Mi trabajo me ha permitido el privilegio de conocer personas en todo el mundo, aprendiendo cada día de nuevas culturas e industrias, pero para ser honesto tenía tiempo que no encontraba a alguien con un espíritu más joven y positivo, que el buen amigo, Andrea Host-Ivessich, actual socio de Deus y futuro alcalde de Milano.
Esta fantástica persona me compartió una de sus más lindas experiencias de vida: “ser mensajero”. ¿Y por qué digo esto? Justamente por la ironía que representa. Para la mayoría de las personas, el ser mensajero no significa la posición soñada o el trabajo perfecto, pero Andrea lo convirtió en eso, gracias a la “actitud correcta”.
En medio de una entrevista, me comentó haber tenido que irse de Milano por un tiempo, buscando progresar. El destino fue Londres. Al ser muy joven y necesitar recursos para vivir, decidió tomar el único trabajo disponible: “Mensajero”. Pero es en su relato que se descubre la magia…
“Ricky, imagina la suerte que tuve, ¡era mensajero en Londres! O sea, ¡me pagaban para pasear y conocer la ciudad!”. ¿Pueden ustedes imaginar una mejor manera de ver un momento que esta? ¿Existe? Porque yo creo que no. Qué belleza ver cómo una actitud puede transformar algo de normal a magnífico, de sacrificio a disfrute, de castigo a salvación.
De eso se trata la vida. De saber mirarla, de saber entenderla y sacar siempre lo mejor de ella. Cualquier otro se hubiera estado quejando porque lo ponían a dar vueltas por las esquinas más recónditas, pero él feliz me decía: “Gracias a esa oportunidad conozco Londres como nadie más”.
Estamos constantemente rodeados de gente hermosa, de momentos mágicos, de situaciones inéditas. Enfoquemos nuestra mente, nuestras almas en las cosas buenas, positivas. No perdamos un solo segundo pensando en nada más.
Nuestras mentes tienen el poder de hacernos felices o infelices
Yo siempre elijo ser feliz… ¿y tú?
Ricardodelablanca.com
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