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Ramón Paolini fotografía la ciudad posible en «Caracas. A doble página»

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La silueta del Ávila abrazando a Caracas, el azul del mar en el fondo, los relieves de la ciudad y sus paisajes cautivaron a Ramón Paolini hace más de cuatro décadas. El arquitecto, fotógrafo y restaurador enfocó sus conocimientos y su profesión en visualizar para la capital, violenta y ruidosa, posibilidades infinitas. Con el lente de su cámara se propuso capturar aquellos rincones, calles y edificios con los que las personas pueden imaginar un lugar mejor para vivir. La ciudad posible, diferente a todas las demás de América Latina, queda grabada como una realidad en Caracas. A doble página.

Paolini se define a sí mismo como un arquitecto que sabe usar sus conocimientos sobre la forma y la imagen en tercera dimensión a través de la cámara. Minucioso y perfeccionista evita las contaminaciones en sus fotos. Es decir, obvia las talanqueras de concreto, vallas publicitarias o muros que merman el valor arquitectónico y le restan belleza a la imagen. Como arquitecto busca trabajar la imagen a su conveniencia para mostrar el lado amable de la ciudad.

Coeditado por Archivo Fotografía Urbana y la editorial española La Fábrica, Caracas. A doble página cuenta con la visión utópica de Paolini, quien acompaña las fotografías con pequeños ensayos. En los textos reflexiona sobre la génesis del proyecto, su evolución y la transformación de la polis a lo largo del tiempo para plantear algunos escenarios a futuro. El libro cuenta con un prólogo del escritor argentino Martín Caparrós. El periodista clasifica el trabajo de Paolini, nacido en Trujillo en 1949, como un poderoso registro que plasma las huellas del pasado y del futuro. Algo en lo que su trayectoria como restaurador influye bastante.

«Ser restaurador del patrimonio cultural es uno de mis instrumentos. Tengo  registro de fotos en las que he tenido que trabajar y otras de obras en las que no trabajé como restaurador. También tengo materiales que en el transcurso del tiempo adquieren valor porque se trata del monumento nacional. Son fotografías muy útiles que sirven de registro en el futuro», opina Paolini. En medio de un diálogo abierto sobre la ciudad que él ve se conjuga su inclinación por el testimonio y la pasión por la fotografía que, con el tiempo, se ha vuelto más perfeccionista.

El proceso de un visionario

No se trata solo de tomar una foto. Ramón Paolini considera que tuvo que esforzarse para dar con las imágenes que conforman Caracas. A doble página. «Para hacer una buena fotografía primero hay que mirar mucho y después tomarla», comenta. El experto reveló que, a veces, la dinámica urbana de la ciudad le dificulta el proceso de capturar lo que ve en sus calles. Ese es un inconveniente que se debe superar cuando se quiere fotografiar la capital.

«Me tomó mucho tiempo tomar una fotografía de la avenida Libertador. Me tomó años. Era una fotografía que yo visualizaba pero que no podía tomar porque me lo impedía la dinámica urbana. Así que por eso fui un primero de enero a las 8:00 a. m., arriesgando mi vida, para tomarla», revela.

Ramón Paolini Caracas

Su fascinación por la capital es una pasión que ha cultivado por años. Desde que vino de Carache, en Trujillo, a los 17 años de edad para estudiar en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, le interesó la vista del valle. Es algo que no ha podido encontrar en otras grandes ciudades como Nueva York, París o Buenos Aires.

El experto explica que la arquitectura se desarrolla en un espacio geográfico y un tiempo histórico, dos elementos fundamentales. Aunque el tiempo histórico de Caracas se pueda comparar con otras ciudades de Latinoamérica, su geografía es la que le da el carácter más distintivo. 

«Su espacio geográfico me ayuda más a retratarla comparada con Nueva York, Buenos Aire o París, que tienen una geografía plana. Son ciudades muy difíciles de retratar para mí. Yo he intentado en mis viajes fotografiar esas ciudades y solo tengo dos fotos. En cambio, Caracas tiene colinas, el Ávila, las pendientes. Todo eso permite percibir la tercera dimensión de la ciudad en una dimensión más generosa», explica.

Ramón Paolini Caracas

El resultado son fotografías a blanco y negro, de dimensiones que necesitan doble página, que demuestran lo hermosa que puede llegar a verse la ciudad si se solucionaran los problemas de la planificación urbana.

Para Paolini, el caos urbano es un problema que radica en las alcaldías. «Si los alcaldes estuvieran a la altura de la ciudad que representan, la ciudad se vería espectacular. Si los ciudadanos quisieran ser urbanos y no se apropiaran del espacio público, esto sería una maravilla. El problema de Caracas es la apropiación indebida de su espacio público que desemboca en el desastre urbano», afirma.

Caracas. A doble página es su alegoría de la capital. «Mi intención es mostrar una ciudad posible, vivible y amable. Este es uno de los pocos lugares que yo conozco que está en vida latente. De hecho, el lenguaje que uso en el ejemplar culmina con una muestra de los parques, matas de mamones, niños comiendo mango en la calle. Me imagino la ciudad posible, porque lo es», concluye.

El libro se presentó primero en España en 2019 junto con una muestra titulada «Caracas» que se inauguró el 7 de noviembre. El ejemplar también está disponible en Amazon y próximamente en la Sala Mendoza y librerías de Caracas.


Fotos en el texto: Ramón Paolini

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