A 10 años de su muerte, Roberto Sánchez, conocido como Sandro, mantiene su leyenda con canciones que traspasaron generaciones y un estilo personal que lo convirtió en el eterno «Elvis argentino».
Sandro falleció de sepsis el 4 de enero de 2010 en el Hospital Italiano de Mendoza en Argentina luego de una larga enfermedad pulmonar. Sin embargo, su legado artístico sigue rompiendo silencios con más de 41 álbumes musicales y clásicos atemporales como «Porque yo te amo», «Rosa, Rosa» y «Las manos». A su carrera musical hay que añadir, además, las 11 películas que protagonizó en su carrera como actor.
Una trayectoria plagada de éxitos
«Fue una revolución cultural», asegura en una entrevista con Efe el actor Fernando San Martín, que lleva desde 2003 interpretando a Sandro sobre las tablas en distintos espectáculos. Para el intérprete su legado musical ya forma parte «del ADN musical argentino».
Se trata, a juicio del intérprete, del hombre que internacionalizó la música argentina con letras que forman parte del cancionero popular.
De hecho, la periodista y autora de una biografía del cantante, Gabriela Guiñazú, señala que nadie llenó tantas veces el Gran Teatro Rex de Buenos Aires como Sandro. El cantante se presentó en 40 conciertos distribuidos en solo cuatro meses y medio.
11 discos de oro, un Grammy latino a su carrera en 2005 y premios como el Gardel de Oro, el más importante de la música argentina y del que fue el primer destinatario en 1999, lustran su larga trayectoria. Sandro, el «Elvis argentino», inició su recorrido en los años sesenta y transitó del rock a la balada romántica.
Guiñazú señala que él se encargaba de todo en sus espectáculos y que aún se conservan soldados de plomo que Sandro usaba para mostrar al resto de músicos la disposición que tendrían que tener al actuar.
Los proyectos del autor trascendieron la interpretación e incluso llegó a dirigir una película, que el propio cantante consideró que fue plagiada en un videoclip de Billy Joel, lo que motivó una demanda en Estados Unidos.
Sin embargo, no solo hubo éxitos en su carrera, puesto que fracasó en uno de sus mayores proyectos: poner en marcha una ópera rock de ciencia ficción llamada El último hombre, que tuvo que abandonar tras ser estafado por razones económicas.
Origen humilde
Sandro, quien comenzó su carrera imitando de niño a Elvis, nació en una vivienda humilde en Valentín Alsina, localidad del cinturón urbano bonarense, en la que el baño se compartía con otras familias.
Pese a que abandonó la educación secundaria, «era muy leído e instruido», remarca Guiñazú. Esta opinión la comparte Pablo Ferraudi, hijo de Olga Garaventa, esposa del emblemático cantante. En un café museo sobre el artista que regenta en un «castillo» diseñado por el propio Sandro.
La conciencia de sus orígenes humildes nunca abandonó al cantante, quien estableció su residencia en la localidad de Banfield, al sur de Buenos Aires, lejos de las zonas más pudientes de la ciudad.
«Siempre fue una persona de barrio con costumbre de barrio. A él siempre le gustaron las pizzerías, los bodegones, nada muy glamuroso, siempre se mantuvo humilde», afirmó Ferraudi.
https://www.youtube.com/watch?v=IrkaphyHLmg
Los amores del cantante
Pese a que ya se cumplen 10 años de su muerte, la legión de seguidores del «Elvis argentino», compuesta principalmente por mujeres, bautizadas como “Las Nenas de Sandro”, sigue estando activa.
Para Lucía Paz, una de las aficionadas que visita el café museo cada semana, Sandro es «su pasión desde muy chica» y sigue reuniéndose frecuentemente con otras admiradoras e incluso celebró su cumpleaños en el museo. Este año, como todos los otros 4 de enero, reconoce que «llevará rosas al cementerio» junto a una amiga que vino de Chile para conmemorar la efeméride.
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