«1917», la película dirigida por el británico Sam Mendes sobre la I Guerra Mundial, ocurre en apenas dos planos secuencia.
Y esa destreza de cámara le bastó para quedarse en la madrugada de este lunes con uno de los premios más codiciados de la ceremonia de los Globo de Oro: Mejor película de drama.
Pero más allá de los elogios que ha recibido -la BBC le dio cinco estrellas y la calificó de «asombrosa»-, la cinta no era la favorita para quedarse con el premio mayor en una categoría a la que también aspiraban «El irlandés» (The Irishman) de Martin Scorsese e «Historia de un matrimonio» (A Marriage Story), la historia de tono intimista de Noah Baumbach.
Además, significó un golpe para las plataformas de streaming como Netflix, que ha puesto muchos recursos en producir cine para competir en los principales premios de la temporada.
La película trata sobre dos soldados británicos que son enviados, a través de un campo de batalla, para llevar un mensaje que puede salvar la vida de 1.600 integrantes del regimiento de Devonshire durante la batalla de Passchendaele.
Mendes, quien también se quedó con el premio al mejor director, ya había alcanzado los laureles de Hollywood hace 20 años con su crudo retrato de una familia estadounidense en «Belleza americana»(American Beauty).
Pero, ¿qué tan reales son los hechos en los que se basa? ¿Y por qué la mayoría de críticos ya la ponen como la favorita para ganar el Oscar a mejor película?
Basado «vagamente» en hechos reales
La película ocurre en un escenario cierto: la I Guerra Mundial, que transcurrió entre 1914 y 1918 y que tuvo como eje central al continente europeo, especialmente la región del norte de Francia. En el conflicto perdieron la vida unos 17 millones de personas.
De acuerdo a lo que contó Mendes en un podcast de la revista Variety, los hechos narrados en la película están basados en un relato que escuchó de niño de su abuelo, Alfred Mendes.
«Tenía una historia que era un fragmento que me contó mi abuelo, quien luchó en la I Guerra. Es la historia de un mensajero que tiene un recado que llevar. Y eso es todo lo que puedo decir», remarcó el director.
«Esta historia o este fragmento se quedó conmigo y obviamente lo he ampliado y cambiado significativamente, pero tiene eso en su núcleo», añadió.
Alfred Mendes, quien nació en la isla caribeña de Trinidad y Tobago, se mudó a Reino Unido y se unió al ejército británico que luchó en el norte de Francia.
En la película, además de los personajes principales que son el soldado Blake (interpretado por Dean-Charles Chapman, conocido por su papel de Tommen Baratheon en la serie ¨Juego de tronos») y su compañero Schofield (George MacKay), están Colin Firth en el papel del general Erinmore y Benedict Cumberbatch como el coronel MacKenzie.
Pero ninguno de estos personajes existió en realidad. Algunos periodistas han señalado que Blake podría estar inspirado en el abuelo de Mendes, quien escribió un libro de memorias en el que describía su participación en la I Guerra Mundial.
Sin embargo, como señala el portal History and Hollywood, el combate mayor que muestra la pantalla podría ser la batalla de Passchendaele o la Tercera batalla de Ypres, que duró del 31 de julio al 10 de noviembre de 1917.
La técnica
Como el propio Mendes lo señaló en su saludo tras ganar la estatuilla a mejor película, este era un film para apreciar en la pantalla grande.
Y es que una de sus principales características es que se cuenta en dos planos secuencia.
«La audaz estrategia de Mendes detrás de la cámara está recibiendo bastante atención. Filmada en largas tomas y con la menor cantidad de cortes posibles en la edición, el director crea la ilusión de un movimiento continuo mientras los soldados avanzan por campos de lodo y guerra», escribió para la BBC la crítica de cine Caryn James.
Y añadió: «La técnica es deslumbrante, pero es más que un truco: aumenta la tensión y la inmediatez de la imagen, lo que nos permite conectarnos con los dos héroes».
La película tuvo un presupuesto de US$90 millones, contó con 500 extras, dos actores no muy conocidos y fue rodada principalmente en el norte de Reino Unido.
«La historia de mi abuelo no era para nada romántica. No era sobre heroísmo o valentía, sino sobre si un soldado tenía la suerte o no de sobrevivir a la guerra», le dijo Mendes a la revista The Hollywood Reporter.
«Y por eso mi idea siempre fue: ¿por qué no encerramos a la audiencia en esta experiencia de una manera que sienta que no se rompe nunca, en una película que les parezca como el tic-tac de un reloj, en el que experimentemos cada segundo lo que pasa en tiempo real?», añadió.
Pues, al parecer, esa idea le está dando resultado. Ya reclamó el primer premio grande de la temporada y el lunes 13 de enero, cuando se conozcan los nominados al Oscar, sabremos si seguirá con la misma fortuna.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional