El capitán de la Guardia Nacional Antonio José Sequea Torres fue quien tomó el control de los campamentos militares en Colombia e inició la Operación Gedeón, luego de que el mayor general Cliver Alcalá Cordones fue trasladado por la DEA a Estados Unidos el 27 de marzo.
Este militar, que comandó la operación que llevó a la detención de más de medio centenar de hombres y a la muerte de un grupo indeterminado, tiene una carrera basada en irregularidades que lo llevaron a tener una vida basada en lujos, dinero y poder.
Sequea Torres tiene otros dos hermanos militares, quienes junto con él también participaron el 30 de abril 2019 en la Operación Libertad, reseñó el portal Infobae.
El primero de los hermanos es el mayor Juven José Sequea Torres, que era comandante del Destacamento de Seguridad Urbana Tazón del Comando de Zona 43 de la Guardia Nacional en el Distrito Capital.
El segundo hermano es el mayor Juvenal Sequea Torres, quien se desempeñó como comandante del Destacamento de los Comandos Rurales número 519 Morichal del Comando de Zona 51 de la Guardia Nacional del estado Monagas.
Mientras que el capitán Antonio José Sequea Torres estaba en una comisión del Sebin.
“El más astuto de ellos es el capitán, siempre se destacó por su habilidad para infiltrarse y lograr objetivos, aunque no fuera por caminos nada probos”, reveló a Infobae un general que lo tuvo de subalterno.
Sequea Torres se vinculó con lista de militares influyentes, incluso con Diosdado Cabello, con quien hizo contacto a través del Sebin.
Dudosa carrera militar
Toda la carrera militar del capitán Sequea se caracterizó por irregularidades. Ingresó, en septiembre de 1999, a la Escuela Básica de la Fuerza Armada de Maracay, y al año siguiente lo dan de baja por deficiente rendimiento académico.
Tras cuatro años de civil, Sequea conoció en la vida nocturna de Caracas al entonces edecán del presidente Hugo Chávez, el subteniente Orlando Alejandro Torrealba Díaz. Este lo introdujo a un selecto círculo de jóvenes poderosos en el que figuraba el subteniente Antonio José Morales Rodríguez, actual superintendente de las instituciones del sector bancario, Sudeban. También pertenecía a ese grupo Rosa Virginia Chávez, la primogénita del entonces presidente de la República.
En 2005, producto de esas influencias y amistades, logró reingresar directamente como cadete de II año a la Efofac, pasando por encima de la doctrina académica de formación militar al no cursar el I año en la Escuela Básica.
Una vez graduado en 2008, es enviado a trabajar en la sede central de la Dirección de Inteligencia Militar, la cual estaba bajo la dirección del general Hugo “el Pollo” Armando Carvajal Barrios, quien lo designó como uno de sus tantos ayudantes.
“Llegó a ser uno de los que se encargaban del trabajo sucio, logrando capitalizar gran cantidad de dinero y bienes a través de la extorsión y el botín de guerra, tales como una finca en Las Tejerías del estado Aragua dedicada a la cría de caballos de coleo”, indicó un oficial que trabajó con él a Infobae.
De esta forma, Sequea comenzó a hacerse con bienes que no se justifican para un oficial de su rango, entre los que destacan apartamentos en Los Naranjos y La Tahona, en Caracas, una casa bote con yate en Lechería, varios vehículos de lujo en Caracas, caballos costosos de 100.000 dólares, entre otros.
Participación irregular en casos relevantes
Sequea Torres participó en casos relevantes, como la detención del general Ángel Omar Vivas Perdomo, quien es el oficial que estando activo se opuso a la implementación del lema “Patria, socialismo o muerte” en la Fuerza Armada.
En 2013 participó en el allanamiento de la vivienda de Domingo Goncalves, llamado el Zar de los Casinos en Venezuela. Se trataba de una lujosa mansión en la Urbanización Cerro Verde de Caracas, que le fue confiscada por legitimación de capitales y que Sequea tuvo a su cargo, aun después que el Zar salió en libertad.
Se dice que el capitán Sequea también estuvo vinculado en el secuestro del teniente coronel de la Aviación Juan Carlos Díaz Pérez, en enero de 2017. Este hecho ocurrió en Sanare, estado Lara, y el hombre fue dejado en libertad días después en el estado Carabobo.
Fue el autor intelectual de la fuga del alcalde de Guanta Jhonnathan Teodoro Marín Sanguino, solicitado en 2018 por desfalco de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Lo expulsaron de la Dgcim posteriormente y luego lo instalaron en labores de inteligencia en el Sebin.
El 30 de abril
Cuando el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera llegó a dirigir el sebin, Sequea Torres le hizo creer que trabajaba en misiones especiales. Esto le permitió mantener una estrecha relación con el alto oficial y también con el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López. Es así como se incorpora a la Operación Libertad del 30 de abril 2019, donde operó como enlace en diferentes niveles.
“Posterior al 30A, al ver que no se logró derrocar a Maduro, cayó en desespero por recobrar su vida de influencia, lujo e impunidad y empieza a operar al mejor postor”, confesó uno de sus compañeros.
Los hermanos Sequea se alojaron durante tres meses en la casa de José Alberto Socorro Hernández, alias Pepero.
De Pepero han dicho Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello que es funcionario de la DEA y que es un narcotraficante con una finca en la Guajira colombiana.
Durante ese tiempo se apoderó del armamento del D-432 usado el 30A y que estaba oculto en diferentes lugares de Caracas y el interior del país.
En julio 2019, involucró a dos escoltas del presidente encargado Juan Guaidó, de nombres Erick Miguel Sánchez Azuaje y Jason José Parisi Castrillo, en la venta de cinco fusiles del 30A.
Tras un intento fallido por irse a España, donde viven su esposa e hijos, se incorporó activamente con el grupo de Cliver Alcalá, quien le cedió en la operación uno de los campamentos de Riohacha.
El capitán hizo contactos con militares y dirigentes políticos de oposición, como el comisario Iván Simonovis.
Cuando Alcalá Cordones fue llevado por la DEA a Estados Unidos, Sequea monopolizó no solo los campamentos sino las comunicaciones con Jordan Goudreau, de la empresa Silvercorp, y con el capitán Javier Nieto Quintero.
Montó la Operación Gedeón involucrando a varios militares como Raúl Baduel, Hector Hernández Da Costa e Igber Marín Chaparro, que no tenían conocimiento del operativo. Incluyó a Guaidó y pretendió que, de lograrse los objetivos, se le nombrara ministro de Interior.
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