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El hijo secreto de Karl Marx, el romance prohibido de Marie Curie y otros relatos de amor y desamor de la historia

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Hijos ocultos, amores prohibidos y secretos que salieron a la luz luego de varios años enterrados.

Se trata de historias de amor, engaño, silencio, revelación y rebelión que podrían ser guiones de cualquier película o serie de televisión, pero que sucedieron en la vida real.

El periodista y escritor colombiano Daniel Samper Pizano se encargó de investigar y recolectar algunas de ellas y las plasmó en su libro Insólitas parejas: doce historias auténticas de enamorados famosos, que presentó en el Hay Festival que se realiza en Cartagena, Colombia, hasta el 2 de febrero.

Aquí les compartimos algunas de esas historias.

1. Karl Marx y un gran secreto

Marx se llevó a la tumba un secreto | GETTY IMAGES

Karl Marx (1818-1883), el padre del socialismo científico y el comunismo moderno, fue uno de los pensadores más influyentes de todos los tiempos.

Durante su vida de filósofo, economista, sociólogo y militante comunista sufrió persecuciones y vivió en la pobreza con su esposa Jenny von Westphalen, con quien tuvo siete hijos.

Pero se llevó a la tumba un gran secreto que solo fue develado muchos años después: el de un hijo extramatrimonial.

«El primer secreto es que tenía un hijo fuera de su matrimonio, el segundo, que lo tuvo con la chica que ayudaba en la casa (Helen Damuth o «Lenchen») y tercero que Friedrich Engels —un relevante intelectual junto al que escribió varias obras fundamentales para el nacimiento del marxismo y los movimientos socilista, comunista y sindical— aceptó aparecer como padre del niño», le cuenta a BBC Mundo Samper Pizano.

Karl Marx y Friedrich Engels fueron colaboradores y amigos | GETTY IMAGES

En 1851, Lenchen estaba embarazada, tuvo un bebé al que llamó Frederick y lo dio a una familia para que lo cuidara.

Pero la historia se pone mucho más interesante cuando en una carta Marx le dice a Engels: «Debo revelarte un misterio tragicómico», según recoge Samper Pizano de la biografía Karl Marx: an Intimate Biography, de Saul Padover y publicado en 1978.

El misterio era en realidad un pedido. Para que Marx salvara su matrimonio, Engels, que era soltero, tenía que declararse padre del bebé de Lenchen. Y Engels aceptóafirman varias biografías sobre éste.

«Yo creo que Engels pensó: si yo no lo hago, esto podría acabar con la familia de Marx. Y él quería mucho a la familia. No le costó hacer eso por su amigo que era como un hermano», añade el autor colombiano.

Engels reconoció a Frederick como su hijo, aunque el verdadero padre era Marx | GETTY IMAGES

Lenchen no era una simple empleada doméstica de los Marx, sino una institutriz y una persona muy cercana a la familia.

«La prueba es que ella siguió trabajando en la obra de Marx y ayudando a Engels a recopilarlas cuando Marx ya estaba muerto», dice el periodista.

El secreto permaneció oculto unas cuatro décadas y salió a la luz tras la muerte de Marx y su esposa.

Fue revelado cuando Engels, en su lecho de muerte, se lo confesó a Eleanor Marx, una de las hijas de Marx, según detalló el diario The New York Times en un artículo de 1983.

Se cree que Marx nunca conoció a su hijo y que Frederick nunca supo quién fue su padre.

2. Marie Curie y un segundo amor

Marie Curie fue una pionera en muchos aspectos de la ciencia | GETTY IMAGES

Sin duda, Marie Sklodowska (1867-1934), más conocida como Madame o Marie Curie, fue una persona extraordinaria para la ciencia.

Mujer, polaca y pobre, llegó a París con la esperanza de estudiar Física y Matemáticas.

Pese a todas esas limitaciones «logró varios récords en una sociedad y un entorno machista como lo era el de la enseñanza superior en Francia» en esa época, destaca Samper Pizano.

Fue la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades —Física y Química— y la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Sorbona, la histórica universidad de París.

Marie se casó con el científico Pierre Curie y juntos ganaron el Premio Nobel de Física en 1903 (que también compartieron con el físico Henri Becquerel). Y en 1911, Marie Curie ganó el Premio Nobel de Química.

Junto con Pierre Curie, Marie ganó el premio Nobel de Física en 1903 | GETTY IMAGES

Pero en los años que separaron un galardón del otro ocurrió la tragedia de la muerte de Pierre Curie aplastado por un carruaje y el nacimiento de un romance entre la científica y uno de los discípulos de Curie: Paul Langevin.

Se trataba de un hombre más joven que ella, alto y elegante. El problema era que Langevin estaba casado.

La relación fue un escándalo, aunque ella fue más castigada por que él. Casi le costó el segundo Nobel.

«Yo creo que ella pensó que el rey de Suecia (quien entrega los Premios Nobel de la Real Academia Sueca de Ciencias) no podía vetarla por algo que ella estaba haciendo como soltera, porque ella era viuda en ese momento. El adulterio era de Langevin«, afirma el autor de Insólitas parejas.

Marie Curie compartió con Paul Langevin el dictado de clase en la Sorbona | GETTY IMAGES

Marie Curie fue a recibir su premio con el respaldo de la comunidad científica (incluyendo la de Albert Einstein) «porque a ella no la estaban premiando por su vida privada sino por su vida científica», explica Samper Pizano.

La relación amorosa entre Marie y Paul no prosperó, pero siguieron siendo buenos amigos y compañeros de cátedra en la Sorbona.

3. Rubén Darío y un amor analfabeto

El poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916), mejor conocido como Rubén Darío, fue una de las grandes e influyentes plumas del siglo XX.

Pero su gloria literaria también era compartida con su fama de mujeriego y de alcohólico.

Sin embargo, hubo una mujer que no sabía ni leer ni escribir que lo conquistó y acompañó una gran parte de su vida: Francisca «Paca» Sánchez.

El poeta nicaragüense Rubén Darío tuvo un gran amor que no sabía ni leer ni escribir | GETTY IMAGES

«Él estaba paseando en Madrid por los jardines y vio a una muchacha que le llamó la atención. En ese momento ella era analfabeta. Y a él le gustó de ella que fuera tan campesina«, describe Samper Pizano.

«La vio varias veces, la convenció de que se acostara con él y finalmente fue su compañera durante muchos años. Más fiel ella que él», añade a BBC Mundo.

Ese amor transcurría mientras el poeta seguía oficialmente casado con su segunda esposa, Rosario Murillo.

Pese a ello, «Paca» se fue a vivir con él, algo anormal en esa época en España. Lo acompañó a París, entre otros sitios, y tuvieron cuatro hijos pero solo sobrevivió uno.

Francisca Sánchez (sentada) con su hijo Rubén Darío Sánchez y su tía María Sánchez. (Fuente: Archivo Rubén Darío – Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid) | GENTILEZA BIBLIOTECA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

Con el tiempo,Francisca aprendió a leer y a escribir. Sus maestros fueron el mismo Ruben Darío y sus amigos «quienes la querían mucho, como por ejemplo el poeta mexicano Amado Nervo», agrega el autor.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, y a pesar de las quejas de Paca, el poeta decidió viajar a América para promover la paz. Fue la última vez que se vieron.

Rubén Darío murió en 1916 en Nicaragua por una cirrosis tras años de excesos de alcohol.

«Fue una vida muy desgraciada la de Rubén Darío y la de Paca.

Con seguridad él fue un gran poeta pero no un gran marido», opina Samper Pizano.

4. Winston Churchill y su largo matrimonio

Winston Churchill y Clementine Hozier tuvieron un matrimonio de 57 años | GETTY IMAGES

El ex primer ministro británico Winston Churchill (1874-1965) estuvo casado con su esposa Clementine Hozier por 57 años.

¿Cuál fue el secreto de un matrimonio duradero?

Probablemente que «cada uno vivía en su cuarto, cenaba por su cuenta, leía sus periódicos y muchas veces se comunicaban por mensaje. Aunque se quisieron mucho», describe el autor de Insólitas parejas.

«Nunca discuto con Winston, porque me apabulla. Cuando tengo algo importante que decirle, le mando una nota», escribió Clementine en una postal que rescata Samper Pizano.

Clementine fue un gran apoyo para Churchill, no solamente porque era de las pocas personas que se atrevían a llamarle la atención, sino porque él la escuchaba y en algunos casos llegó a pedir su ayuda en cuestiones relacionadas con la guerra.

¿Cuál fue el secreto de un matrimonio duradero? | GETTY IMAGES

«Curiosamente hizo buenas migas con (Joseph) Stalin, ex líder de la Unión Soviética. Él la recibió. Ella hizo mucho por los niños rusos y todavía hay alguna placa o monumento en nombre de ella en algunos sitios de Rusia», dice el autor.

Pero quizá el mayor secreto de esta pareja duradera es que eran distintos y se complementaban: a él le gustaba pintar; a ella practicar deportes; a él, la cacería de jabalíes; a ella, la lectura.

«Sus diferencias irreconciliables resultaron esenciales para sus triunfos», destaca Richard Hough, en el libro Winston and Clementine: the Triumphs and Tragedies of the Churchills («Winston y Clementine: los triunfos y tragedias de los Churchill»).

Clementine no solo fue la esposa de Winston, también fue su consejera | GETTY IMAGES

5. El emperador Li Yu y su atracción por los pies diminutos

Yao-niang conquistó al emperador chino Li Yu (937-978) en el siglo X.

Se conoce muy poco sobre el pasado de esa joven que ingresó a la corte del emperador desde muy pequeña para cumplir la función de concubina.

Pero lo que sí se sabe es que sus movimientos como bailarina enamoraron Li Yu y dejaron un legado doloroso para muchas mujeres chinas.

El emperador chino Li Yu se enamoró del baile de Yao-niang y de sus pies | GETTY IMAGES

Y es que un detalle en particular sobre la hermosa muchacha sedujo al emperador: sus pies diminutos.

«Una ilustración que data de finales del siglo X muestra a Yao-niang en trance de atarse los pies con vendas», describe Samper Pizano en el libro.

Numerosas mujeres que vieron bailar a esta mujer y seducir al emperador decidieron imitarla.

Esto dio origen a la tradición milenaria que ha afectado a miles de mujeres chinas: la de vendar los pies para que sean pequeños, aunque deformes.

La tradición de vendar los pies de las mujeres chinas se extendió por mil años aproximadamente | GETTY IMAGES

«Es inconcebible la admiración que suscitó la bailarina en su momento y cómo esos pies pequeños se convirtieron en el asunto más atractivo, más erótico que puede ofrecer una mujer en China», reflexiona el autor colombiano.

«Y por ella a millones de chinas les destrozan los pies desde niñas para que puedan exhibir un pie pequeño».

Esta tradición de vendar los pies de las mujeres para prevenir su crecimiento llegó a su fin cuando el régimen comunista de Mao Zedong tomó el poder en 1949 estableciendo la estricta y definitiva prohibición de la práctica.

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