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De los traidores y traiciones

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El 5 de Julio con motivo del Día de la Independencia el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, apareció secundado por el Alto Mando Militar. Todos con sus respectivas mascarillas, Las cuales le daban la apariencia de una banda de asaltantes de las diligencias de la West Fargo que pululaban en las películas de John Wayne.

El discurso en cuestión fue una “pieza oratoria” que no ensalzaba la gesta de la independencia que siempre ha sido una narrativa dominante en nuestro imaginario, como si el pasado fuera un presente perpetuo. Por el contrario el discurso se convirtió en una amenaza de golpe de Estado contra la oposición en caso de que esta llegara al poder. La FANB, antiimperialista, socialista y bolivariana jamás lo permitirían. Cosa realmente paradójica porque en nombre de la representación del interés nacional, es decir del interés de todos, la FANB “custodia” el proceso electoral

El caso es que escuchando la arenga de Padrino López, acompañado de una gestualidad pétrea me dije para mis adentro este hombre califica para ser el gran traidor a Maduro. Bueno, hay varios candidatos. Pero ninguno está en mejor posición que Padrino.

Vinieron a mi memoria algunas situaciones de gente como Padrino López que habían hecho las mismas aseveraciones y que terminaron desdiciéndose, promoviendo los cambios que antes habían impedido. Por ejemplo, la actuación del general Augusto Pinochet, el 29 de junio de 1973, durante el llamado “Tanquetazo”, donde junto al general Carlos Prats ayudó a sofocar el golpe de Estado contra Salvador Allende. Pocos meses después, septiembre del mismo año, lo derrocó y hasta dio la orden de ejecutarlo, solo que Allende decidió suicidarse antes. Recordé, también, la situación española: El 20 de noviembre de 1975, después de 39 años en el poder, muere Franco, quien antes de morir había dicho que dejaba todo atado y bien atado y parecía que no le faltaba razón.

El príncipe Juan Carlos, el sucesor de Franco, había sido educado para asegurar la continuidad del franquismo. Pero apenas accede al poder lo arroja por la borda. Aprovechó la legitimidad recibida por Franco la destruye reemplazándola por la legitimidad democrática.

En ese proceso participan otros franquistas: Arias Navarro, Adolfo Suárez y, por supuesto, un hombre que nada tenía que ver con el franquismo, Felipe González, quien en 1979 le impone al PSOE el abandono del marxismo y la aceptación de la monarquía, es quien materializa definitivamente la traición y abre la puerta a la democracia.

Estamos, en el caso español, frente a varios traidores pero, especialmente, el rey Juan Carlos y Felipe González se convirtieron en traidores al servicio de la democracia.

Bueno, hay otros muchos traidores. Por ejemplo, alguien pudiera mencionar a Gorbachov con la Perestroika quien le da una patada al comunismo soviético como si se tratara de una puerta podrida o Den Xiao Ping, el hombre que sacó a China del atraso mediante la fórmula de “Un país y dos sistemas”

Otros más audaces y deslenguados podrían nombrar a Judas Iscariote, ese si el Gran Traidor, y dirán que sin Judas no habría crucifixión y sin esta no habría cristianismo.

Pero bueno eso es otra discusión en la que yo no tengo ninguna competencia y, además, soy un fanático de la expresión que de lo que no se sabe es mejor callarse.

Pero volvamos a Padrino López, quien con su discurso colocó a la FANB como un instrumento del régimen. Claro lo ha sido desde los días de Chávez, pero Padrino es quien más claro lo ha dicho sin simulaciones democráticas

Creo que no hay que equivocarse. Padrino es un hombre inteligente, por lo menos no es sordo, y  debe haber escuchado  las demandas que el país entero hace frente a la crisis de sociedad que ha desbordado la validez de todas las instituciones y de toda las narrativas posibles que se hacen desde el oficialismo y que amenazan al chavismo de caer en un agujero negro en el que desaparecerá como opción de poder por muchos años o para siempre.

Pero, ojo, para ser traidor se requiere tener cierto don del que carece Padrino. Es un don especial que han tenido todos los grandes traidores de la historia. Ese don está ausente en el Ministro de la Defensa venezolano y lo está por una sola razón: este hombre no tiene escrúpulos.

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