“La justicia”, de trascendental importancia para la masonería, debido a que la justicia se deriva de “las virtudes”. El maestro masón debe ser puro, libre, justo y equitativo. Es un difícil camino, porque la justicia, aunque sea masónica, está sometida a la ley dual de las baldosas negras y blancas, pero con el conocimiento extraído de sus símbolos y las virtudes tratamos que sea lo más exacta y pura.
La masonería tiene como principio: “la fraternidad”, por lo tanto, nuestros castigos no son para reprender, sino un llamado a la conciencia para crecer internamente. La virtud, para hablar de justicia primero hay que conocer las virtudes, es el arma más poderosa de un masón para combatir los vicios y las pasiones, en su sendero iniciático. “Sin las virtudes no hay luz en la masonería”.
El tema de la justicia es el punto más álgido en nuestro plano, tiene varias interpretaciones, es subjetiva. La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales se basa una sociedad. Son el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad. Es el orden al caos. Es importante comprender que no es lo mismo la justicia, y no es lo mismo quien la aplica, el segundo está sometido a ley dual y propenso a la injusticia. “El objeto de la masonería es formar seres humanos justos en el camino de las virtudes”.
La justicia es orden al caos. En los países subdesarrollados son los más susceptibles a la injusticia y en esto influye mucho la ignorancia y la pobreza de los pueblos. Los valores y principios están muy decaídos, y aquí también influye la ambición desmedida, que es la corrupción, y esto no solo pasa en los administradores de Estados, también en la vida diaria de los seres humanos. El masón, en uno de sus juramentos, jura cumplir las leyes de la institución y las del país donde residimos. Aquí comenzamos como masones a comprender el principio de la justicia. Cumplir con sus normas y leyes para gozar de los derechos y deberes.
El masón es un ser libre, y ser libre es estar sujeto a un estado de conciencia elevado; en cambio, la Libertad está sujeta a las leyes que limitan mi comportamiento. Los seres humanos no pueden vivir sin leyes, pues su estado de conciencia no está al nivel de prescindir de la misma, y por lo tanto tiene que ser guiado. Como ejemplo podemos colocar un semáforo, cuando se apaga cunde el caos y todos quieren pasar al mismo tiempo, dicen tener la razón; es una experiencia por la que todos la hemos pasado. “Un buen masón debe ser instructor y guía en su comunidad para que haya justicia en nuestro medio”.
Primera condición para ser masón: ser libre, de buenas costumbres y ser admirador de la justicia y por lo tanto ser equitativo, que es la justicia natural. En el Derecho Romano “Jus aequum” es el derecho basado en la equidad. La equidad equivale a la igualdad en el juicio, donde la ley es ciega: “dura lex, sed lex”, la ley es dura pero es la ley. En el sistema jurídico inglés, la equidad tiene un peso preponderante. La equidad es el principio natural que dicta la conciencia, por lo tanto los masones recomendamos que la justicia se aplique con equidad. Aristóteles consideraba “lo justo y la equidad” la misma cosa.
La masonería representa a la justicia con la imagen del rey Salomón, quien se destacó en su tiempo por su sabiduría y justicia, por lo cual demostró ser un rey justo. Todos hemos leído el caso de las dos mujeres que reclamaban un bebé como suyo. El rey Salomón en este caso ordenó a un soldado que tomara al bebé por una pierna y con la espada lo partiera en dos, para darle a cada mujer una mitad del bebé. De inmediato una de las mujeres llorando suplicó que no lo hiciera, que le dieran el bebé a la otra mujer. El rey Salomón sacó por conclusión que el pedido de aquella mujer era el de una verdadera madre y se lo entregó a ella. A esta decisión se le llama justa y perfecta.
La justicia con equidad es la natural sobre la legislada. La libertad, la justicia, la igualdad, la tolerancia y la fraternidad son principios inseparables de un masón. Somos masones libres y de buenas costumbres e iguales en nuestros derechos, sin discriminación de ninguna clase en el taller o cantera.
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