El paso de Claudio Paúl Caniggia por el fútbol portugués fue breve, pero muy intenso. En la temporada 1994/1995 el Pájaro, que tenía 28 años de edad, venía de una suspensión de 13 meses por doping que había puesto fin a su primera etapa en el fútbol italiano (Verona, Atalanta y Roma) y acababa de protagonizar el Mundial de Estados Unidos, en el que le había hecho dos goles a Nigeria.
Entre las variantes que manejaba el representante Settimio Aloisio para el futuro inmediato de su jugador estaban Tottenham, de Inglaterra, y Benfica , y el bonaerense de Henderson se decantó por este último.
«No sé si fue la mejor elección, pero no me arrepiento», expresó hace un tiempo el atacante que brilló en Italia 1990.
Caniggia en 34 partidos y sus 16 goles
Así como Caniggia pudo experimentar una sensación de paso atrás en su carrera, para el club de Lisboa se trató de una contratación de alto impacto.
Y en su única temporada en Portugal, el argentino jugó 34 partidos, anotó 16 goles y se dejó sorprender por un país y una institución por los cuales nunca se habría interesado de no ser por su salida forzada del calcio , de una liga de elite de la cual, según él, jamás se habría ido.
En esa época en que los clásicos portugueses eran muy picantes en el campo y comenzaban afuera con la luz del día, disfrutó volver a jugar y también sus charlas con la leyenda Eusébio da Silva Ferreira, que solía aparecer en el gimnasio y viajar con el plantel en el micro. Pero ninguna anécdota personal superará a la del día en que un clásico fue repetido a raíz de una expulsión suya.
El imponente Estádio Da Luz
El 30 de abril de 1995, hace exactos 25 años, en el viejo e imponente Estádio Da Luz, en el cual cabían 120.000 espectadores, Benfica recibía a Sporting por la trigésima fecha de la Primeira Liga.
El local marchaba tercero; su adversario, escolta. Caniggia tenía como compañeros al belga Michel Preud’homme (premiado como el mejor arquero del Mundial del año anterior) y a las estrellas locales Paulo Bento y João Pinto. Sporting contaba con Luis Figo como figura y capitán y su entrenador era Carlos Queiroz, ex seleccionador de Portugal que luego sería ayudante de Alex Ferguson en Manchester United, dirigiría a Real Madrid, volvería como DT a la selección lusa y se convertiría en el preparador de Colombia (su función actual).
El clásico en cuestión tuvo sus tres goles en el primer tiempo. Los búlgaros Krassimir Balakov e Ivaylo Yordanov, rivales de Caniggia en Estados Unidos ’94, pusieron en ventaja a Sporting con sendos golazos; el descuento del local llegó mediante un cabezazo de Dimas.
El 2-1 se mantendría hasta el final del juego, pero no los 22 futbolistas: faltando muy pocos minutos, y con Benfica desesperado en busca del empate, se produjo una confusión que derivó en una medida más absurda que la otra y en un escándalo que hasta hoy es recordado en Portugal.
Desentendido de la acción
El juvenil de Sporting Ricardo Sá Pinto, ingresado en el segundo tiempo, retuvo la pelota con las manos luego de cometer un foul contra Kenedy, a lo cual siguió un mar de forcejeos y empujones. Caniggia, hasta entonces desentendido de la acción, apareció tardíamente en el puñado de jugadores y reclamó a Sá Pinto que dejara ejecutar el tiro libre, pero el portugués alejó la pelota del lugar, le asestó un empujón y tuvo un intercambio verbal subido de tono con el argentino.
Acto seguido, intervino el árbitro Jorge Coroado, que fue con mucha decisión a pararse cara a cara con Caniggia para mostrarle la tarjeta amarilla y la roja.
