La salida de migrantes venezolanos del país ha incrementado el crimen organizado y la explotación sexual en las fronteras del país. Los migrantes son considerados «mercancía» luego que son obligados a abandonar Venezuela debido a la crisis.
Un reportaje de Insight Crime indicó que los ciudadanos que salen del país por tierra deben tener la autorización de indígenas de la región de La Guajira, quienes imponen tárifas para la circulación de vehículos que transportan a los migrantes hacia Colombia. El camino posee al menos 10 puntos de control en cada una de las más de 200 caminos ilegales que tienen que atravesar.
En ciudades colombianas como Bogotá, 75% de las víctimas de trata reportadas en los últimos meses son venezolanas. Las autoridades en Cúcuta calculan que existen más de 2.000 prostitutas venezolanas, tantas que solo cobran 10.000 pesos, unos 3,5 dólares por su servicio.
El reportaje agrega que venezolanos han desplazado a los raspachines, personas que se dedican a recolección de hojas de coca para sobrevivir, debido a que cobran mucho menos que el respectivo salario colombiano.
“La mayoría de las personas que son captadas por estos grupos criminales son jóvenes desesperados por conseguir ingresos para ayudar a sus familias en Venezuela”, afirmó David Smolansky, ex alcalde de El Hatillo viviendo en exilio, que coordina un grupo de trabajo sobre migrantes venezolanos creado este año por la Organización de Estados Americanos (OEA).
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