La libertad dejó de ser una utopía para romper las barreras de la historia y posicionarse como una realidad cierta; la libertad de pensar, de vivir, de hacer y de soñar se abre camino a pesar de la oposición de los regímenes autoritarios y totalitarios.
El mundo es cada vez más libre y cada vez necesita mayor libertad; la figura del Estado todopoderoso, la idea del gobierno «todero» se está agotando, porque la misma dinámica de la historia empuja a sinceridad del papel del Estado y del gobierno, y sobre todo de los ciudadanos, en la dirección de nuestros países.
En otros tiempos se pensaba que el Estado lo era todo, ahora vemos que el ciudadano es la matriz fundamental de la sociedad y el corazón que bombea, a través de su trabajo, inventiva y capacidad, el cuerpo social de una república.
Aunque muchos no lo crean el lanzamiento exitoso del cohete Falcon 9 SpaceX, que es una iniciativa privada, es la conquista del espacio por parte de la idea de libertad, es un paso increíble en la demostración que solo la libertad de hacer y crecer es el motor que mueve a nuestro espíritu humano.
Y esa conquista de la libertad espacial nos hace reflexionar, con los pies bien puestos sobre la tierra, sobre la necesidad de liberar las ataduras psicológicas, emocionales, y sociales que tienen aprisionados a los venezolanos.
Mientras en el mundo se conquista la libertad plena, se abren escenarios nuevos, se dan oportunidades a quien tenga el valor de tomarlas y aprovecharlas, aquí seguimos amarrados a un modelo supuestamente igualitario, que solo ha servido para igualar a 99% de la ciudadanía en niveles de hambre, pobreza y desesperación.
Los venezolanos debemos despertar de la apatía que nos consume, debemos evitar caer en una especie de exceso de resiliencia que nos ha inmovilizado, que pareciera ser un paralizante que nos deja quietos mientras quienes usurpan el poder siguen limitándonos en todos los aspectos de la vida diaria.
Hemos llegado a tal punto que, a pesar de ser una nación petrolera con una de las reservas de crudo más grandes del mundo, nos racionan el suministro de gasolina, reduciéndonos así la capacidad de libertad de trabajar, viajar y movernos hacia donde querramos y cuando querramos.
Cuando inició la cuarentena debido a la pandemia del covid-19, se pensaba que los gobiernos iban a censurar o restringir las libertades personales y en cierta forma pasó. No obstante, la humanidad encontró la forma de liberarse y así sea a través de un celular y las redes sociales, o en la conquista del espacio por parte de la libertad, la humanidad ha seguido su camino inexorable hacia un mundo más libre y más amplio.
No hay forma de evitar la libertad, pues es una aspiración natural del hombre; el deseo de libertad se puede contener, pero jamás eternamente. Ya sea mediante el conocimiento, la información, la iniciativa particular y privada o a través de políticas públicas, la necesidad de ser libres se conquista, ya lo hicimos con el espacio, ahora falta conquistarla para Venezuela. Es hora.
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