El acuerdo entre la Unión Europea y Cuba se acerca a su ratificación final, en plena ofensiva de Estados Unidos y de los opositores cubanos que piden su suspensión por las reiteradas violaciones de los derechos humanos.
Sus esfuerzos se centran en Lituania. Esta antigua república soviética a orillas del mar Báltico es el único país de la UE que aún no ratificó el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación que confirmó el deshielo con la isla comunista.
Sin embargo, desde la aplicación provisional del acuerdo el 1° de noviembre de 2017, la situación política y de derechos humanos empeoró dramáticamente. Así opina el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, en una carta al primer ministro lituano.
A días de que el Parlamento lituano, el Seimas, inicie el período de sesiones en el que se espera la votación, Pompeo pidió a Vilna seguir sin ratificar el pacto para apoyar la esperanza de libertad, democracia y los derechos humanos en la isla.
Washington se suma así a la presión ejercida por los opositores cubanos en las últimas semanas, que han multiplicado los viajes tanto a Bruselas como a Vilna para lograr la suspensión de un acuerdo que, a su juicio, da oxígeno al régimen comunista.
«El acuerdo no condiciona la cooperación ni el comercio con el régimen a que respete los derechos humanos ni la democracia», dijo la promotora de Cuba Decide, la activista Rosa María Payá, luego de una reciente visita a las capitales de Lituania y de Bélgica.
Con la firma en 2016 del acuerdo con Cuba, en pleno acercamiento entre La Habana y el Estados Unidos de Barack Obama, la UE confirmó su cambio de política hacia la isla después de dos décadas de la llamada Posición Común, más estricta en materia de derechos humanos.
La diplomacia europea, que con Josep Borrell al frente elevó el tono sobre los derechos humanos, considera, sin embargo, que un empeño constructivo y crítico con Cuba es la mejor manera de promover la reforma y el cambio positivo, dijo su vocera Virginie Battu.
Pero, para el eurodiputado español liberal José Ramón Bauzá, la diplomacia comunitaria se está poniendo de perfil. «El acuerdo debía suponer la mejora de vida de los cubanos… y está pasando todo lo contrario», apuntó a la AFP.
Datos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos a fecha 9 de marzo señalan que existen 125 presos políticos, entre ellos José Daniel Ferrer, cuya liberación reclama la Eurocámara. La Habana niega la existencia de presos políticos.
Lituania, el último «freno»
Lituania ejemplifica el dilema en la Unión Europea. Esta nación báltica de 2,8 millones de habitantes, aliado incondicional de Estados Unidos, se dispone a ratificar en la sesión parlamentaria que inicia este martes el acuerdo luego de meses de acalorados debates.
«No estamos entre los primeros que quisieron aprobarlo, pero tampoco nos convertiremos en el único freno», dijo a los parlamentarios el ministro de Relaciones Exteriores, Linas Linkevicius, a finales de febrero después de el visto bueno de la comisión de Exteriores.
Linkevicius insistió entonces en que el acuerdo podría ayudar a contrarrestar la influencia rusa y china en Cuba, abordar los desafíos mundiales, incluido el cambio climático, y generar oportunidades para las empresas europeas.
Cuando la UE representa el primer inversionista y el mayor socio comercial de Cuba, con un intercambio de 3.470 millones de dólares en 2018, el bloque tampoco quiere ceder ante Estados Unidos que activó la extraterritorialidad de sus sanciones.
Para la oposición de derechas en Lituania, que invitó en varias ocasiones a disidentes cubanos, el rechazo del pacto mostraría su solidaridad con sus socios estratégicos el Congreso de Estados Unidos, indicó a la AFP su jefe de filas, Gabrielius Landsbergis.
«El régimen cubano es un desafortunado remanente del mismo comunismo que oprimió severamente a los lituanos«, escriben en una carta al embajador de Lituania en Washington los senadores republicanos Marco Rubio y Rick Scott, y el demócrata Robert Menéndez.
El primer ministro Saulius Skvernelis aún no ha analizado el contenido de la carta de Pompeo, dijo a la AFP su vocero este viernes. Un voto en contra del Parlamento lituano al acuerdo no implica forzosamente el final de su aplicación provisional.
Para ello, el gobierno de Lituania tendría que notificar oficialmente y de manera definitiva al Consejo de la UE que no ratificará este acuerdo, indicó una fuente de esta institución europea.
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