Confusión de tarjetas para Caniggia
«Roja para Caniggia. En mis cuentas no tenía amarilla. Sí, ya tenía… Segunda amarilla para Caniggia», resumió, dubitativo, el periodista de campo de juego de la televisión. «En mi opinión, no», le respondió el comentarista desde la cabina, y el cronista arremetió para corregirse:
«Pensándolo mejor, no recuerdo que le hayan sacado la primera amarilla a Caniggia». La confusión, claro estaba, no era exclusividad de Coroado, que argumentaría que la expulsión había sido directa y por exceso verbal del argentino. Entonces, ¿por qué había sacado la amarilla?
Desconcierto de Claudio
«La verdad es que ni yo encuentro la explicación. Pero fue rarísimo, porque fue la primera vez en la historia en que se repitió un clásico. ¡No era un partido cualquiera! Fue increíble eso. La cámara luego demostró que yo ni siquiera le había hablado al referí. ¡No le dije nada! Yo estaba muy tranquilo. Sin embargo, se ve que este tipo tenía algún problema conmigo y de repente me sacó la tarjeta roja. Luego declaró que yo lo había insultado. Fue una barbaridad, porque no le dije nada», comentó, aún sorprendido, Caniggia hace poco más de dos años en una entrevista con el diario Record , de Portugal.
Un mal recuerdo
Los hinchas de Benfica no tienen un grato recuerdo de Jorge Coroado: varios fallos suyos terminaron perjudicando a las Águilas. El juez publicó un libro en 2006, O último cartão ( La última tarjeta ), cuya solapa describía al árbitro internacional como famoso, discutido, polémico e irreverente.
Por lo pronto, el perfil cuadraba con la controvertida expulsión al «Hijo del Viento». «Se demostró luego que el árbitro había mentido», recordó el delantero surgido de River.
Para Pinto los Boca-River son encuentros únicos
Ricardo Sá Pinto, el entonces juvenil de Sporting que había desencadenado el tumulto, contó para LA NACION :
«Me acuerdo de que le sacó la amarilla y la roja, se equivocó y por eso se repitió el partido. Los Benfica-Sporting siempre fueron muy disputados y ninguno quiere perder; son muy parecidos a los Boca-River. Y ya sabés como son los derbis: uno dice algo, el otro responde, y se arma. Mirá lo que pasó, y yo ahí, metido… Pero todo queda en la cancha. Fuera de ella somos todos amigos». Sá Pinto es quien más veces ganó el clásico contra Benfica como jugador y entrenador. «A Claudio lo quiero mucho. No tengo relación personal con él pero le tengo mucho respeto como persona, como profesional y como grandísimo jugador», agregó sobre Caniggia el internacional portugués que actuó en Sporting entre 1994 y 1997 y comenzó en el mismo club su etapa de entrenador en 2012.
Gol de Caniggia en otro clásico con Sporting
El atónito pero calmo Caniggia, que en esa temporada usaba la camiseta número 9, recibió el consuelo de un joven Figo y se retiró del campo caminando, ante la incrédula mirada de su DT, Artur Jorge.
Tan insólita fue la expulsión que se convirtió en tema de debate nacional , con tal el revuelo que el juego, en una medida sin precedentes del Consejo de Justicia de la Federación Portuguesa de Fútbol, terminó repitiéndose el 14 de junio de ese año, en el estadio de Restelo, donde es local Belenenses.
En esa ocasión ganó Benfica por 2-0, con tantos del brasileño Edílson. Pero, finalmente, esa segunda versión del clásico no tuvo validez para la FIFA, que, contrariando a la Federación Portuguesa, devolvió los tres puntos a Sporting. Porto sería el campeón; Sporting, el segundo, y Benfica, el defensor del título, cerraría una triste campaña en el tercer lugar y tendría que esperar toda una década para volver a consagrarse campeón.
«Puedo decir que por mí se tuvo que repetir un clásico en Portugal. Fue increíble. Va a quedar en los libros de la historia», expresó Caniggia, que con ese insólito hito en su carrera comenzaba a cerrar su corto paso por Benfica para pronto ponerse la camiseta de Boca y reencontrarse en una cancha, tras aquel partido contra Nigeria en Boston, con un amigo: Diego Maradona.
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