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QEPD la OPEP

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La Organización de Países Exportadores de Petróleo es un club de negocios entre naciones exportadoras de petróleo. Según la reciente data del mercado petrolero internacional, es dueña de 72% de las reservas petrolíferas del mundo y es responsable de más de 40% del crudo que se produce en el mundo. Pero su fuerza no está allí, ya que la variable fundamental en cualquier mercado no es la producción ni las reservas sino lo que se comercializa (solo los marxistas creen que el valor está en la producción, cuando la realidad es que el valor lo dicta el mercado). El peso de la OPEP estaba en que hoy sus exportaciones representan casi la mitad de los barriles diarios que se venden en el mundo. Más adelante explicaremos el “estaba”.

Ese club tiene un “problema”: uno de sus miembros es el jefe, aunque no exista la figura en la teoría, en la práctica ese miembro es responsable de casi un tercio de la producción (y de casi 100% de la capacidad cerrada). En los últimos años, a pesar de que han aumentado los países que pertenecen a la OPEP, la importancia de ese “jefe” no ha parado de aumentar.

Como última estrategia, han creado una suerte de “nuevo grupo”, llamándolo informalmente OPEP+, para tratar de incluir a Rusia en el club de decisiones para disminuir la producción. Tengamos en cuenta que entre Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos el promedio de producción es superior a los 10 millones de barriles diarios, los dos primeros exportan bastante pero el tercero ha incrementado tanto su producción que sus importaciones han descendido a niveles muy bajos. Los tres, junto con China en el plano consumidor, son los actores más importantes en el mercado petrolero internacional.

Esta semana nos enteramos de que Rusia y Arabia Saudita no llegaron a un acuerdo para bajar la producción petrolera, lo que llevó al inicio de una guerra de precios y aumentos de producción. Esto ha generado una caída récord en el precio del petróleo. La OPEP como grupo de naciones poco importó, solo privó la decisión de estos países.

¿Podemos confiar en que estamos realmente en una guerra de precios? Esto parece más bien un reacomodo de actores del mercado. Aprovechando la coyuntura de una frágil demanda (recesión por el coronavirus) y una sobreoferta, inundar el mercado por dos de los principales productores para sacar producción costosa es una interesante decisión para asegurarse market share y mandar un poderoso mensaje. Ya Arabia Saudita lo hizo con Venezuela en 1997 (recordemos las constantes violaciones de las cuotas OPEP por parte de nuestro país y el posterior castigo saudí).

El principal enemigo de Arabia Saudita y Rusia en el mercado petrolero son los productores de esquisto en Estados Unidos, a los cuales les costará competir con precios tan bajos (a pesar de que ya Trump anunció que los ayudaría, pero tengan presente que él se beneficiaría bastante de una gasolina barata ante las elecciones presidenciales). ¿Daños colaterales?, más allá de sus propias economías (que, a pesar del mal momento, tienen costos de producción bajos), productores como Irán (enemigo directo de los saudíes), Brasil, Colombia y algunos países africanos van a tener dificultades y podrían bajar su producción.

Con respecto a Venezuela y la OPEP, debemos recordar que en la década de los años sesenta, éramos responsables de cerca de 25% de su producción total. El promedio entre los años setenta y hasta la década pasada fue 10%, luego descendimos a 7% y para este año deberíamos rondar 2,5%. La caída de la producción petrolera venezolana de los últimos años ha sido de tal magnitud que ya quedamos fuera de las conversaciones de la organización cuando toca el tema de reducir producción. Si en algún momento, nos llenábamos la boca diciendo que fuimos los padres fundadores de la OPEP, hoy no pintamos absolutamente nada en el club de países exportadores de petróleo. Hoy nuestra presencia allí es irrelevante.

La OPEP no existe desde hace rato. El mercado energético está cambiando. Ecuador y Qatar lo entendieron y por eso se fueron. Brasil también y por eso no quiso entrar. Arabia Saudita lo tiene claro (pregúntenle a Saudi Aramco). En Venezuela aún discutimos si hay que darles mayor protagonismo a los privados en la explotación del recurso. Comeremos soberanía.

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