Soldados armados en la Asamblea Legislativa.
Esa impactante imagen se vio este domingo en El Salvador, país que vive una severa crisis política por el enfrentamiento entre el presidente, Nayib Bukele, y el Poder Legislativo.
«Démosle una semana a estos sinvergüenzas», dijo Bukele este domingo refiriéndose a los congresistas de ese país.
El país centroamericano vive un momento de tensión inédita entre el Ejecutivo y el Parlamento, que este domingo se plasmó en la militarización de la sede de la Asamblea Legislativa por orden de Bukele y en la realización de una manifestación popular en las áreas adyacentes al lugar convocada por el gobierno.
El mandatario buscaba expresamente presionar a los diputados para que aprueben la negociación de un préstamo por US$109 millones para poner en marcha la III Fase del Plan Control Territorial, cuyo objetivo es modernizar el equipamiento de la Policía Nacional Civil (PNC) y de las Fuerzas Armadas para que estén mejor preparadas para combatir a las bandas criminales.
El jueves, el mandatario salvadoreño anunció que el Consejo de Ministros convocaría para este domingo una sesión extraordinaria de la Asamblea Legislativa para que diera luz verde a la solicitud del Ejecutivo.
La convocatoria se fundamentaba en el numeral 7 del artículo 167 de la Constitución salvadoreña que establece que entre las potestades del Consejo de Ministros está el «convocar extraordinariamente a la Asamblea Legislativa, cuando los intereses de la República lo demanden».
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Según reseña la prensa salvadoreña, se trata de una disposición que nunca antes había sido invocada.Los congresistas rechazan la excepcionalidad de la medida y muchos aseguraron que no asistirían a la sesión.
Bukele recordó que la Constitución contempla la posibilidad de que se produzca una insurrección popular contra los legisladores.
«Están obligados constitucionalmente a asistir a la sesión extraordinaria. Si alguien rompe el orden constitucional, el pueblo tiene el artículo 87«, escribió el viernes el mandatario en Twitter.
El artículo 87 de la Carta Magna de El Salvador reconoce «el derecho del pueblo a la insurrección, para el solo objeto de restablecer el orden constitucional alterado por la transgresión de las normas relativas a la forma de gobierno o al sistema político establecidos, o por graves violaciones a los derechos consagrados en esta Constitución».
Choque de poderes
La iniciativa de Bukele fue cuestionada por la Asamblea.
En un comunicado emitido tras el anuncio del mandatario presidencial, el Poder Legislativo señaló que dado que el objeto de la convocatoria era la aprobación de un préstamo no se trataba de una «emergencia constitucional».
«No existen condiciones materiales que justifiquen la convocatoria extraordinaria ya que no basta la simple invocación de la seguridad para habilitar el ejercicio de una potestad, en observación del principio de separación de poderes, que debe utilizarse de modo excepcional», señalaba el Legislativo.
El sábado por la tarde las tensiones se acrecentaron aún más si cabe.
El ministro de la Defensa, René Merino Monroy, ofreció una declaración en la que señalaba que las Fuerzas Armadas de ese país son «una institución profesional, apolítica y no deliberante, subordinada al poder civil», y ratificaba que permanecen «obedientes al presidente y comandante general de la Fuerza Armada, Nayib Bukele«.
Por su parte, el director de la Policía Nacional, Mauricio Arriaza Chicas, también ratificó su respaldo a Bukele.
En apego al cumplimiento de nuestras leyes como manda la constitución de la República apoyamos al señor presidente @nayibbukele en su justa lucha por hacer de nuestro país el país que merecemos.- #AhoraEsCuando
— Mauricio Arriaza Chicas 🇸🇻 (@Director_PNC) February 9, 2020
Este domingo, hubo un fuerte despliegue de seguridad en torno a la sede de la Asamblea Legislativa, con militares y efectivos de la PNC.
La presencia de uniformados, sin embargo, no se produjo solamente alrededor del edificio sino que hubo soldados armados con fusiles que ingresaron a la sala de sesiones del Legislativo, lo que fue motivo de fuertes críticas no solamente por parte de políticos opositores, sino también por organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos.
