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La música sigue sonando en el sistema de orquestas en medio del ruido de la crisis

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Parque Central siempre está concurrido. Dos avenidas, la Bolívar y la Lecuna, le dan entrada al complejo que en algún momento significó la modernidad en Venezuela. Una parada de motos, vendedores ambulantes y tiendas dan vida a los edificios que, por descuido, parecen abandonados. En el sótano 1 también hay vida, pero de otro tipo. Una que no encaja del todo en el modus vivendi de la descuidada Torre Este. Una hoja tamaño carta en la puerta anuncia el lugar: Núcleo San Agustín del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, programa social creado por el maestro José Antonio Abreu, que cumple 45 años desde su primer ensayo el 12 de febrero  de 1975.

“Es que aquí suceden cosas muy bonitas, aunque el espacio no lo sea del todo”, dice su directora Tupac Amaru Rivas, de 43 años de edad, violinista del sistema de orquestas. La entrevista se realiza en su oficina donde confluyen los sonidos de la práctica coral y orquestal de los salones aledaños, como en todo el núcleo. La infraestructura, indica, es el reto principal que ha afrontado desde 2016 cuando asumió la conducción del núcleo.

“No escapamos de la crisis. A veces tenemos que lidiar, por ejemplo, con que se rompió la tubería y hay que parar las clases, o con un bote de aguas negras. Hay cosas que podemos resolver entre nosotros con ayuda de los representantes, pero no siempre”, explica. Los servicios en el núcleo, que acoge a 1.033 jóvenes desde los 4 años de edad en iniciación musical hasta los 18 años que forman parte del programa orquestal, dependen de los que posee la torre: si la luz se va, no hay luz en el núcleo.

A la 1:00 pm inician las actividades. Todos los salones se llenan y una de las prácticas corales comienza en la entrada del núcleo. Deben aprovechar cada minuto. Tienen hasta las 6:00 pm. “Siempre habíamos trabajado hasta las 8:00 pm, pero ya por el tema del transporte, que es complicado, lo bajamos dos horas. Los sábados solo en la mañana. Aunque la vida musical, en general, es en la tarde”, destaca Tupac Amaru Rivas.

Sistema de orquestas - Núcleo San Agustín

Práctica coral en las afueras del núcleo San Agustín del sistema de orquestas | Foto Kenny Linares

No es el único núcleo que se adapta a las complejidades de la crisis venezolana. Es el Sistema completo, que tiene presencia en los 23 estados del país y el Distrito Capital. “Hemos podido transformar, adecuar la institución, no solo a las realidades del país sino también con miras al futuro”, dice Jesús Morín, director sectorial de Formación Académica desde 2016. “Hicimos una serie de cambios en el ámbito estructural que permiten direccionar los recursos de forma óptima. Atender los núcleos, a los niños y docentes de manera más óptima en sus procesos formativos. El Sistema se está adaptando, no acostumbrándose a la situación que vivimos. Ese no es el deber ser. El deber ser es que los trabajadores tengan transporte, un salario que les alcance”, señala.

Un total de 1.012.077 es la cantidad de niños y jóvenes beneficiarios del sistema de orquestas, de acuerdo con la data de 2019 de la Fundación Musical Simón Bolívar, órgano rector del sistema de orquestas. Este número incluye los participantes de los 12 programas de formación, siendo el Simón Bolívar el de mayor alcance, con 629.394 integrantes. “En el transcurso de este año presentaremos la nueva cifra. Si sube o baja es indeterminado. Aunque nuestra matrícula es rotativa, creemos que se ha mantenido por los reportes de los directores de núcleos”, indica Morín.

A los jóvenes que ingresan al programa orquestal se les dota de instrumentos para las prácticas. La última compra, detalla Morín, se realizó hace cinco años. “En años anteriores se hicieron adquisiciones muy importantes y eso ha permitido continuar con la dotación”. Sin embargo, hay algunos núcleos, como en el caso de San Agustín, en que los instrumentos se rotan entre los alumnos. También apuestan por el mantenimiento y la reparación a través de la Dirección de Luteria. “Se hacen operativos con la mayor frecuencia posible. El año pasado se hizo mantenimiento en Distrito Capital y Vargas. Ahora se está terminando en Miranda. Cuando culmine haremos operativos en el interior del país. También los padres y representantes ayudan, pero no hay un déficit de instrumento en los núcleos”.

