Después de una investigación realizada por la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York a Prada, esta semana se anunció una medida que afectará tanto a funcionarios como a la dueña de la firma.
Varias marcas de moda han enfrentado severas consecuencias después de ofrecer productos asociados al racismo o apropiación cultural. Una de estas fue la firma italiana Prada, que lanzó un polémico producto que simulaba el blackface en 2018.
El incidente sucedió en diciembre de 2018, cuando la casa de moda exhibió productos de personajes de dibujos animados. Los diseños recodaron el blackface, una antigua práctica racista en la que se estereotipaba a la comunidad afrodescendiente de Estados Unidos. En ella, actores de «raza blanca» utilizaban maquillaje para poder interpretar a personas afrodescendientes, exagerando los rasgos faciales y pintándose la cara negra.
Después de la controversia, la firma retiró los productos e informó que los artículos representaban «criaturas imaginarias que no pretendían tener ninguna referencia al mundo real».
Sin embargo, el tema no solo quedó en redes sociales. La Comisión de Derechos Humanos de Nueva York abrió una investigación por las prácticas racistas exhibidas en sus tiendas. Después de un año, los altos ejecutivos informaron al The New York Times que su equipo se someterá a una capacitación sobre sensibilidad y equidad racial.
«Compartimos el compromiso de la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York de asegurar que las diversas perspectivas estén representadas y sean respetadas. Prada está satisfecho de haber podido colaborar con la Comisión en un mutuo acuerdo», señaló un vocero de la empresa.
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