
«Pero a medida que las cosas se volvían más y más oscuras en el mundo, a partir quizás de noviembre de 2016, hubo una sensación como de ‘Eh… podría ser realmente agradable pasar un tiempo con ellos ahora'», agregó.
Reeves, que se convirtió en uno de los consentidos de Hollywood en los noventa con Point Break, Speed y The Matrix, reapareció gracias a los filmes de John Wick y a una campaña viral en internet que lo presentó como el actor más amable de la industria.
También ha sido clave para promocionar la última Bill & Ted.
Matheson y el segundo guionista, Ed Solomon (Men in Black), comenzaron a escribir la última cinta de la franquicia hace más de una década, luego de que la estrella confirmara su voluntad de regresar al ruedo en una entrevista en la prensa.
En una conferencia celebrada en línea debido a la pandemia que paró por completo Hollywood, Reeves dijo a los periodistas que el espíritu alegre de Bill y Ted tiene «más impacto simplemente por la situación en la que nos encontramos».
Reeves se opuso incluso a los intentos de imprimir una dosis de malicia al comportamiento del dúo.
«Íbamos a escribir escenas en las que Bill y Ted eran deshonestos, intentaban engañar a alguien», recuerda Matheson. «Y él decía: ‘No, ellos no harían eso’. Y terminó teniendo razón, estos tipos simplemente no hacen eso. Y eso es significativo. Ese es Keanu».
Crisis de la mediana edad
En la cinta, las cosas no salieron exactamente como planeó el par de aspirantes a estrellas de rock de San Dimas, California.
Ahora están casados y con hijos, y su desesperada banda Wyld Stallyns aún no ha podido escribir el profetizado himno del rock que unirá al mundo. Y el tiempo corre, lo que le da a la trama cierta atmósfera de crisis de la mediana edad.
Reeves y su coprotagonista, Alex Winter, ahora un reconocido documentalista, se unen a las recién llegadas Samara Weaving y Brigette Lundy-Paine, que interpretan a sus hijas, así como a algunos de los viejos personajes favoritos.
La cinta transitó un camino largo y difícil hasta la pantalla, obstaculizado según reportes de medios por las reservas de algunos ejecutivos de estudios ante sus protagonistas ya entrados en años, en un Hollywood obsesionado con nuevas versiones de franquicias diseñadas para el público joven.
Para sus creadores, no obstante, Bill & Ted no podría existir sin Reeves y Winter, ambos de 55 años de edad, quienes se conocieron en la audición de la película original y siguen siendo amigos cercanos y pasando regularmente el Día de Acción de Gracias y otras festividades juntos.
«La amistad de Alex y Keanu impregna toda la saga de las películas», dijo Solomon. «No queríamos hacer una versión en la que hubieran tenido éxito y ahora no se hablaran… porque sabíamos que nunca se separarían».
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