Hay 47 lutieres activos profesionalmente en el país, comenta Morín. El sistema de orquestas cuenta con un Programa Académico de Lutería que, según data de 2019, cuenta con 303 integrantes. Se imparte en el núcleo de Los Chorros, en Caracas.

Programa de Lutería - Sistema de orquestas

El programa de Lutería forma a jóvenes en el mantenimiento, reparación y construcción de instrumentos musicales | Foto El Sistema

En 2014 se planteó la idea de una fábrica de instrumentos en el país, pero no se profundizó en los detalles del proyecto. “Vamos a iniciar también el gran proyecto de la fábrica de instrumentos, de manera pues que el Sistema pueda producir sus propios instrumentos para los niños, además con técnicos venezolanos, con jóvenes venezolanos que ya dominan las técnicas de fabricar los instrumentos”, dijo entonces el maestro Abreu en una entrevista con la agencia de noticias EFE.

Sobre el estatus de aquel proyecto, Morín dice: “La idea es que exista una fábrica de instrumentos en el país, aunque no tenemos claro si es una fábrica del sistema o no. El maestro Abreu siempre impulsó estas iniciativas porque de eso se beneficia el Sistema. Pero sí hemos logrado avanzar en el proceso relativo a los lutieres en estas líneas de ensamblajes. No está en manos del Sistema crear una fábrica. Tiene que ser un trabajo conjunto entre el Estado, el Ejecutivo y el Sistema”.

Un trabajo que requiere de inversión, mucha inversión. Como la que requiere un proyecto como el sistema de orquestas para mantener infraestructura, así como garantizar salarios de personal administrativo, docente y músicos. Pero los recursos son finitos.

Desde 2012, Fundamusical se encuentra adscrita al Ministerio del Despacho de la Presidencia, que ha estado a cargo, entre otros, de Carmen Meléndez, Érika Farías y actualmente de Jorge Márquez.

Ese año el ente le asignó a la institución 2.100 millones bolívares fuertes. Este presupuesto fue creciendo hasta llegar a 6.900 millones bolívares fuertes en 2015, de acuerdo con lo señalado en la memoria y cuenta. Esta donación les permitió ampliar el programa por todo el territorio nacional y realizar giras internacionales que contribuyeron con la proyección del Sistema en el mundo que, incluso, se convirtió en un modelo a seguir.

En los tempranos años de la década de 2010, el entonces presidente Hugo Chávez le garantizó mucho dinero al Sistema de Orquestas que, de alguna manera, tuvo que retribuir tanta abundancia. Era común en ese entonces ver al maestro José Antonio Abreu y a Gustavo Dudamel en actos de gobierno y retratándose con Chávez. Personeros del gobierno, como Temir Porras y Jesse Chacón, comenzaron a formar parte de la junta directiva del Sistema, a cargo de Eduardo Méndez, abogado y músico formado en el sistema. Con la llegada de Nicolás Maduro al poder, la política extendió sus tentáculos sobre una institución que hasta entonces había sido de Estado, no de gobierno. Ya no hubo medias tintas.

Aniversario 40 sistema de orquestas

Concierto del 40 aniversario del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, realizado en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño. 07-02-2015 | Foto Manuel Sardá

Desde el punto de vista institucional, Morín dice sobre las relaciones el gobierno: “Somos una institución que tiene sus principios claros. El maestro nos enseñó muy bien a apegarnos a esos principios y a pensar primeramente en la formación del chamo. No es fácil, no es sencillo, pero evidentemente nosotros lo que hacemos todos los días es tratar de seguir adelante. Desde el punto de vista institucional no señalamos ni juzgamos a nadie, simplemente respetamos la opinión de aquellos que hablan de cómo es nuestra relación con el gobierno. A veces es muy fácil ver desde afuera y emitir juicio”.

Y agrega: “No nos corresponde como institución juzgar esa estrecha línea entre Estado y gobierno, porque nuestro trabajo es formar niños. Hacer un trabajo social, profundo y humano en ellos. Lo que sí estoy seguro es que somos una empresa de trabajo social profundo que pertenece al Estado venezolano porque el maestro Abreu así lo dispuso. Si tenemos un millón de muchachos es porque pertenecemos al Estado y nos convertimos prácticamente en una política pública”.

