Aquellos besos que me diste
En mi boca ebria de teluria
Pasada la tormenta de los ojos inquisidores
Se los llevó la corriente salobre del olvido
En tu casa de viuda atormentada
No queda recuerdo alguno
Adónde fueron tus besos clandestinos
De posada barata y hostería escondida
En cuáles paredes descarchadas
De hoteles de paso, de la mala muerte
Quedaron escritos tus labios carmesí
De promiscuo olvido
Busco tus besos carnestolendos de
Bambalinas y Stell Band en los pliegues
Oscuros de mi memoria y no se repiten
Tus besos de medio siglo y de aquelarres
Tus besos de eclesiástica culpa y cambulé
Extraviados entre los antifaces fluviales
A orillas del Malecón con músicas celestes
Que vibraban en las caderas de tus cómplices
Hermanas de profesión indomable
Adónde fueron a parar tus enigmáticos besos
De náyade proscripta de la nave del fervor
Prohibido por nuestros hijos huérfanos
Qué se hicieron los besos que nunca me diste
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