La imagen del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, sobre la reja de la sede de la Asamblea Nacional y a empujones con la policía lo llevó de regreso a las portadas de todo el mundo. Ese día debía asumir un nuevo mandato como titular del Parlamento, pero el chavismo, a puerta cerrada y sin quórum, eligió al diputado Luis Parra. Esa misma noche, los opositores juraron simbólicamente, pero el martes entraron al Congreso y lograron asumir por un nuevo período.
En entrevista con El Mercurio, el líder político comenta su semana más movida de los últimos meses, sus planes para lograr la salida de Nicolás Maduro del poder, y la respuesta de la comunidad internacional, entre otros temas.
—¿Valora como un triunfo que usted y su directiva hayan podido entrar al Palacio Legislativo el martes y asumir un nuevo período?
—Ese es nuestro deber, nuestro trabajo. Es lo que nos encomendó el pueblo de Venezuela. El triunfo va a ser cuando los 5 millones y medio de venezolanos que salieron del país puedan regresar, cuando atendamos la emergencia humanitaria. Ese es nuestro deber a pesar de los riesgos que conlleva eso hoy en Venezuela. A pesar de la amenaza, de la militarización del Palacio Federal (Legislativo), del intento de toma violenta, del intento de comprar a diputados por parte de la dictadura incluso con dinero de la corrupción y manchado de sangre, como es el caso del tráfico de oro.
Por supuesto que políticamente es un avance no habernos doblegado, pero no es suficiente en este momento para nosotros que vivimos una emergencia sin precedentes, no solamente en Venezuela sino en la región.
—¿Cómo hará para transformar este avance en un nuevo impulso de su gestión, luego de que los últimos meses no pudo movilizar mucha gente?
—La movilización en Venezuela ha sido un elemento recurrente y hoy más necesario que nunca para enfrentar a esta dictadura. Lo fue en 2007, 2010, 2014 y 2017. En 2019 también lo vimos, con movilizaciones importantes de maestros, estudiantes, enfermeras. Hoy en lo que estamos trabajando en Venezuela es en la construcción de esa agenda de lucha con todos los sectores. Y como sucedió el martes en el Parlamento, que un grupo de diputados empujó una puerta en una sola dirección, eso es lo que tiene suceder en Venezuela.
Que podamos aumentar la presión no solo por las luchas reivindicativas que hoy se dan en todos los sectores. Sino por la solución a la crisis que pasa por una elección realmente libre, pero que sabemos que no va a ser puesta de manera voluntaria por la dictadura. Una dictadura que asesinó al concejal Fernando Albán, que mantiene desaparecido al diputado Gilbert Caro, que intentó tomar violentamente la Asamblea Nacional. Nos corresponde a todos poder presionar en una dirección.
Tenemos la certeza, porque lo hemos visto en años anteriores, que ese ingrediente importante, no suficiente, de la movilización, va a estar presente en Venezuela.
—¿Cree que el chavismo insistirá en tomar el control de la Asamblea Nacional?
—No tiene el control desde 2015 y no tenemos duda de que va a intentar cualquier artimaña, ilegalidad para lograrlo. Como lo viene haciendo desde principios de 2016, cuando declaró en desacato al Parlamento, cuando persiguió a Freddy Guevara y a Julio Borges (diputados opositores), cuando secuestró al diputado Juan Requesens. Ese ha sido el esquema de la dictadura desde el principio. No va a ser distinto en este momento, y vemos que ahora la dictadura ya se queda sin opciones.
—¿Por qué se queda sin opciones?
—Digo que se queda sin opciones porque se tuvo que revelar tal cual es: autoritaria, con el uso de los militares para amedrentar, con el uso de dinero de fondos públicos, o peor, del narcotráfico y tráfico de oro, para tratar de comprar voluntades de un pequeño grupo de parlamentarios.
Lo que debo destacar es que el Parlamento se mantuvo firme. La gran mayoría de nosotros, a pesar de los 31 diputados en el exilio, de un diputado preso y de uno desaparecido, nos mantuvimos firmes, avanzando en una dirección de solución, insisto, mientras que la dictadura se ha quedado de nuevo sin opciones.
—Una misión de Noruega está en Venezuela. ¿Es posible seguir por la vía del diálogo con el gobierno?
—Claramente no hay ningún tipo de condiciones de diálogo, ellos fueron los que mataron ese mecanismo.
—¿Entonces qué opciones hay?
—Hoy la única alternativa que tiene Venezuela, la solución, lo decía ayer el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell; lo ratificaba el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo; también el Grupo de Lima y la Organización de Estados Americanos, hoy la única alternativa es presionar todos juntos en una dirección.
