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El Malecón de Puerto Cabello

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A finales del siglo XIX la vieja calle de la Muralla, reminiscencia del flanco amurallado al oeste de la otrora plaza fuerte, lucía bastante estrecha y sin ningún atractivo. La ciudad había pagado caro el precio de ver su temprano urbanismo subordinado a las obras requeridas para la defensa del comercio, cuyo monopolio se le otorga a la Compañía Guipuzcoana a partir de 1728.

El sector de Puente Adentro –como se conocía entonces la ciudad amurallada- se limitaba a unas pocas calles y callejas, la iglesia, el hospital, la alameda, los edificios públicos, almacenes y viviendas, dispuestas de manera un tanto desordenada. En la medida que la plaza fuerte es desplazada por la ciudad portuaria, los habitantes demandan mejoras urbanas que hagan al puerto más vivible; se construyen otras plazas como la Bolívar y la Salom, el monumento a los americanos, los baños de mar y un moderno edificio para la aduana. Sin embargo, la ciudad no contaba con una paseo frente al mar, acerca de cuya necesidad comienza a hablarse en los primeros años del siglo pasado.

En septiembre de 1950, el diario El Universal informa sobre la instalación en la ciudad de una subcomisión de urbanismo,  sugiriendo “como una de las obras más necesarias la construcción de un malecón desde el Hotel de los Baños hasta la Playita”. La propuesta original era un recorrido de kilómetro y medio y de un ancho de cincuenta metros.

Será durante la administración municipal de don Miguel Urbano Taylor, empresario del ramo naviero, que se concreta la idea. Su firma, Miguel Urbano Taylor, C. A., actuaba como comisionista, agentes aduanales, navieros y representante local de la Federal de Seguros, C. A. En 1951 se desempeña como presidente de la Cámara de Comercio local. El 21 de abril de 1953 resulta electo como presidente del Concejo Municipal, acompañado de Pedro Lüdert como primer vicepresidente, Simón Dunlop en la segunda vicepresidencia y José Ramón Hernández como síndico procurador.

La administración de Urbano Taylor se recuerda en la ciudad como una de avanzada, acometiendo obras de importancia para el ornato y la calidad de vida de sus habitantes, entre ellas, el alumbrado de las avenidas Bolívar y Juan José Flores, la construcción de calles como la Bermúdez y Regeneración, la reparación de vías y aceras, así como la mejora y apertura de servicios médicos, entre ellos el banco de sangre, la maternidad y un gabinete dental.

La obra de mayor proyección durante su administración, sin duda alguna, será el Malecón, cuya primera etapa se construye entre la casa de la logia colindante con el Colegio La Salle y el Hotel de los Baños, encontrándose ya concluida en 1955.

El Malecón porteño se inspiró en la Avenida de Paseo, visualizada y proyectada años antes por José Antonio Pizzolante Balbi, quien la propone en su tesis de grado para optar al título de Doctor en Ingeniería Civil de la Universidad Central de Venezuela. Este había concluido, en 1945, su trabajo titulado Contribución al Estudio de un Plan Urbanístico para la Ciudad de Puerto Cabello, recibiendo del jurado calificador mención honorífica con la recomendación especial de remitirla al Concejo Municipal de esa ciudad.

Enviado el trabajo a la municipalidad y considerada la propuesta, se propone la creación de una comisión de urbanismo que estaría compuesta por el mismo ingeniero José Antonio Pizzolante, Andrés Villalba Lasso, Pedro A. Pardo, Otto Gerstl y el doctor F. Torres Páez. La avenida propuesta, sin embargo, era de mayor extensión que el futuro malecón, pues llegaría hasta el actual aeropuerto.

Lamentablemente, dicho grupo de trabajo nunca se reunió y el proyecto original no pudo ser analizado en detalle. Curiosamente, poco tiempo después la idea apareció incorporada en el Anteproyecto del Plano Regulador de Urbanismo, elaborado para la localidad por el doctor Láslo Szabo.

Finalmente, el proyecto original del paseo se verá modificado en la década de los ochenta por la llamada Avenida La Marina y, definitivamente, truncado en fecha reciente con la injustificable construcción de una mole de concreto a manera de parque deportivo (Skate Park).

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@ahcarabobo

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