Irán comenzó este sábado el mes sagrado de Ramadán con las mezquitas cerradas y decretos de algunos gran ayatolás que reducen la obligación de ayunar, debido a la pandemia del covid-19 que ya ha causado 5.650 muertes en el país.
Hasan Rohaní, agradeció «la cooperación» y «las sensibilidades y preocupaciones de los gran ayatolás, ulemas y clérigos respecto al cuidado de la vida y la salud de las personas» en el período de control del covid-19 en Irán, informó la web oficial de la Presidencia iraní.
Rohaní indicó en la sesión del comité nacional de la lucha contra el coronavirus que «los responsables sanitarios y los gran ayatolá y clérigos del país».
Además de su preocupación por la salud de la gente, buscan «establecer una situación tolerable para la reactivación de los centros religiosos».
Irán aspira a abrir los centros religiosos si mejoran las condiciones
«Se puede tener la esperanza de que en caso de una mejora de los indicadores de control de la enfermedad se abran los centros religiosos del país determinando unas condiciones e instrucciones», aseguró Rohaní en la reunión, donde se concluyó que el Ministerio de Salud presente mañana esos «protocolos e instrucciones».
Hoy, en el primer día del mes sagrado, los rezos y cantos del Corán de los santuarios y centros religiosos se transmiten por la televisión e Internet.
El Ministerio de Salud informó hoy de que en las últimas 24 horas se contabilizaron 1.134 nuevos contagios y 76 fallecimientos, lo que eleva el balance de contagiados a 89.328 y de muertos a 5.650 personas.
Abrieron comercios de bajo y menor riesgo
Irán ya abrió todos los comercios considerados de bajo y medio riesgo, como los centros comerciales y las tiendas de las calles, entre otros.
Sin embargo, las mezquitas y centros religiosos, al ser lugares de congregación, se clasifican entre los lugares de alto riesgo, al igual que los cines, teatros y las escuelas, y la decisión al respecto se pospuso.
En este mes sagrado, los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol.
Algunos de los gran ayatolás chiíes, que desde hace unas semanas han sido consultados por su opinión respecto al ayuno durante la pandemia, aclararon que no consumir agua puede bajar el sistema de defensas.
Y señalan que en caso de que alguien tema estar en situación de mayor riesgo no debe cumplir con el ayuno.
Se puede anular la obligación del ayuno
El ayatolá Sistaní aclaró que «si un musulmán teme que el ayuno, incluso si toma todas las medidas de precaución, le hará contagiarse de coronavirus, se le anula la obligación de estar en ayuno en todos aquellos días que tema eso».
«Si, según los médicos especialistas, el ayuno de una persona aumenta la probabilidad de contraer la enfermedad y dañarle, no debe ayunar».
En su opinión, el gran ayatolá Shobeirí Zanyaní aclara que no hay que comer en público y «faltarle respeto al mes sagrado».
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