«Notti magiche, inseguendo un gol, sotto il cielo, di un’estate italiana…». 30 años después, si hay una canción que sigue dando escalofríos es «Un’estate italiana», considerada el mejor himno de los mundiales. El 8 de junio de 1990 ese tema que hizo historia inauguró el Mundial de Italia. Gianna Nannini y Edoardo Bennato, ya entonces cantantes famosos y hoy iconos del rock italiano, hicieron vibrar al estadio de San Siro de Milán, poco antes del Argentina-Camerún.
«Ese día fue un día mágico», recuerda Gianna Nannini en diálogo telefónico con La Nación desde su casa de Milán. «El abrazo que nos dimos Diego Armando Maradona -que era fan mío y por eso llamó a su hija Giannina- y yo lo sabemos solo Diego y yo, cómo fue y quedará en la historia. Ese abrazo de Maradona me quedó pegado en el cuerpo y en el corazón», evoca.
Gianna en la actualidad tiene 65 años de edad que no aparenta para nada. Es la rocker italiana por antonomasia, tiene la misma energía de hace 30 años y una hija que se llama Penélope, de 9, que, confiesa, le dio «una nueva vida». En noviembre pasado sacó La differenza, su decimonoveno álbum grabado en los Blackbird Studios de John McBride en Nashville, Tennesse, en el reino de lo analógico, sede de grandes producciones artísticas blues-rock.
Al igual que Edoardo Bennato, otra leyenda del rock-pop italiano -que junto a ella reescribió «Un’estate italiana», compuesta en su original en inglés por Giorgio Moroder y Tom Whitlock-, debido a la pandemia por coronavirus tuvo que suspender las giras y recitales previstos para este año. «¿Se imaginan un recital mío con la gente alejada, sin contacto físico y humanidad? ¡Imposible!».
A Bennato, que vive en Nápoles, tiene 73 años de edad y como ella sigue más activo que nunca, no lo ve desde esa época del Mundial, cuenta. «Nos nos frecuentamos», dice. ¿Qué representa para ella esa canción que muchos consideran la mejor de los Mundiales, pero que, como hace 30 años no existían las redes sociales, no llegó a ser viral como el «Waka-Waka» de Shakira?
«Con esta canción pude llegar a todo el mundo», reconoce Gianna, que aunque ya era conocida, con «Un’estate italiana» alcanzó el estrellato internacional. «Con la lengua italiana y basta, no se puede llegar a todo el mundo», admite. «Una se pregunta ¿por qué una canción, si está relacionada con el fútbol, llega a todo el mundo? Y nosotros, que tenemos la cultura italiana de la ópera, de Domenico Modugno, nos quedamos confinados dentro de nuestro propio país, en lugar de exportar nuestra cultura. Yo siempre luché por esto», dice. «Desde esa época luché para sacar adelante la música italiana, la cultura italiana. Y ahora el bel canto italiano se encuentra en el rock, en el pop, llámalo como quieras… Y seguramente ha hecho una diferencia con todo aquello que nos habían impuesto con la colonización, también musical, del país», reflexionó, con su tono de voz tan particular intacto.
Tiempo de confinamiento en Italia
¿Cómo vivió este inédito tiempo de confinamiento de casi dos meses que hubo en Italia, uno de los países de Europa más golpeados por el coronavirus? «Este período nos sirvió un poco para tener tiempo de pensar en nosotros mismos, en cómo se vive con los otros, en tener respeto el uno del otro, que no teníamos, el compartir cosas. En mi barrio yo conocí gente que no conocía y con mis vecinos encontré ganas de hacer cosas… Hemos hecho cosas desde el balcón, hemos cantando juntos, hemos solidarizado con personas del barrio, algo que sin el coronavirus no hubiera pasado», dice. «Suspendí las giras, detuve un ritmo de vida obsesivo y empecé a tomar clases de piano online… Me dediqué a esto y a tomar vino tinto bueno: hice un wine-test de todos los vinos de la Toscana», cuenta, riendo.
Aunque solo estuvo una vez en la Argentina, Gianna confiesa que le encantaría volver. De hecho, cuenta que le encantó Buenos Aires y su gente cuando estuvo, hace mucho. «Yo amo mucho la cultura del Mediterráneo, quiero hacer una revolución mediterránea, quiero ir a la Argentina porque todos tocan bien, hay una gente estupenda, son todos lindísimos físicamente, no sé qué tienen», exclamó.
«Son todos lindos, todos abiertos y cuando estuve allá, me parece en la década del 90, no me acuerdo bien, fue antes de conocer a Lola Ponce, a quien le escribí una canción que ganó el Festival de San Remo. Encontré una atmósfera de solidaridad, de cercanía, un mundo de abrazos, más que en España, que es de donde viene la lengua. Hay más energía, más abrazos, gran acogida, no sé, me gusta «, aseguró.
Gianna no se siente ni parece una mujer de 65 años de edad. ¿Cuál es su receta para estar tan bien y aparentar muchos menos? «Mantener alto el espíritu, la positividad, hacer mucho deporte. Yo hago triatlón, hago competencias, el año pasado corrí la primera carrera en Barcelona y esto me hace muy bien, al margen de tocar piano. Otra cosa que hago muy importante es pilates, porque eso regenera las células internas, todos los órganos se reactivan con la circulación de la sangre en los puntos correctos, pero ojo, pilates con método original», precisa.
Ella está convencida de que volvió a renacer en 1983, después de un período muy oscuro de su vida, tal como reveló al público, que la idolatra, hace unos años, en una larga biografía. «Experimenté la locura y también la esquizofrenia. Sé lo que son. Me pasó eso de morir y de renacer. Al comienzo de los años ’80 estuve muy mal. Estaba llena de paranoias, vivía una crisis profunda, tenía un yo dividido, un estado mental alterado y miedo de todo», escribió entonces, poniendo al descubierto también que siempre amó hombres y mujeres y su adicción a las drogas. Pero en 1983, después de un período de aislamiento que pasó en Alemania componiendo junto al productor y músico Conny Plank, abandonó a la Gianna «de antes» y le dio espacio a una «nueva».
«Volví a nacer en el ’83 y sabe algo de esto Diego Maradona», dice Gianna, al hablar de ese futbolista que le dio un abrazo que aún guarda en su alma ese inolvidable 8 de junio de hace 30 años en el Estadio de San Siro, cuando el mundo vibró con Notti magiche inseguendo un gol, sotto il cielo, di un’estate italiana…
-¿Lo volviste a ver a Diego?
-No, no lo vi más desde que dejó de jugar en Italia. Me gustaría un día volver a ver a Diego para volver a abrazarlo. Él me amaba mucho como cantante.
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