Cuando digo todos juntos no es el diálogo, es la presión interna en Venezuela, a través de la comunidad internacional y la presión para lograr las elecciones. O sea, ya no hay mucho más que diagnosticar en Venezuela, no hay mucho más que ver. Nosotros pusimos en la mesa la opción de garantías para todos los sectores, de unas elecciones presidenciales, y las que corresponden este año (legislativas). Pero, de nuevo, es la dictadura, y por supuesto no hay ningún tipo de condiciones para ningún tipo de diálogo en este momento.
—¿Tenían informaciones que apuntaran a que el chavismo podía hacer lo que hizo el domingo?
—Sí, lo denunció el diputado José Guerra en noviembre pasado. De hecho, muchos de esos diputados que de manera ilegal trataron de comprar conciencias, están señalados por una investigación de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, que partió con la denuncia del diputado Guerra.
—¿Ha estado en contacto con Luis Parra?
—No.
—¿Ha pensado conversar con él?
—Más que él me dé una explicación a mí, él se la tiene que dar a sus electores, a los venezolanos. Nosotros cumplimos nuestra labor, instalamos, como corresponde, el período de sesiones en una sede alternativa por la toma militar del palacio. Iniciamos el período a pesar del bloqueo de las fuerzas armadas en el Palacio Federal.
Tenemos que darle respuesta a nuestra gente, acompañar a los maestros, a las enfermeras, a los transportistas, a los que están sufriendo en Venezuela, a las personas que en 80% del territorio no tienen gas doméstico ni siquiera para cocinar.
O sea, nosotros tenemos que buscar soluciones urgentes para el país, y que Maduro sea quien decida qué hacer con el intento de golpe no de Estado, sino al Estado, que dio al tratar de irrumpir de manera violenta en el Parlamento.
—¿Los diputados que votaron a favor del chavismo lo hicieron solo porque estaban sobornados o presionados, o es una muestra de las fracturas en la oposición?
—Mira, se trata de una pequeña minoría que la dictadura trató de captar y que no funcionó. Maduro pensó que podía tomar por asalto el Parlamento y no le funcionó.
—Sectores de la oposición critican que el impulso inicial se perdió y que volvieron las divisiones. ¿Qué dice usted?
—Yo creo que luego de lo visto esta semana con los parlamentarios, con las fuerzas opositoras, con el gobierno encargado, creo que a pesar del atropello, de las dificultades, de las amenazas, la oposición se mantiene firme y más que nunca orientada a cumplir con la causa.
—Países como Argentina, Uruguay y México criticaron el intento de tomar la Asamblea Nacional. ¿La jugada le salió en contra al gobierno?
—Lo que sucedió fue una triste metáfora de lo que pasa en Venezuela hace años: bloqueo por parte de la dictadura, atropello a los parlamentarios, secuestro político, judicialización de la política. Es muy lamentable, yo creo que ya se dio cuenta el mundo entero.
Tú hacías referencia a Argentina y México, que tuvieron voces muy críticas con respecto a lo sucedido en Venezuela esta semana, y los que somos amantes de la democracia, de la libertad, del respeto y la defensa de los derechos humanos, no podemos estar avalando una conducta criminal como la de la dictadura de Maduro. Antes trataban de maquillar, de disimular un poco, pero ya no tienen simpatizantes, no tienen militancia. Ahora les quedan cómplices.
—¿Qué puede hacer la comunidad internacional?
—De continuar la dictadura, pasaríamos a Siria en cantidad de emigrantes y refugiados este año, y el impacto que tendría eso en Latinoamérica sería terrible. Así que tenemos que tomar medidas todos, y esa postura de Argentina y México, el Grupo de Lima, de Chile, creo que son importantísimas en este momento tan grave para la región. Incluso, uno de los voceros de la dictadura hablaba de vengar la muerte de Qasem Soleimani, haciendo una clara alusión al conflicto en Medio Oriente. Han permitido la presencia de Hezbolá y grupos iraníes aquí. Eso es parte de todo a los que nos enfrentamos, somos muy conscientes de esto y por eso celebramos el respaldo internacional y las voces críticas que se suman a buscar una solución en el conflicto en Venezuela.
—¿Basta con la sanciones contra los dirigentes del chavismo para lograr el cambio?
—Hay que ver cómo innovamos, cómo agilizamos, cómo presionamos mejor a este tipo de regímenes, que evidentemente violan derechos humanos, que ayer veíamos cómo utilizan el dinero de los fondos venezolanos como el caso de la mujer que estuvo detenida en Bolivia con 100.000 dólares en efectivo provenientes de Pdvsa. Fíjate lo importante de no permitir que sean utilizados fondos venezolanos en el mundo para seguir financiando actividades irregulares, ilegales.
Ya sabemos que las sancionees son necesarias pero no suficientes para enfrentar a una dictadura de este estilo. Así que nosotros debemos ver cómo protegemos mejor a los seres humanos, la dignidad del ser humano. Debo insistir en el tema de la migración, de los grupos irregulares del terrorismo.
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