El gobierno de Donald Trump se ha centrado en la industria marítima en los últimos meses en un esfuerzo por hacer cumplir las sanciones al comercio petrolero y aislar al régimen de Nicolás Maduro, dijo Elliott Abrams, enviado especial de Washington en Venezuela, a la agencia de noticias Reuters.
Las sanciones han llevado las exportaciones de petróleo de Venezuela a sus niveles más bajos en casi 80 años, privando al régimen socialista de su principal fuente de ingresos y dejando a las autoridades sin efectivo para importaciones esenciales.
«Lo que verán es que la mayoría de los armadores, los seguros y capitanes simplemente se alejarán de Venezuela. Para ellos no vale la pena la molestia o el riesgo», manifestó Abrams.
Señaló que Estados Unidos está presionando a las compañías navieras, aseguradoras, certificadores y Estados del pabellón, que registran buques.
Un funcionario estadounidense que se mantuvo en el anonimato dijo que el gobierno de Donald Trump exige a los clasificadores que establezcan si los barcos han violado las regulaciones. De ser así, pide que se les retiren las certificaciones como una forma de endurecer aún más las sanciones.
Sin certificación, un buque y su carga quedan sin seguro. Los propietarios también estarían incumpliendo los contratos comerciales que requieren el mantenimiento de certificados. Además, las autoridades portuarias pueden rechazar la entrada o detener un barco.
Lloyd’s Register, con sede en Londres, uno de los principales clasificadores de barcos del mundo, dijo que había retirado servicios de ocho petroleros que estaban involucrados en el comercio con Venezuela.
Abrams aseguró que la presión sobre la industria marítima estaba funcionando.
«Hemos tenido una cantidad de cargadores que se nos acercaron y nos dijeron: ‘Acabamos de hacer que nuestra compañía de seguros retire el seguro, y el barco está en alta mar y tenemos que llegar a puerto. ¿Podría darnos una licencia por una semana?», dijo.
En junio, Estados Unidos designó seis compañías navieras, dos de ellas con sede en Grecia, y seis petroleros que participaban en el comercio proscrito de Venezuela. Otro clasificador de buques líder, DNV GL Maritime, con sede en Hamburgo, dijo que había suspendido los servicios para tres de estos buques en junio, indicó Reuters.
La compañía reanudó los servicios cuando Estados Unidos eliminó esos buques de la lista de entidades sancionadas después de que las compañías navieras que poseen y operan los buques acordaron cesar el comercio con Venezuela.
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