En 2016 hubo recortes en el presupuesto. Les fueron asignados 3.787 millones de bolívares fuertes. Desde entonces no se tienen datos públicos de la memoria y cuenta de ese ministerio. “Fue un año complejo porque fue el de mayor golpe. Eso nos llevó a adecuar planes, horarios. Establecimos prioridades. Tratamos de transformar las cosas que no incidían directamente en lo que somos, de respetar los núcleos. Todo el país recuerda esos eventos de 800 músicos en escena, una octava de Mahler con Dudamel; eso lleva una logística, hoteles, comida, la participación de los mejores coristas del país. A ese tipo de actividades le pusimos pausa para readaptarnos. Somos una institución del Estado venezolano. Y lo somos en sus bondades financieras y económicas, y también cuando no las tiene”, continúa Morín.

Un total de 4.500 docentes en constante rotación contribuyen a la continuidad del proyecto. La mayoría está constituida por jóvenes que pasaron por los diversos programas y se insertaron dentro del cuerpo de formación. “La migración es indudable. No solo es en el Sistema, sino en todas las instancias del país. 70% de los profesores tiene entre 18 y 24 años de edad. Se han ido muchísimos docentes. Es una realidad. A su vez, hay un proceso de relevo continuo, en algunas áreas con mayor dificultad que en otras”, señala Morín.

Sin embargo, las dificultades operativas de algunos núcleos han llevado a lo que el director sectorial define como “reunificación”. Los docentes y jóvenes de un núcleo con poca capacidad operativa son reubicados, de común acuerdo, en sedes más cercanas. Es una práctica que lleva dos años. Morín detalla que en todo el territorio nacional hay 370 núcleos sólidos, 37 en los que no funcionan todos los programas, y 26 en fase de estudio y análisis para su reunificación.

El proceso ha sido lento, cuenta Morín. Algunos núcleos y comunidades trabajan en conjunto para lograr la reunificación. “Un ejemplo: Carapita. Es un núcleo que estamos rehaciendo, reordenando con la comunidad. Las condiciones están dadas para reunificar, pero la comunidad se niega y hace todo lo posible por que se mantenga. Ese es un núcleo que tiene pocos alumnos pero que está en un proceso de desarrollo y crecimiento de la mano con la comunidad”, indica Morín. Asimismo, dice, hay núcleos en proceso de creación.

Evita generalizar. Cada sede responde a una situación específica con la que lidian los directores de núcleos. “Es ese héroe creativo que organiza el horario de acuerdo con los recursos que tiene y la situación a la que responde esa sede. Quizá resaltar alguna dificultad es complejo porque se puede tomar como algo general. Habría que ir y visitar específicamente para ver la dinámica de uno y de otro. Depende de la localidad. Hay lugares donde la regulación de la luz es más fuerte que otra. ¿Qué cambió bastante? Los horarios de ensayos por temas de transporte”.

Reconoce, sí, que a todos los afectan los bajos salarios en tiempos de hiperinflación. “Creo que no es nada más el Sistema. Es de conocimiento público que existe un tabulador para toda la administración pública. Creo que existen los expertos en economía que te evalúan mes a mes cuánto cuesta la canasta básica. Es muy fácil tomar esos datos, ver los montos de salarios de la administración pública, para saber que a un trabajador del Sistema, incluso directivo, el salario no le da para cubrir las necesidades básicas”.

Pero la vocación y el compromiso mantienen unida a una familia, la del Sistema, que este año celebra 45 años del proyecto social más ambicioso y de mayor alcance en el país, creado por José Antonio Abreu durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Concluye la profesora Tupac Amaru Rivas: “Hay unos días mejores que otros, unos peores que otros, pero tenemos voluntad, queremos que las cosas sigan sucediendo, queremos seguir atendiendo a la cantidad de niños que tenemos. Mientras tengamos una matrícula y los papás confíen en el trabajo que hacemos, seguiremos. Es la convicción de que el Sistema sí cambia vidas. Incluso, es la forma de vida para muchos. La música tiene que sonar. Es como si estuviésemos estudiando una partitura, que hasta que no salga, no la dejas”.


1/5 Este es el primer reportaje de un seriado sobre el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela en ocasión de su aniversario 45.

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