El fiscal general de Arabia Saudita solicitó castigar con la pena de muerte a los cinco sospechosos del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, cuyo juicio empezó ayer en Riad.
El comunicador, que colaboraba con el Washington Post y era crítico con el régimen saudí, fue asesinado el 2 de octubre por agentes gubernamentales en el consulado de su país en Estambul. El homicidio, que tuvo un gran impacto mediático a nivel mundial, salpicó la imagen de Riad, y algunos dirigentes turcos y estadounidenses implicaron en este caso al príncipe heredero, Mohamed bin Salmán.
Tres meses después del asesinato, empezó el juicio en un tribunal penal de la capital saudí, de acuerdo con un comunicado del fiscal general publicado por la agencia oficial SPA.
11 sospechosos comparecieron ante el juez acompañados por sus respectivos abogados, añade el documento, en el que no se reveló la identidad de los acusados.
Los abogados de la defensa pidieron que les comunicaran las acusaciones exactas que afrontan sus clientes y que les concedieran un período de tiempo para estudiarlas. El tribunal, indica la información publicada, aceptó sus peticiones, aunque no comunicó la fecha de la próxima audiencia.
El fiscal saudí señaló que las autoridades de Turquía no respondieron a sus dos peticiones para obtener pruebas sobre este caso.
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