El 31 de julio de 1914, entró en funcionamiento el Zumaque I, el primer pozo de la Caribbean Petroleum Company ubicado en la costa oriental del Lago de Maracaibo, en el estado Zulia. Actualmente en esa zona solo se observan obreros que ordeñan vacas vestidos con monos de la compañía petrolera que antes operaban en Mene Grande, reseña El País de España en un reportaje publicado el lunes.
Esta imagen es una muestra del declive que atraviesa el sector petrolero en Venezuela, cuya producción diaria de barriles cayó en junio por debajo de los 300.000, de acuerdo con los datos de la consultora S&P Global Platts.
El reporte de Baker Hughes reveló por su parte que Venezuela tuvo que apagar el último taladro, ubicado en el oriente del país. Es una situación nunca antes vivida en el país, ni siquiera durante el paro petrolero de 2003.
En los años 90, cuando Pdvsa se abrió trabajar con empresas extranjeras, hubo 119 equipos de perforación. Para mantener la mínima producción que tiene Venezuela actualmente necesitaría tener sus taladros activos, que en 2019 llegaban a la veintena.
La caída de la producción es otro factor que se suma a la crisis del sector petrolero. En los 70 alcanzó el pico de 3,7 millones de barriles diarios, y cayó a 2,6 millones durante el gobierno de Hugo Chávez.
“Durante el gobierno de Chávez, Pdvsa ya había caído a la mitad de producción pero el precio se disparó a los niveles más altos de la historia”, dijo el economista Francisco Monaldi a El País.
Las sanciones económicas impuestas principalmente por el gobierno de Donald Trump, seguidas este año de la caída de los precios y el colapso de la demanda, terminaron de empujar a la Venezuela petrolera al precipicio.
“Si llegáramos a recuperar las refinerías no tendríamos el crudo suficiente para ponerlas en funcionamiento. No se está produciendo nada y si se produce no tenemos quien lo quiera comprar”, señaló Iván Freites, dirigente sindical de técnicos y profesionales de Pdvsa.
Los trabajadores son cada día menos. En los años de bonanza, la plantilla de la compañía estatal creció hasta 143.000 personas. A principios de 2020 eran unos 7.000 y actualmente solo 2.000.
Una oportunidad
Pdvsa reactivó a medias la planta de la refinería de Cardón, en la costa occidental, después de la prolongada escasez de combustible que se palió en medio de la pandemia con el envío de cinco buques con 1,5 millones de barriles desde Irán.
“Ahí se pueden producir 50.000 barriles diarios de gasolina craqueada -mezclada con los aditivos traídos de Irán-, pero se queman más de 20.000. Para activarla llamaron a los jubilados , pero ninguno aceptó”, denunció Freites.
«Aun con toda la incertidumbre mundial por la transición energética, decir que estamos en una Venezuela post petrolera no es estrictamente cierto. Ya no somos el país petrolero que fuimos, pero todavía tenemos una ventana de oportunidad de dos décadas«, apunta Monaldi.
Sin embargo, advirtió que se requiere una inversión de unos 120.000 millones de dólares para lograr llegar otra vez a un millón de barriles diarios.
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