Un equipo de la Fundación Mundo Marino logró rehabilitar en Argentina a una tortuga verde después de que defecara un total de 13 gramos de residuos plásticos.
Entre sus heces se encontraron bolsas de nylon, hilos y plásticos duros, informó la organización ecologista este viernes.
Esta especie de tortuga está en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La tortuga fue hallada a finales del año pasado por un pescador artesanal de San Clemente, municipio costero de la provincia de Buenos Aires.
Después de recibir los primeros auxilios, la tortuga pudo llegar al centro de rescate de la organización en la localidad para empezar el proceso de rehabilitación. Dicho procedimiento comenzó el pasado 29 de diciembre.
13 gramos de residuos plásticos
La fundación dijo que a los pocos días de su llegada el animal comenzó a expulsar fragmentos de bolsas de nylon, hilos y plásticos duros.
En total, fueron 13 gramos de residuos plásticos, equivalentes, por ejemplo, a 26 pitillos.
«A través de placas radiográficas pudimos observar cuerpos extraños en su interior. Por eso, comenzamos un tratamiento con una medicación que favorezca sus movimientos peristálticos (movimientos del tubo digestivo). Esto le permite eliminar lo que observamos en las placas», aseguró Ignacio Peña, veterinario de la entidad ecologista.
«Hoy la tortuga se encuentra comiendo hojas verdes, principalmente lechuga y algas. La vemos con buena actitud. La evolución es favorable», agregó.
La organización no descarta que la tortuga pueda expulsar aún más residuos en los próximos días.
Dos casos más en 2020
No obstante, no todos estos animales corrieron la misma suerte, puesto que el mismo pescador encontró el pasado 12 de enero otra tortuga, pero ya estaba muerta.
Los científicos encontraron distintos tipos de plásticos en el sistema digestivo del reptil marino por medio de la necropsia. Estos animales confunden algunos tipos de basura con su alimento natural, medusas y fauna gelatinosa.
Asimismo, una segunda tortuga ingresó en el centro de rescate el 17 de enero. El 23 de enero en la mañana expulsó otro fragmento de bolsa de nylon.
«La acumulación de elementos no nutritivos en los sistemas digestivos de estos reptiles puede ocasionarles una sensación de falsa saciedad que los va debilitando paulatinamente», dijo Karina Álvarez, bióloga y responsable de conservación de la fundación.
«Además, podría haber una gran cantidad de gas en sus organismos producto del plástico acumulado, lo cual afectaría su capacidad de buceo e inmersión tanto para alimentarse como para buscar temperaturas más aptas», agregó la experta.
El último Censo de Basura Costera Marina reportó que 83,2% de la totalidad de los residuos acuáticos registrados en veinte localidades de la provincia de Buenos Aires están compuestos por plástico.
La desembocadura del Río de la Plata es hábitat natural de esta especie de tortuga durante el verano austral, permaneciendo en la zona hasta comienzos del otoño, cuando parten hacia Brasil en busca de aguas más cálidas.
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