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«La pandemia más dura que vive Venezuela es el hambre y la indolencia»

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Ciudadanos y amigos de Venezuela en el mundo hicieron un llamado a todas las partes internas y extranjeras involucradas en el conflicto de Venezuela. La organización indicó que es hora de retornar al camino de negociaciones serias para poner fin al sufrimiento de todos.

La crisis venezolana es compleja y multidimensional; el fondo es político, pero también es económico y social. Es una crisis humanitaria que se agudizó exponencialmente por la llegada del nuevo coronavirus, Venezuela se encuentra en medio de una emergencia dentro de la emergencia, indicó la organización en su página web.

Ciudadanos y amigos de Venezuela en el mundo expresaron su preocupación por los datos presentados el pasado 7 de julio en el estudio de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida realizado por la Universidad Católica Andrés Bello. Para ellos, esto ese informe es una evidencia científica que confirma el deterioro de la calidad de vida de la población venezolana en los principales ámbitos del desarrollo humano: disminución del poder adquisitivo familiar; aumento de la deserción escolar y reducción de la esperanza de vida.

Los venezolanos están consumiendo menos de 2.000 calorías diarias y solo 20 gramos de proteínas, muy por debajo del promedio mínimo, esto acelera el envejecimiento de la población y compromete las generaciones futuras. La canasta alimentaria se calcula en un aproximado de 250 dólares y 79,3% de la población no cuenta con los recursos necesarios para cubrirla.

En el ámbito de la educación, existe un panorama absolutamente desalentador. Los problemas de acceso a servicios vitales como agua, luz y transporte, sumado a la falta de docentes en todas las áreas y niveles académicos, han producido una importante deserción. Actualmente existe una reducción sustancial de la población universitaria la cual desde 2014 ha caído a más de la mitad.

A nivel demográfico se retrocedió a los años 80. La mortalidad infantil aumentó a 26 por cada 1.000 nacidos y se redujo la esperanza de vida en 3,7 años. La desnutrición infantil también se ha profundizado; 30% de los niños menores de cinco años de edad sufren desnutrición crónica, lo cual pone a Venezuela a la par de países como Camerún y Nigeria.

La visión. La organización afirma que es urgente que Venezuela vuelva a ser un país de encuentro. A su juicio, esto no se logrará simplemente con un cambio de gobierno, sino que requiere de un acuerdo social y político, amplio y sostenible, en el que estén representados los diferentes factores de la vida nacional.

El camino a seguir. Ciudadanos y amigos de Venezuela en el mundo alega que la comunidad internacional debe asumir una postura imparcial y actuar en favor de los venezolanos, no de un grupo político. «Quienes estamos comprometidos con esta causa solicitamos que las partes vuelvan al camino de la negociación a través de una reingeniería del mecanismo de Oslo; partiendo de un proceso de acuerdos parciales que comience por reducir las presiones sociales, resolver la crisis humanitaria y sentar las bases para un acuerdo final». Para ello proponen cinco premisas fundamentales:

1. Inclusión de actores claves y garantes imparciales. El proceso debe incluir a los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y garantes como la Organización de Naciones Unidas, la Santa Sede y personalidades de la comunidad internacional que gocen de credibilidad y neutralidad.

2. Órgano de Consulta Nacional. Proponemos la implementación de un mecanismo consultivo que canalice las demandas de la sociedad civil y los sectores productivos del país, esto para asegurar mayor inclusión y participación social. Recomendamos que la coordinación de este espacio se haga a través de una organización internacional imparcial, sin influencia de ninguna fuerza política. Los representantes del Alto Mando Militar venezolano tendrían un mecanismo separado de consulta y revisión.

3. Comité para la Emergencia Económica y Humanitaria. La magnitud de la emergencia no puede esperar por un proceso de negociación. Proponemos que, dentro de las negociaciones, las partes designen un equipo multidisciplinario de especialistas y técnicos con la misión de atender asuntos prioritarios: reactivación económica, disponibilidad de combustible, atención a la pandemia, acceso a servicios públicos básicos, alimentación y medicinas.

4. Comisión de Paz y Reconciliación. El conflicto en Venezuela ha creado profundas fisuras en la sociedad y altos niveles de polarización, lo que ha llevado a reclamos de venganza y represalia. La radicalización de las bases sociales está llevando a una disminución en la producción económica nacional y cada sector está congelado en la improductividad. La organización propone el nombramiento de un equipo técnico, dentro de las negociaciones, que desarrolle un plan de acción para avanzar en el proceso de reconciliación de la sociedad.

5. Compromiso de gobernanza electoral y postelectoral. Venezuela necesita un proceso de elecciones transparente en la que todas las partes participen bajo supervisión internacional y un acuerdo que defina las bases para un marco institucional de gobernabilidad, convivencia y paz; esto incluye el reconocimiento del ganador, el respeto de los derechos humanos de los vencidos y la moderación de las facciones extremistas.

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