Jesús Luzardo está sano, se siente fuerte y se prepara para su primera temporada completa en las Grandes Ligas. Dependiendo de los resultados que obtenga, pudiera tratarse de una campaña para la historia. Tiene todo para que sea así.
Luzardo es el prospecto número uno de Venezuela, aunque nació en Perú. “Me siento maracucho”, dijo hace algún tiempo a Ernesto Jerez, de ESPN Deportes. “En Lima solamente estuve cuando nací. Mis padres, mi hermano, toda mi familia son de Maracaibo”.
Más allá de las anécdotas geográficas, el zurdo criado en Estados Unidos es noticia en el Spring Training. A diferencia de 2019, ya tiene un lugar seguro en la rotación de los Atléticos. En los últimos meses se recuperó de lesiones en el costado y el hombro izquierdo, dominó nuevamente en las Ligas Menores y demostró en las Mayores, a partir de septiembre, que su lugar está en la MLB.
Luzardo recibió dos buenas noticias esta semana. El manager Bob Melvin comunicó a los medios estadounidenses que no habrá límites de pitcheos o innings para él, en principio, y su primera sesión de bullpen, este jueves, resultó auspiciosa.
“Es lo mejor que me he sentido en más de un año”, aseguró el limeño-zuliano, de acuerdo con el diario San Francisco Chronicle. “Todavía falta. Voy lentamente, trabajando, pero en lo que respecta a la salud, todo es genial”.
Luzardo ha dejado buenas impresiones
Luzardo fue subido por Oakland en la recta final y no decepcionó. Ya era el prospecto número uno de su equipo y en 15 entradas apenas permitió dos carreras, incluyendo los playoffs. En ese lapso sumó 20 ponches y 5 boletos. Es una joya en pleno proceso de pulitura.
“Recuerdo haber trabajado con él”, contó Mike Fiers al sitio SF Gate, al recordar una clínica que el número uno en la rotación de los A’s dictó en Florida, hace 10 años.
Fiers es candidato junto a Sean Manaea para iniciar el Día Inaugural. Su pupilo de entonces está en línea para ser el cuarto abridor del quinteto, después de Frankie Montas y antes de quien resulte favorecido con el quinto turno.
“Estoy bastante seguro de que le recibí un par de sesiones de bullpen”, recordó el veterano, haciendo memoria sobre aquel distante encuentro. “Definitivamente se podía decir que tenía algo. Era un niño hispano, gordito, con gafas, pero se notaba que podía lanzar. Se veía bastante bien a los 12 años de edad. No digo que haya influido en él, pero sí lo recuerdo”.
Luzardo tiene las herramientas para hacer que muchos se acuerden de él en adelante y Melvin aseguró a MLB.com que no tendrá restricciones. Eso jugará a su favor, a la hora de acumular méritos para el Novato del Año. Pero ojo, su tope en una zafra es apenas 109.1 episodios, en 2018, y en sus tres torneos en la pelota profesional apenas acumula 207.2 tramos. No sería sorpresivo que en algún momento decidan cuidarle.
Por ahora no hay límites. Y eso es bueno. Porque, según los scouts, tampoco lo tiene su talento.
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