En el estudio del socialismo del siglo XXI o castrochavismo el narcotráfico se presenta como elemento esencial para acceder al gobierno, para detentar el poder y para el sostenimiento de sus regímenes. El narcotráfico principalmente de cocaína, es parte fundamental del sistema de crimen organizado transnacional que disfrazado como proceso político antiimperialista y populista convirtió en narcoestados a Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y en su momento a Ecuador.
El concepto de narcoestado describe a un “país cuyas instituciones públicas se encuentran influenciadas de manera importante por el poder y las riquezas del narcotráfico, cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas amparados por sus potestades legales”.
En los primeros años de la denominada Revolución cubana, el régimen proclamó por medio del Che Guevara y Fidel Castro la “acción estratégica” de llenar de droga a Estados Unidos para atacar la juventud. El narcotráfico es parte de los instrumentos de la lucha antiimperialista de la dictadura de Cuba, recreado en el castrochavismo por su vocero Evo Morales cuando en las Naciones Unidas en abril de 2016 afirmó que “la lucha contra el narcotráfico es el instrumento del imperialismo para oprimir a los pueblos”.
Durante el período del castrismo soviético la participación de Fidel Castro y su régimen dictatorial en el narcotráfico es contundente. Además de sostener y promover a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el mismo país, está probada la asociación directa de los Castro con los narcotraficantes Pablo Escobar de Colombia y su socio Roberto Suárez de Bolivia, como lo documenta “la conexión cubana” en el libro El rey de la cocaína.
El fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, coronel Antonio de la Guardia, mayor Amado Padrón y capitán Jorge Martínez el 13 de julio de 1989 es el acto dictatorial con el que Fidel Castro “intentó lavar su propia imagen y la de la revolución” frente a la concluyente prueba de que había convertido a Cuba en un narcoestado, en momentos en que “la perestroika soviética había aislado a Cuba.
El castrochavismo logró convertir el narcotráfico y el crimen en política legal en Colombia con su mediación en el proceso de paz, acción única en que la dictadura promotora, protectora y socia de las FARC hizo de árbitro y “pacificador”. Hoy el castrochavismo protege en Cuba a los jefes del ELN mientras con el soporte que da desde Venezuela ha rearmado a las FARC y convertido al ELN en fuerza efectiva de terrorismo en Colombia.
Ecuador quedó marcado como narcoestado por Rafael Correa con su abierta protección a las FARC que llevó al bombardeo en Angostura, con el cierre de Manta como base antinarcóticos, el narcotráfico en valijas diplomáticas y más. Se aleja la condición de narcoestado por el retorno a la lucha contra el narcotráfico con el presidente Lenín Moreno y su gobierno.
Bolivia con Evo Morales es un narcoestado que se mantiene intacto pese a la salida del dictador. El año 2003 existían 3.000 hectáreas de coca ilegal y hoy mas de 70.000 como resultado de acciones directas de gobierno para crecer y sostener el narcotráfico. Una estructura de control territorial con las federaciones de cocaleros cuyo jefe es Morales, el partido político el Movimiento al Socialismo (MAS) que nadie se atreve a ilegalizar, pese a estar demostrado que es el instrumento del crimen organizado. El “puente de la cocaína” en el libro de Leonardo Coutinho es una prueba del tráfico masivo de droga en aviones de la Fuerza Aérea Boliviana bajo el mando de Morales a la terminal presidencial de Venezuela bajo el mando de Maduro.
Venezuela narcoestado es el eje del narcotráfico que opera la cocaína de las FARC y del ELN y la de los cocaleros de Evo Morales. La cúpula del régimen venezolano está acusada y requerida por tribunales internacionales, con precio por su captura, por delitos de narcotráfico. “Orión V” es el nombre de la gran operación antinarcóticos que se realiza contra el narcotráfico en el Caribe por Estados Unidos, Colombia, España, Brasil, México, Panamá, Bélgica, Ecuador, Francia y alrededor de 20 países.
Cuba, el narcoestado jefe, operando con y en Nicaragua ha demostrado que además de ocupar Venezuela y dirigir a Evo Morales, es país de salida de cargamentos de cocaína como lo prueban los cerca de 1.517 paquetes de cocaína decomisados en mayo de 2019 en Panamá en un contenedor proveniente de Cuba. Donde está el castrochavismo está el narcotráfico, donde controlan un gobierno nace un narcoestado, donde despliegan su diplomacia protegen el narcotráfico.
Publicado en Infobae.com
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