El opositor cubano José Daniel Ferrer fue liberado este viernes y deberá cumplir una sanción de detención domiciliaria, informaron fuentes de la organización disidente Unión Patriótica de Cuba.
Ferrer, líder de la Unpacu, fue detenido el 1 de octubre del año pasado y juzgado a puerta cerrada en febrero por un supuesto delito de lesiones a otro hombre, cargo que sus familiares y colaboradores niegan.
El disidente «fue liberado hace unos minutos», dijo a Efe Katerine Mojena, activista de la organización opositora.
Sobre el estado de Ferrer, de 49 años de edad, el portavoz de la Unpacu, Carlos Amel Oliva, declaró a la agencia de noticias que está muy delgado.
También fueron excarcelados los disidentes Fernando González, Roilán Zárraga y José Pupo, miembros de la misma organización y quienes habían sido detenidos a la vez que Ferrer.
Todavía se desconocen los detalles de la liberación y las condiciones de la sanción que deberán cumplir los cuatro opositores.
Los cargos
José Daniel Ferrer fue detenido el 1 de octubre de 2019 en Santiago de Cuba. Luego de más de cuatro meses en prisión, el pasado 26 de febrero fue juzgado a puerta cerrada en un tribunal de esa provincia. Se le imputó por los cargos de lesiones, secuestro y atentado, por los que la Fiscalía pedía una pena de nueve años de cárcel.
Para González, Zárraga y Pupo el Ministerio Público pedía de siete a ocho años de cárcel.
«Cargo inventado»
Ferrer y su familia sostienen que es inocente y que se trata de un cargo inventado, mientras el régimen cubano emitió un inusual reportaje especial de televisión para defender la veracidad del caso.
José Daniel Ferrer es uno de los opositores más conocidos fuera de la isla. Formó parte del «grupo de los 75» condenados en 2003 durante la ola represiva conocida como «primavera negra».
Esos disidentes fueron liberados entre 2010 y 2011 con una licencia extrapenal tras un diálogo en el que mediaron la Iglesia católica y el gobierno español.
Ferrer fue uno de los 12 disidentes que decidió permanecer en Cuba después de la excarcelación.
La nueva detención y juicio a Ferrer concitaron una fuerte expectación internacional y críticas de instituciones como el Parlamento Europeo, el Departamento de Estado norteamericano y la Organización de Estados Americanos.
Las autoridades cubanas sostienen que Ferrer tiene una «larga trayectoria de acciones de provocación contra el orden público y la legalidad».
Niegan que se trate de un preso político, pese a que le han acusado públicamente de ser un «agente asalariado al servicio de Estados Unidos».
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