Esta vez es el hipismo. El deporte estadounidense todavía no cierra las heridas por el fraude de los Astros con el robo de señas en el beisbol de Grandes Ligas cuando explota un nuevo escándalo, ahora relacionado con el mundo de las carreras de caballos.
Y es que el Gobierno de Estados Unidos acusó a 27 personas de estar involucradas en un esquema de dopaje para aumentar el rendimiento de los atletas equinos. Los principales implicados en el uso de medicamentos prohibidos son dos entrenadores, el panameño Jorge Navarro y el estadounidense Jason Servis. Los establos de los dos preparadores fueron allanados y Navarro fue detenido.
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Según el informe del FBI, la trama consistía en “un amplio y corrupto esquema de administración de medicamentos, su fabricación y distribución con falsa identificación perpetrado por un grupo de entrenadores, médicos, veterinarios y distribuidores de drogas”.
Los fármacos administrados permitían a los caballos tener mayor resistencia y hacían que toleraran mejor el dolor, lo que trajo como consecuencia fracturas en las patas, problemas cardíacos e incluso la muerte de algunos animales.
El organismo de investigaciones interceptó una llamada telefónica entre los entrenadores Michael Tanuzzo y Nicholas Surick en la que se menciona a Navarro como responsable del fallecimiento de al menos seis ejemplares.
El año pasado, el FBI también había interceptado una comunicación telefónica entre Servis y Navarro, donde el primero admitía el uso de una droga para mejorar la resistencia y el panameño aseguraba tener a 12 de sus presentados bajo el mismo “tratamiento”.
Entre los ejemplares señalados de haber sido medicados en el informe del FBI están el ganador del Florida Derby 2019 y segundo en el Kentucky Derby del año pasado, Maximum Security de Servis, y el moro de Navarro XY Jet, monta del venezolano Emisael Jaramillo, y ganador de la Copa Dubai Golden Shaheen, que falleció en enero de un paro cardíaco.
Reacciones
El escándalo de dopaje en la industria hípica estadounidense trajo una oleada de reacciones de repudio para con los principales responsables: “No hay lugar en nuestro deporte para individuos que traten a los caballos con desprecio hacia su bienestar o que socavan la integridad nuestra competencia para su beneficio personal”, señaló el presidente de la Asociación Nacional de Carreras de Purasangres (NTRA por su siglas en inglés), Alex Waldrop.
El Jockey Club emitió un comunicado, donde entiende que “la investigación y las persecuciones relacionadas serán dolorosas y controversiales, pero la integridad del deporte de las carreras de caballos y la salud de todos los caballos demandan acción”.
Y Bradley Weisbord de Bloodstock se desmarcó de Servis- con el que la compañía de venta, representación y manejo de equinos trabajó desde 2018- y anunció que los 10 ejemplares que estaban bajo su cuido pasarán a manos de otro profesional del entrenamiento.
“Los que hicieron trampa y pusieron en riesgo la salud de nuestros ejemplares deben pagar y hacerse responsables por su acciones”, expresó Weisbord en una nota de prensa.
El escándalo de dopaje en la industria de las carreras de caballos pondrá al hipismo nuevamente bajo el escrutinio de grupos protectores de animales e incluso de congresistas que exigen mayores controles e inclusive la prohibición del espectáculo en algunas entidades de Estados Unidos.
El año pasado, el hipódromo de Santa Anita en California fue objeto de una investigación y quedó clausurado temporalmente por la muerte de 22 caballos en poco más de dos meses.
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