Venezuela quedará lista para iniciar las batallas finales contra esta larga, absurda y miserable situación de dominación colonial-castrista. Ello ocurrirá más efectivamente, y con mejor ejecución, si nos cohesionados como dolientes fundamentales de la destrucción de nuestra república. Genocidio del siglo XXI al que ha sido sometida nuestra nación, y que lo conoce muy bien el guaireño presidente Guaidó. Ya de muchacho lo sintió en piel propia, al incubársele durante los últimos veinte años, después de la tragedia de Vargas, cuando Fidel Castro le ordenó a Hugo Chávez devolver la ayuda humanitaria en camino. Sí, fue desde aquel fatídico 15 de diciembre de 1999 cuando se hacía el referéndum, sin mayor quórum, de aprobación de la actual Constitución.
Una declaración del presidente Juan Guaidó, en torno a actores principales del drama venezolano, intenta utilizarse de modo miserable para socavarle apoyo popular e internacional ya alcanzado. Ello no puede seguirse aceptando. La crisis de los misiles del año 1962 nos enseñó, la Cuba comunista triunfante de entonces precisamente se mostró como protagonista en su postura de entrega de su territorio a los soviéticos para amedrentar a Estados Unidos. Ello tuvo finalmente como resultado el bloqueo que Estados Unidos ejecutó a la isla; lo que obligaba a una negociación de los verdaderos actores definitivos, URSS-Estados Unidos, para terminar la amenaza. Se evitó una conflagración mundial de naturaleza nuclear en ese entonces. Ahora vamos “a mirar” cómo le contestó el presidente Trump a una periodista en Davos.
Si usted, en correcto castellano, y en medio de una conversación me plantease si quiero que Cuba sea parte de una solución posible en la situación existente en estos tiempos en América Latina, yo le contestaría sin ambigüedades: ¡por supuesto! Esto no quiere decir ni se lee igual a que yo estoy proponiendo u opinando que quiero dejar en manos de Raúl Castro una negociación o solución para la región. Con tal respuesta le estaría reconociendo que por todos los medios que sean “óptimos” se debe intervenir en lo que Cuba le está haciendo a la región, hasta llegar a la solución real, definitiva y más inmediata posible: Lograr la liberación del continente del “coronavirus comunista”, que se nos ha instalado en América desde hace sesenta años.
El Estado norteamericano, bajo el actual gobierno y política exterior del presidente Donald Trump, ha dado total respaldo a nuestra institución fundamental para retornar a la democracia, como lo es nuestra Asamblea Nacional, su presidente y a la vez presidente encargado, Juan Guaidó. ¡Como nuestro aliado fundamental de mayor peso en el globo, clave en nuestro continente, debemos nosotros darle apoyo con nuestros valores republicanos e instituciones de la democracia que luchamos por recuperar! No solo reconociendo nuestra necesidad de lucha unida, sino acompañando decididamente a nuestro presidente encargado. No se crean tan exquisitos, o superdotados, los analistas por aquello de solicitar aplicar uno u otro articulo de nuestra Constitución, u otros de la carta de la OEA o de las Naciones Unidas; es sencillamente una lucha real de poderes entre actores e intereses en la que debemos situarnos para representar los intereses legítimos e irrenunciables por la libertad, la justicia y la democracia para nuestra nación venezolana.
[email protected] / @gonzalezdelcas
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