Una de las grandes preguntas que se hacen las personas antes de lanzarse a emprender es: ¿Seré capaz de lograrlo? Y yo digo: ¿Pero acaso en los empleos, en los que se encuentran hoy trabajando, no buscan personas capaces y preparadas? ¿Por qué una empresa les paga un sueldo todos los meses?
El problema es uno solo, confianza.
Nuestro activo más preciado es el tiempo. Tristemente, la mayoría de las personas entregan a cambio de un monto mensual los mejores y más productivos años de su vida, por el simple hecho de no querer asumir el riesgo que implica emprender, no dándose cuenta de que al final esas mismas empresas terminan dejándolos ir, como me decía mi buen amigo Borja De La Plaza: “Como un perro amaestrado”. Permítanme decirles algo, es muy difícil salir a la calle a una cierta edad, a buscar el pan, en un bosque lleno de lobos y uno acostumbrado a un pago seguro a fin de mes.
El esfuerzo que hacen hoy en los empleos es infinitamente más grande que el que harán en su empresa. ¿Saben por qué?: Porque en su empresa trabajarán más horas, pero solo saber que lo que están construyendo les pertenece lo convertirá en un placer.
¿Quién realmente cree que las cosas no cambian o que existe una fórmula mágica para evitar el riesgo? La realidad es que muchas veces preferimos no pensar, no ver la realidad, tratar de buscar la mayor estabilidad en el corto plazo, sin darnos cuenta de que estamos posdatando un problema… ¿y saben qué? Cuando los problemas no se resuelven a tiempo, siempre llegan en el peor momento.
Cada individuo es perfecto para algo.
Cada uno de nosotros tiene algo que hace mejor que nadie.
Debemos tratar de descubrir esa pasión, es arte que todos tenemos, para desarrollar nuestro potencial en torno a ello.
Si uno no confía en si mismo, ¿quienes esperan que lo haga?
¡Láncense! Compren las mejores herramientas para trabajar.
Trátense como lo que son: “el mejor talento de nuestro propio emprendimiento”.
Está absolutamente comprobado que cuando un jefe nos otorga su confianza nos crecemos y somos más eficientes. ¡Dense ese voto de confianza! Quién puede confiar más en nuestras capacidades que nosotros mismos.
¡El mundo es de los valientes!
Ricardodelablanca.com
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