«En El Salvador, @nayibbukele decidió intimidar al Congreso, rodeándolo e invadiéndolo con militares. Eso atenta contra la democracia y debe ser condenado sin ambigüedad», escribió el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, en su cuenta de Twitter.
Curioso concepto constitucional de @CancillerAleHT. Sin embargo aquí no hay margen de errror @Almagro_OEA2015: en El Salvador, @nayibbukele, decidió intimidar al Congreso, rodeándolo e invadiéndolo con militares. Eso atenta contra la democracia y debe ser condenado sin ambigüedad https://t.co/tfNjtcCfav
— José Miguel Vivanco (@VivancoJM) February 9, 2020
Por su parte, la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, condenó el «ostentoso» despliegue militar y policial en la Asamblea Legislativa.
Pero, ¿cuáles son las causas de esta crisis entre poderes?
Seguridad y poder
El Plan Control Territorial es la estrategia impulsada por Bukele desde la presidencia con miras a responder a los graves problemas de seguridad ciudadana que tiene El Salvador, considerado como uno de los países más violentos del mundo y donde hay una extendida presencia de pandillas armadas.
El gobierno de Bukele presume de haber hecho grandes avances en su lucha contra este flagelo desde que es presidente. Según dijo en enero pasado el Ministerio de Seguridad, durante 2019 hubo casi 1.000 homicidios menos que en el año anterior.
En junio, con la llegada del Presidente de la República, @nayibbukele, y la puesta en marcha del #PlanControlTerritorial, la violencia homicida sufrió una drástica caída en los primeros meses de ejecución.
— Ministerio de Seguridad (@SeguridadSV) January 1, 2020
En agosto del año pasado, Bukele presentó la III fase del Plan Control Territorial, que implicaba la negociación de un préstamo por US$109 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
El pasado 27 de enero, legisladores de todas las toldas políticas -con excepción del izquierdista FMLN- aprobaron un dictamen que permitía al Ejecutivo sentarse a negociar el préstamo con el BCIE.
No obstante, tres días más tarde, el partido derechista Arena -que controla 37 de los 84 escaños- decidió retirar su apoyo a la resolución, con el argumento de que el tema ameritaba un mayor estudio.
Aunque Bukele culminó sus primeros seis meses de gobierno con un nivel de aprobación en las encuestas superior al 80%, tiene muy poco apoyo en el Parlamento, pues carece de una fuerza propia.
El mandatario no pudo postularse con la tarjeta de su partido Nuevas Ideas, por lo que terminó compitiendo bajo las siglas del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), que solamente cuenta con 10 diputados en la Asamblea Legislativa.
Así, la mayoría absoluta en el Parlamento está en manos de los partidos opositores Arena y del FMLN, que juntos suman 60 de los 84 escaños.
Este domingo, tras haber entrado a una Asamblea Legislativa casi vacía, Bukele manifestó expresamente su deseo de que haya un cambio en la conformación del Parlamento.
«Me gustó ver esos curules vacíos. Se me hizo más fácil imaginarlos llenos de personas honestas que trabajen por el pueblo. Tal vez el 28F, tal vez cuando el pueblo lo decida», escribió en Twitter en referencia al 28 de febrero de 2021, cuando están previstas las próximas elecciones parlamentarias en el país.
Pero mucho antes de que llegue esa fecha, habrá que ver la respuesta de las fuerzas políticas e instituciones de El Salvador ante la actual crisis política.
Este domingo, Bukele le dio al Legislativo un ultimátum de siete días para aprobar la negociación del préstamo.
«Si estos sinvergüenzas no aprueban el plan control territorial los volveremos a convocar el día domingo. Estos sinvergüenzas no quieren trabajar por el pueblo. Una semana les vamos a dar», dijo el mandatario ante sus seguidores concentrados a las afueras del Parlamento.
«Yo le pregunté a Dios y me dijo:paciencia«, remató el mandatario.
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