Lara tuvo que apelar a reuniones informales, charlas motivacionales con el manager Luis Ugueto y sus coaches, recordatorios sobre el camino recorrido. Los campeones defensores se vieron amarrados durante dos encuentros, pero pudieron regresar a la final. Y este jueves, en el estadio Chico Carrasquel, recuperaron la garra y la determinación, para igualar la serie ante Anzoátegui y asegurar el retorno a Barquisimeto, el domingo.
A Cardenales le tomó un poco más de 12 horas para zafarse del letargo en que cayeron sus bates. Más importante todavía, fue retomar el ímpetu, la determinación exhibida contra los Navegantes y ante las Águilas. Con nuevo lineup, y sin Isaías Tejeda, se llevaron la victoria 5 carreras por 1 en el cuarto choque del lance definitivo.
Néstor Molina allanó el camino con seis entradas de dos hits. Permitió una carrera, por un cuadrangular solitario de Balbino Fuenmayor, pero ganaba al momento del jonrón y nunca perdió la ventaja en el marcador.
El manager Luis Ugueto barajó sus piezas, sentó a Tejeda, movió a varios peloteros y cosechó la alegría del triunfo. Yordanys Linares tenía ocho turnos fallados al hilo y se embasó tres veces. Ildemaro Vargas tenía de 14-1 y largó tres hits. Carlos Rivero apenas sumaba 7 imparables en 44 viajes, pero puso dos conexiones en tierra de nadie. Welington Dotel tenía de 7-0 y ayudó con un infieldhit.
Todos ayudaron en una cosecha ofensiva que revivió el carácter respondón de los pájaros rojos y dejó igualada la refriega. Una impecable defensa, con Rivero y Josmar Cordero al frente, completó el cuadro.
Caribes subió al morrito a un abridor derecho, por fin. Mayckol Guaipe no lanzó mal. Los visitantes le golpearon siete hits, pero las dos rayitas que le hicieron bastaron y sobraron para derrotarle.
Un doblete de Osman Marval con Vargas en circulación, en el séptimo, y sendos sencillos de Marval y Luis Jiménez, en el noveno, redondearon la ventaja contra el bullpen. Una docena de hits decretó la vuelta de los occidentales.
Cardenales hizo la tarea
La tribu nunca pudo con Molina o sus relevistas. Trató de rebelarse en el octavo, al llenarle las bases a Wilking Rodríguez, pero Pedro Rodríguez entró en busca de un salvado de cinco outs, dejando a todos esperando remolque y sacando dos ceros de oro.
Cardenales logró la tarea. Consiguió un lauro como visitante que le permite recuperar la ventaja de terreno. Más importante todavía, exhibió la determinación y esa capacidad de hacer daño que le llevó a superar a sus rivales con anterioridad.
La final de la LVBP vuelve a comenzar.
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