Desde la llegada de Chávez y con el pasar del tiempo una mayoría creciente de venezolanos se levanta con la sola idea de retornar a la democracia, pero esto no ha pasado de ser un sueño. Por mucho que haya espacios de nuestra historia reciente donde la sola idea de ser libres haya creado imágenes, reflejos de una sociedad consciente de luchar por su libertad, estas han sido apagadas con la prontitud de la violencia sin freno, característica de la mano dura del régimen de Maduro.
“No se parece a Chávez” era el título de mi artículo en 2014 en el que ya vislumbraba los rasgos generales del perfil político del liderazgo de Maduro, y lamentablemente tuve razón. En ese tiempo reflexionaba sobre las fortalezas y debilidades del nuevo presidente, por cierto con una victoria que de entrada fue cuestionada, pero en síntesis me refería a un Maduro que necesariamente podía transitar en una dirección contraria, incluso a la de Chávez, tomando en cuenta que no tenía ni el liderazgo ni la estatura política de su mentor y en efecto terminó pactando con Diosdado, Padrino López, los dos Tarek y cualquier cantidad de familias mafiosas del chavismo, obligado por la necesidad de construirse una base de gobernabilidad. Naturalmente que esto significa el sacrificio de su propia capacidad de gobernar y, por ende, su gobierno se ha traducido en un océano de incoherencias cuyos resultados son la destrucción completa de la economía, el sistema sanitario y la justicia, por mencionar tres de las más fundamentales.
En este sentido, Venezuela es hoy un territorio perdido en manos de delincuentes comunes que gobiernan a sus anchas, es tanto así que la delincuencia dicta sus propias leyes en los barrios y urbanizaciones y todos tienen que acatarla so pena de ser asesinados. Esto dice mucho o poco de la presencia real del Estado y en lo que se han convertido nuestras instituciones.
Venezuela, un lugar tan hermoso, sin duda con las mejores playas del Caribe, magníficos parajes naturales, impresionantes selvas, cascadas, la Gran Sabana, con todos los recursos naturales, oro, hierro, petróleo, en fin, lo que se pueda uno imaginar; ahora está convertida en una gigantesca cárcel con 30 millones de rehenes.
Esto lo digo a veces con una profunda pena porque también los venezolanos somos descendientes de una estirpe guerrera única, de un ejemplo de lucha y valor incuestionable, universal, como el de nuestro amado y querido hermano Libertador Simón Bolívar, y es terriblemente doloroso observar cómo los hijos de Bolívar nos hemos dejado quitar nuestro país y no conforme también esclavizar. Es de esa forma que estamos viviendo dentro de Venezuela, bajo las leyes del terror del régimen de Maduro, tratando de cohabitar y vivir una apariencia de juego político simulando una lucha partidista que en el fondo es sumisión, colaboración e indignidad y quienes estamos en el exilio cargando sobre nuestros hombros la terrible pena de ver a nuestros país sometido, esclavizado, destruido y sin poder hacer nada prácticamente más allá de criticar, ofender, amenazar, como si esto fuera suficiente para lograr derrocar un régimen que esta armado hasta los dientes.
Yo viví en carne propia la angustia de la sumisión y entiendo perfectamente a los diputados, a los políticos, a mis propios colegas del trabajo en la AN y en la universidad cuando guardan silencio o no lo dicen con la contundencia que se merece. Yo sé perfectamente que ellos no pueden hablar con la libertad que desean, que tienen suerte si la inteligencia del régimen les perdona alguna que otra ofensa. Ellos tienen que estar midiendo cada palabra e idea que dicen porque todos están dentro de circuitos de vigilancia electrónica altamente sofisticados, capaces de detectar anomalías conductuales. Todo en Venezuela está medido con inteligencia artificial, es tanta la vigilancia que recuerdo en una oportunidad, estando en Caracas, que yo podía abrir desde mi gmail el correo de una médico cubana que me atendió en el CDI, y era simplemente que la inteligencia cubana tenía un error en la protección de sus proxis y de ese modo dejaban en evidencia los troyanos que instalaban desde las aplicaciones de ABA de Cantv; imaginen ustedes que esto ocurría en 2017, no quiero imaginar cómo están las cosas ahora con las nuevas tecnologías.
Así que mientras estuve en Venezuela cuidé mucho mis palabras porque sabia perfectamente lo que hace el régimen y su inteligencia, sobre todo quienes operan a nivel electrónico, que también es otra mafia conducida por delincuentes egresados de universidades constituida por gurús de la informática, jóvenes profesionales que han puesto sus habilidades al servicio de esta especie de Leviatán electrónico que es en lo que se ha convertido el régimen de Maduro. Un poco para que conozcan mis antecedentes en este campo del mundo tecnológico, de modo que entiendan el porqué de mis sospechas, yo fui jefe de gobierno electrónico de la Alcaldía Metropolitana, con ellos estuve trabajando un año antes de que me pidieran la renuncia por haber firmado la Lista Tascón. Antes había sido asesor de la Comisión de Ciencia y Tecnología del extinto Congreso de la República, también director ejecutivo de la Cumbre Nacional sobre Transferencia Tecnológica y organicé en muchas ocasiones los principales eventos de gobierno electrónico en Venezuela, algunos en la sede de El Nacional, así que he sido un apasionado de las tecnologías de la información y de la forma positiva en la que puede impactar en la sociedad.
Ya desde el exilio he tenido un perfil abiertamente crítico contra el régimen de Maduro y en efecto estos me han pasado factura, la última de ellas empleando tecnologías de la información. Su brazo invisible transfrontera ha logrado alcanzarme en mis propios sitios web, así que de ellos -el régimen- no recibí un mensaje de email amenazante o un tweet, sino un gusano inyectado directamente en mi sitio web funneldeventas.com, una plataforma con la que intento ganarme la vida honradamente. Lanzaron un ataque de tal magnitud que rompieron toda la protección del proveedor de pagos y prácticamente me cerraron el negocio de recepción de pagos con tarjetas de crédito. Así que reconozco el daño que me provocaron, entiendo que los muchachos del régimen han estado ocupados destruyendo o reduciendo la mayor cantidad de capacidades intelectuales posibles que adversen al régimen de Maduro. Para ellos el mensaje que les puedo enviar es sencillo, si antes cobraba por un curso, ahora simplemente lo voy a liberar y dejar gratis.
El régimen de Maduro es una inteligencia capaz de trabajar en diferentes niveles y con múltiples estrategias, ellos saben perfectamente las debilidades y fortalezas de quienes conformamos la oposición, así que su premisa es básica: mantenernos ocupados resolviendo asuntos triviales para alejarnos del centro o sea de ellos, tanto que prácticamente pasas años tratando de sortear los obstáculos, las piedras en el camino que te pone Maduro, mientras ellos disfrutan observándote y llenando sus arcas con el dinero robado a los venezolanos.
Ellos hackearon mi website y les confieso que ha sido un dolor de cabeza, pero en nada ha debilitado mi fe inquebrantable en luchar por una Venezuela libre. Sigue intacta mi voluntad de dar la cara por los venezolanos que deseamos libertad, y no tengo la menor duda que pronto nuestro país será liberado de este yugo opresor con el apoyo del mundo libre, que será la nación que tuvimos; la Venezuela democrática. La recuperaremos y sin dudar plantaremos la bandera de siete estrellas en Miraflores. Esa será la Venezuela que nos espera. Tú, venezolano, solo sigue tu destino y lucha. Nos leeremos en una próxima ocasión aquí, en El Nacional.
@estebanoria
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